Coral Gables dice que ampliación no condenará parque de casas móviles, pero persiste la ansiedad por la anexión

Coral Gables superó un obstáculo importante este mes en su intento de anexar Little Gables, reviviendo la ansiedad sobre el destino de un barrio de casas móviles, donde viven decenas de habitantes de bajos ingresos, en su mayoría adultos mayores, que temen ser desplazados de Miami-Dade en medio de la escasez de vivienda de la región.

“No tenemos adónde ir”, dijo Danny Pérez, de 31 años, que se mudó este año a la casa de su madre en el Gables Trailer Park con su esposa y sus dos hijos pequeños después de perder su empleo en la construcción.

A principios de octubre, la ciudad de Coral Gables anunció que había conseguido suficientes firmas de electores en Little Gables para solicitar formalmente la anexión del enclave de 205 acres, situado en la frontera entre Coral Gables y Miami. La ciudad superó el umbral de 20% por solo dos docenas de firmas, aunque aún no las ha presentado al Departamento de Elecciones del condado para su revisión. Una vez que eso ocurra, se espera que la ciudad solicite permiso al condado para celebrar una votación entre los habitantes de Little Gables sobre si deben unirse a Coral Gables, donde las ordenanzas prohíben los parques de casas móviles.

La última vez que la ciudad trató de absorber el área en 2019, los funcionarios de Gables planearon demoler el parque de casas móviles para dar paso a la reurbanización. Esta vez, la ciudad ha dado un giro de 180 grados, diciendo al Miami Herald que planea permitir que el parque de casas móviles permanezca por derechos adquiridos en el uso en esa ubicación, una concesión que podría resultar crucial para finalmente absorber el barrio.

Funcionarios de Coral Gables han prometido que la ciudad proporcionará mejores servicios y tiempos de respuesta de emergencia más rápidos que el condado, pero para los habitantes de Gables Trailer Park que hablaron con el Miami Herald, la anexión todavía se siente como el primer paso hacia el desalojo.

Lo que les preocupa es la letra pequeña. Les preocupa que pasar a formar parte de Coral Gables aumente la probabilidad de que los terrenos se vendan y se vuelvan a urbanizar, y que el código de zonificación de la ciudad, notoriamente estricto —que en general prohíbe el césped artificial que sea visible desde la calle y exige un permiso especial para pintar las paredes exteriores de un color que no esté aprobado por la ciudad— pudiera acarrear multas por infracciones del código que los habitantes o los propietarios del parque de casas móviles no pueden permitirse.

Esas posibilidades son motivo de preocupación para Pérez, quien dijo que muchos propietarios del área de Miami se han negado a alquilar a su familia de cuatro miembros algo más pequeño que un apartamento de dos dormitorios, que cuesta alrededor de $2,063 al mes en Miami-Dade, según datos de Apartment List.

“Las familias de bajos ingresos”, dijo, “gente como mi mamá, que son la columna vertebral de la Florida, están siendo expulsadas”.

‘Me perdieron’

Los habitantes que se oponen a la anexión han acusado a la ciudad de una apropiación de dinero. Proyecciones recientes de la ciudad estiman que, en un plazo de cinco años tras la anexión, pudiera generar $4 millones en ingresos de Little Gables a través de impuestos a la propiedad, impuesto sobre las ventas y las tarifas por servicios de la ciudad.

Los esfuerzos de la ciudad hacia la anexión de este año, que también incluyeron un intento fallido de anexar los barrios de High Pines y Ponce Davis, han costado alrededor de $144,000 para la ingeniería, el trabajo legal y la mercadotecnia, según la portavoz de la ciudad, Martha Pantin.

Cuando Coral Gables se presentó por última vez ante el condado para la anexión de Little Gables en 2019, los comisionados rechazaron la solicitud de la ciudad para un referendo de anexión, citando el desplazamiento de los habitantes del parque de casas móviles. “Cuando me dicen que están desplazando a las personas más necesitadas de nuestra comunidad, me perdieron”, dijo el entonces comisionado José “Pepe” Díaz en una reunión de comité en 2019.

Hoy ya hay conversaciones con funcionarios del condado. El alcalde de Coral Gables, Vince Lago, se ha reunido en privado con el comisionado del condado Kevin Marino Cabrera, cuyo distrito incluye Little Gables, y con la comisionada Raquel Regalado, cuyo distrito incluye High Pinces y Ponce Davis, para discutir la anexión, según Pantin.

En una entrevista, Cabrera dijo que Lago le ha asegurado que la ciudad dejará en paz al parque de casas móviles. “Creo que es en cierto modo hipotético que Coral Gables va a ir ahí y tomarlos como blanco”, dijo Cabrera.

“Sí, hay cosas allí que probablemente deberían ser actualizadas”, añadió, “pero creo que si vamos a hacer eso, deberíamos hacerlo de una manera que sea humana. Nuestro objetivo nunca debería multar a la gente hasta que no puedan permitirse vivir en en lugar”.

Las regulaciones de la ciudad siguen siendo una preocupación para Yesenia Arocha, una abogada de Legal Services of Greater Miami que representa a los habitantes de Gables Trailer Park.

“Tal vez no enfrentan la cuestión de que su parque de casas móviles sea movido o cerrado, pero ¿qué pasa con todas las otras leyes de zonificación que se les aplicarían?”, dijo Arocha. Añadió que la carga de remediar los problemas de peligro de incendio, por ejemplo, puede pasar a ser responsabilidad del propietario individual de la casa móvil si el problema es con su casa móvil en específico. El propietario del parque de casas móviles puede entonces desalojar al propietario individual si no es capaz de solucionar el problema, dijo Arocha.

El rigor del código no es el único factor en juego, dijo el ex representante estatal demócrata Joe Geller, abogado de la villa de El Portal hace ocho años, cuando los habitantes del parque de casas móviles Little Farm se vieron obligados a irse para dar paso a una nueva urbanización.

“Normalmente, el condado no da abasto y puede que no disponga de los recursos necesarios para ser tan agresivo, mientras que las ciudades suelen tener más recursos”. dijo Geller. “No se trata solo de cuál es el código, sino de cuántos pares de ojos lo vigilan”.

Si se aprueba la anexión, la ciudad tiene previsto asignar tres agentes de policía especializados a Little Gables y un auxiliar de seguridad no juramentado para patrullar la zona.

Además de sus aproximadamente 200 agentes de policía jurados en toda la ciudad, Coral Gables también tiene 13 puestos de agente de aplicación del código y dos supervisores en el terreno, dijo Pantin.

Lago dijo que no sabe de ninguna violación actual en el parque de casas móviles, ya que está fuera de la jurisdicción de la ciudad, pero que todas las estructuras de construcción en la Florida tienen que cumplir el código de construcción del estado. Dice que es “optimista” de que el condado dará luz verde al referendo.

“La seguridad de nuestros habitantes siempre será nuestra prioridad número uno”, escribió Lago en un correo electrónico.

‘Si y cuando’

Geller, que se postula para un puesto vacante en la Junta Escolar del condado, dijo que los parques de casas móviles siguen siendo “objetivos principales” para los urbanizadores en Miami-Dade debido al potencial para limpiar los terrenos de casas móviles y construir edificios de varios pisos y alta densidad. Decenas de parques de casas móviles en todo el estado han sido cerrados en la última década en medio del auge inmobiliario de la Florida.

“Creo que es probable que haya urbanizadores interesados en los parques de casas móviles dondequiera que existan, anexionados o no”, dijo Geller.

Varios habitantes del parque de casas móviles que hablaron con el Herald dijeron que los propietarios de Titan Development, la urbanizadora que controla la propiedad, habían prometido que no venderían el terreno si se anexaba. Pero ya no está claro que vaya a ser así.

Ana Ventura, que figura como representante autorizado de Titan Development Partners LLC en los registros comerciales del estado, y cuyo esposo, Jesús “Jay” Suárez, es el propietario, dijo en un correo electrónico que es probable que los propietarios eventualmente “prefieran otro tipo de uso de la tierra” para el sitio.

“Si y cuando el terreno deba ser reutilizado”, dijo Ventura, “Sé que a los propietarios legítimos de espacio habitable se les darán oportunidades legítimas”.

Alimentando la desconfianza entre los habitantes, el hermano del alcalde, el abogado especializado en uso del suelo Carlos Lago, estaba hasta hace poco registrado en la ciudad de Miami para cabildear en favor de Titan Development Partners.

Los rumores de que los Lago se beneficiarían de la anexión aumentaron tanto el año pasado que el alcalde firmó una declaración jurada en una reunión de la Comisión Municipal en la que proclamaba que ni él ni ninguno de sus familiares directos tenían intereses comerciales en la anexión de Little Gables.

Un representante de Greenberg Traurig, donde Carlos Lago es accionista, dijo en un correo electrónico que el hermano del alcalde solo representó a Titan en relación con la transferencia de los derechos de urbanización de un edificio histórico en el downtown de Miami hace muchos años. Una vez que Titan vendió la propiedad en noviembre de 2015, dijo la firma, su registro con Titan se volvió “efectivamente inoperante”, aunque no retiró su registro de cabildero en favor de Titan hasta este mes de marzo, según muestran los registros de la ciudad.

“No he representado a Titan Development en ninguna capacidad ni he hecho ningún trabajo legal para la compañía desde antes de la fecha en que se vendió la propiedad en el Downtown de Miami”, dijo Carlos Lago en un comunicado.

Eso también es corroborado por un informe recién publicado por la Comisión de Miami-Dade sobre Ética y Confianza Pública, que determinó que Carlos Lago no tenía una relación en curso o activa con Titán, y que Vince Lago no “hizo a sabiendas una declaración falsa” cuando firmó la declaración jurada.

‘Vamos a luchar’

Los esfuerzos de divulgación de Coral Gables han incluido reuniones comunitarias el mes pasado para los habitantes de los barrios afectados.

La reunión para los habitantes de High Pines y Ponce Davis se calentó\. Una persona dijo que el gobierno municipal debía “dejarlos en paz” y otra dijo que los esfuerzos de petición de la ciudad eran “acoso”.

La reunión de Little Gables suscitó respuestas más comedidas, pero no fue necesariamente informativa para todos los asistentes.

Bárbara Pérez, que ha vivido en el Gables Trailer Park los últimos siete años, estaba entre el público. Pero toda la reunión fue en inglés, mientras que el idioma principal de Pérez es el español, como el de muchos habitantes del parque.

Pérez, de 68 años, está jubilada y vive de ingresos fijos. Paga $650 al mes, más los servicios, por alquilar la parcela de terreno donde está su casa móvil, un precio casi imposible de encontrar en Miami-Dade, donde el costo medio de un apartamento de una habitación es $1,621. Le preocupa lo que la anexión pudiera significar para el futuro del parque de casas móviles.

“¿Adónde iremos a parar?”. ¿Y los ancianos? ¿No tienen también derechos?”, se preguntó.

Danny Pérez, el obrero de la construcción que vive en el parque con su madre, su esposa y sus hijos pequeños, de 3 y 4 años, está pensando en trasladar a su familia a Carolina del Norte en un futuro próximo, donde la vivienda es más asequible.

“Lo que este parque de casas móviles necesita es una voz”, añadió.

Danny Pérez no es pariente de Bárbara Pérez. Ella dijo que planea quedarse: “Vamos a luchar”, dijo.

Rebecca San Juan, redactora del Miami Herald, contribuyó a esta información.