Copenhague y Oslo, primeras ciudades contra la contaminación atmosférica

Copenhague, Oslo y París son las mejores de una lista de 42 ciudades europeas en materia de lucha contra la contaminación atmosférica, según un informe publicado  por la campaña Ciudades Limpias.

Pero esto no significa que sean las menos contaminadas o las que tienen el aire más limpio. En realidad tiene que ver con las infraestructuras en función de cuatro criterios: Bicicletas y patinetes compartidos, autobuses de emisiones cero, coches eléctricos compartidos y equipos de recarga para vehículos eléctricos. Ámsterdam y Hamburgo vienen justo después de estas tres ciudades. Granada, Dublín y el área metropolitana de Manchester ocupan los últimos puestos de la lista.

Barbara Stoll, directora de la campaña Ciudades Limpias, afirma que estos indicadores son importantes, pero no ofrecen una imagen completa: "Creemos que se trata de criterios muy importantes, pero no de una visión completa. Son alternativas a otras medidas o complementos de otras medidas que las ciudades deben aplicar, como zonas de bajas emisiones, zonas de tráfico limitado, posibles tasas por congestión o políticas de aparcamiento. Así que hay muchas otras cosas que las ciudades pueden hacer para mejorar el transporte".

Reducir o prohibir la circulación de coches diésel y de vehículos viejos de gasolina en los centros urbanos es otra forma de atajar el problema de la mala calidad del aire en las ciudades.

A partir de agosto, Londres ampliará su Zona de Emisiones Ultra Bajas (ULEZ) a todos los distritos londinenses. Esto significa que cualquier vehículo que no cumpla las normas de la ULEZ tendrá que pagar una tasa diaria de 12,50 libras (unos 14,50 euros) para circular por Londres.

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Mapa de las zonas de bajas emisiones en Londres. - Euronews

Algunos no están contentos con esto y están impugnando la decisión ante los tribunales. Sin embargo, para Simon Birkett, responsable del grupo Aire Limpio en Londres, no sólo el medio ambiente y el clima se beneficiarán de esta zona ampliada, sino también nuestra propia salud:"Las zonas de bajas emisiones son beneficiosas para la salud y, en particular, reducen los ingresos hospitalarios, los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares. Por tanto, si seguimos por este camino, ganaremos un claro premio a la salud" explica Birkett.

También cree que este tipo de iniciativa debería aplicarse a escala de la UE: "Europa está revisando actualmente sus directivas sobre calidad del aire. Recientemente, la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo emitió un voto muy positivo en el que se manifestaba el deseo de alinear estas nuevas leyes de calidad del aire con las últimas directrices de la Organización Mundial de la Salud en la materia", continúa Birkett.

Un estudio de 2015 ha demostrado que la introducción de zonas de bajas emisiones ha contribuido a reducir la concentración de dióxido de nitrógeno, un gas extremadamente nocivo, y de partículas PM10 (PM10, partículas con un diámetro aerodinámico inferior a 10 μm micrómetros).