Nos convertimos en un narcoestado: Felipe Calderón

CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 26 (EL UNIVERSAL).- Felipe Calderón, expresidente de México, dijo que el crimen organizado controla el territorio del país y los grupos delictivos están sustituyendo al Estado: "Quien manda no es el Estado mexicano, son los cárteles de Sinaloa, Del Golfo, CJNG".

Calderón Hinojosa subrayó en el foro de la Fundación Faes en Madrid, España, que el Estado cede territorio al encontrarse en manos del crimen organizado; el narcotráfico, al expandirse, está acabando con el país tal como se conoce y se está convirtiendo en un narcoestado.

"El crimen organizado está sustituyendo al Estado, ustedes me dirán que es muy lucrativo comprar y vender drogas, más en el mercado negro. ¿Hay algo más lucrativo que eso? Sí, el cobrar impuestos. Cuando el crimen organizado sustituye a un alcalde para cobrar rentas, a un gobernador o un presidente de la República para cobrar rentas, es decir, para pedir derecho de piso", destacó Calderón.

Recordó que el Pentágono calculaba hace tres años que el territorio mexicano estaba en 35% dominado por el crimen organizado; sin embargo, recalcó que la delincuencia domina ahora más territorios: "Quien manda no es el Estado, América Latina está siendo capturada por el crimen organizado, incluyendo las Fuerzas Armadas, para muchos sacrosantas e incorruptibles", puntualizó al añadir que la democracia ha decaído en México tras la aprobación de la reforma judicial, ya que con ella desapareció un órgano que era independiente.

"Hay una caída institucional gravísima, nadie lo toma con seriedad, México era una democracia a punto de caer, puedo decirles que esa democracia ha caído como consecuencia de una serie de eventos desafortunados, se concluyó una reforma constitucional para desaparecer el único poder independiente que quedaba, que era el Poder Judicial", remarcó.

De manera imperial, en menos de ocho días las legislaturas de los estados en poder de Morena votaron una reforma constitucional que lleva a quitar del cargo en un plazo máximo de dos años a todos los jueces, desde el menor rango hasta los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, órgano que valientemente se había opuesto a los caprichos de López Obrador", afirmó.