Copa Argentina: Boca fue mejor en el resultado que en el césped contra Almirante Brown, y el próximo rival es Talleres

Boca v Almirante
Boca v Almirante - Créditos: @LA NACION/Marcelo Aguilar

Los partidos, en la Copa Argentina y en la Champions League, son ganados en las áreas. En la propia, claro, y sobre todo en la ajena. Y Boca hizo valer la enorme jerarquía de sus delanteros para superar a un dignísimo Almirante Brown que descontó sobre el final y mereció mejor suerte en Mendoza. En su último partido del semestre, el conjunto azul y oro precisó de la categoría de su pareja uruguaya para vencer a uno de los peores equipos de la Primera Nacional. Con un 2-1 en el Malvinas Argentinas, avanzó a la rueda de los octavos de final, sí, pero volvió a quedar en deuda.

Todo se desató en la última jugada del primer tiempo. Leandro Iglesias, el 9 de la Fragata, tenía tiempo y espacio para avanzar a campo abierto y quedar mano a mano con Sergio “Chiquito” Romero. Pero se hizo un nudo con la pelota y Boca sacó rápido el contraataque para el gol de Miguel Merentiel. Cristian Lema cortó, Cristian Medina asistió y la Bestia definió cruzado para poner el 1 a 0. Luego, en el comienzo del segundo período, el propio Merentiel asistiría a Edinson Cavani para el 2 a 0.

El primero, de Miguel Merentiel

Aunque tuvo menos la pelota, Almirante impuso condiciones en la primera mitad. Se jugó tal y como pretendía el entrenador Daniel Bazán Vera. A ritmo cansino, lejos de las áreas y con el conjunto aurinegro inquietando a Romero mediante pelotas paradas (buen cabezazo de Facundo Miño, cerca del palo derecho) y remates de media distancia (Santiago Vera y Tomás Díaz, hijo de Daniel, el Cata). El equipo xeneize tuvo 75% de posesión pero, como en los viejos tiempos, no supo qué hacer con la pelota. Dominaba el balón, pero no el juego. Los únicos remates –desviados– fueron de Cavani y de Kevin Zenón, de tiro libre ambos. Zenón, Ezequiel Fernández y Medina, los tres boquenses convocados por Javier Mascherano para los Juegos Olímpicos de París, no estaban en una buena noche. Y tampoco los defensores laterales: Lautaro Blanco pasó poco al ataque y Nicolás Figal, incómodo, falló en casi todos sus envíos.

El segundo, de Edinson Cavani

Pero la jerarquía individual de Boca logró imponerse en momentos críticos: al final del primer tiempo y al inicio del segundo. Esta vez, Merentiel escapó por la derecha y le sirvió el gol a su compatriota, que venía de ser el héroe frente a Vélez. Boca salió decidido a liquidar el resultado y casi no dejó acomodarse a la Fragata. Al minuto tuvo a mano otro gol Zenón (sacaron la pelota sobre la línea) y a los 8 minutos amplió Cavani.

Más allá del triunfo, no fue el Boca que el entrenador Diego Martínez y los hinchas esperaban ver. El cuadro xeneize no marcó una diferencia clara en el juego ni en el tablero (Vera marcó el 1-2 a los 32), más allá de las facilidades con que contó en la etapa final. Boca dejó la sensación de ser un equipo más, que puede ganar y perder contra cualquiera, y que necesita refuerzos para afrontar instancias decisivas.

Con Gary Medel en un palco (no llegó el transfer y el chileno no pudo debutar), la idea de Martínez y la dirigencia es conseguir al menos dos refuerzos más antes del fin de semana y contar con ellos para la llave de dieciseisavos de final de Copa Sudamericana frente a Independiente del Valle, de Ecuador, ya que el DT no contará con Equi Fernández, Medina, Zenón (los tres, en París 2024) ni Guillermo “Pol” Fernández, que se perderá la ida por acumulación de tarjetas amarillas. Marcelo Delgado, miembro del Consejo de Fútbol, avisó que Boca acelerará a fondo en estos días para afrontar lo que viene con mejores herramientas. A esta altura, algo que más que necesario.

¿Lo positivo? Los goles de los delanteros (marcaron 14 de los últimos 20 del equipo entre todas las competencias), algunas pinceladas de Medina y, sobre todo, la paz que aporta esta clase de resultados. Lo malo: la preocupante imagen del primer tiempo y las lesiones de Medina y Figal, que dejaron la cancha con molestias. Pero el próximo partido de Boca será recién dentro de 28 días, en la altura de Quito.

Compacto de Boca 2 vs. Almirante Brown 1

El siguiente rival por Copa Argentina será Talleres, su adversario en la final de 2022 en Santiago del Estero; todavía resta definir la fecha y la sede. El ganador se cruzará con Atlético Tucumán o Gimnasia La Plata. Pero las fichas están puestas en la conformación del plantel, en la posibilidad de seguir incorporando jugadores y afrontar el segundo semestre con un plantel competitivo, comprometido y dotado de muchas más variantes. Lo mejor aún está por venir. Al menos, eso espera Boca.