Convoy lleva suministros a sobrevivientes de alud devastador en Papúa Nueva Guinea

En esta fotografía proporcionada por la Organización Internacional para las Migraciones, una persona lesionada es cargada en una camilla para solicitar asistencia médica tras un deslave en el poblado de Yambali, el viernes 24 de mayo de 2024, en Papúa Nueva Guinea. (Benjamin Sipa/Organización Internacional para las Migraciones vía AP)

MELBOURNE, Australia (AP) — Los sobrevivientes escarbaban con las manos entre toneladas de tierra y escombros en busca de familiares desaparecidos, al tiempo que un primer convoy de emergencia entregaba alimentos, agua y otras provisiones el sábado en el sitio donde se registró un deslizamiento de tierra que devastó una aldea remota en las montañas de Papúa Nueva Guinea y que se teme que haya sepultado a decenas de personas, señalaron las autoridades.

Un equipo de evaluación reportó “menciones” de que 100 personas estaban muertas y 60 casas sepultadas a un costado de la ladera que se desplomó el viernes en la provincia de Enga, unas horas antes del amanecer, dijo Serhan Aktoprak, jefe de la misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en esta nación del Pacífico Sur.

Aktoprak reconoció que, en caso de que sea correcto el número de casas que las autoridades locales calculan han sido sepultadas, la cifra de fallecidos podría ser más elevada.

Para la mañana del sábado, sólo tres cadáveres habían sido recuperados de la amplia franja de tierra, rocas y árboles trozados que cayó sobre Yambali, una aldea de casi 4.000 personas que se encuentra a 600 kilómetros (370 millas) al noroeste de la capital, Puerto Moresby.

Siete personas, entre ellas un niño, recibieron atención médica, de acuerdo con Aktoprak, que reside en Port Moresby y quien no contaba con información sobre la gravedad de sus heridas.

“Se teme que el número de víctimas y heridos aumente drásticamente”, afirmó.

Un portavoz del primer ministro de Papúa Nueva Guinea James Marape indicó el sábado que dará a conocer información sobre la magnitud de la destrucción y la pérdida de vidas cuando esté disponible.

Philip Mene, un asociado del programa de la OIM, detalló que los sobrevivientes “están retirando el escombro a mano” en su intento por encontrar a sus familiares.

“Es evidente que los familiares asumen que las personas que se encuentran bajo los escombros están prácticamente perdidas”, dijo el sábado. “Lo más probable es que la esperanza de recuperar a los supervivientes esté disminuyendo lentamente”.

Todos los huertos con que se mantiene la población de la localidad —que depende de la agricultura de subsistencia— fueron destruidos, y los tres arroyos que le proporcionan agua potable quedaron sepultados por el deslave, que también bloqueó la principal carretera de la provincia.

Una caravana partió el sábado por la mañana de la capital provincial de Wabag llevando alimentos, agua y otros artículos esenciales al devastado poblado, ubicado a 60 kilómetros (35 millas) de distancia.

Las labores de apoyo se vieron demoradas debido a que el deslave bloqueó la principal carretera de la provincia, la cual permite acceder a la mina de oro Porgera y al vecino pueblo de Porgera.

Se planean más convoyes para el domingo, incluyendo la llegada de maquinaria pesada de remoción de tierra para ayudar a retirar los 6 a 8 metros (20 a 26 pies) de escombros, tierra y rocas que han caído de la montaña Mungalo que se encuentra sobre Yambali.

Los equipos de emergencia pueden enfrentar desafíos al usar maquinaria pesada debido al riesgo y a las “sensibilidades culturales de profanar cuerpos que pueden estar entre los escombros”, explicó Mene.

Papúa Nueva Guinea es una nación diversa y en desarrollo, en su mayoría agricultores de subsistencia que hablan 800 idiomas. Hay pocas carreteras fuera de las ciudades más grandes.

Con 10 millones de habitantes, es el país más poblado del Pacífico Sur después de Australia, donde viven a unos 27 millones de personas.

Está ubicado en la mitad oriental de la isla de Nueva Guinea y se asienta en el “Anillo de Fuego” del Pacífico, el arco de fallas sísmicas alrededor del Océano Pacífico donde ocurre gran parte de la actividad sísmica y volcánica del mundo. En marzo, el país fue azotado por un terremoto de magnitud 6,9.

Estados Unidos y Australia están construyendo vínculos de defensa más estrechos con la nación de importancia estratégica, donde China busca reforzar sus lazos económicos y de seguridad.

El presidente estadounidense Joe Biden y el primer ministro australiano Anthony Albanese dijeron que sus gobiernos están listos para ayudar a responder al deslave.

Biden, que se convertiría en el primer presidente estadounidense en funciones en visitar Papúa Nueva Guinea hace un año, pero canceló el viaje para atender una crisis de deuda en el Congreso, se dijo desconsolado por la pérdida de vidas y la devastación.

“Nuestras oraciones están con todas las familias afectadas por esta tragedia y con todos los socorristas que se ponen en peligro para ayudar a sus conciudadanos”, dijo Biden en un comunicado.

Albanese publicó en la plataforma de redes sociales X: “Todos los australianos lloran por nuestros hermanos y hermanas en Papúa Nueva Guinea tras el terrible deslizamiento de tierra”.

Australia es el vecino cercano de Papúa Nueva Guinea y el proveedor más generoso de ayuda exterior.

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Smith reporteó desde Newcastle, Australia.