El Consejo de la UE aprueba un plan para mejorar la calidad del aire, pero con excepciones

Los ministros de Medio Ambiente han aprobado en la cumbre del Consejo de la UE, celebrada en Luxemburgo, unos límites más estrictos para los contaminantes atmosféricos, lo que ha sido acogido con satisfacción por ecologistas y defensores de la salud pública.

"Se trataba de una oportunidad única para que los legisladores revisaran las normas de calidad del aire con el fin de proteger mejor la salud de las personas, y nos complace que la hayan aprovechado", declaró hoy tras la votación Emma Bud, abogada de la organización ecologista ClientEarth.

Esta organización benéfica está apoyando a residentes de Bélgica, Alemania, Italia y Polonia en sus esfuerzos por demandar a los Gobiernos por incumplimiento incluso de las normas vigentes, en un intento de que se reconozca ante los tribunales el derecho humano a respirar aire limpio.

La revisión de la directiva sobre la calidad del aire acerca los límites europeos de contaminación atmosférica, aunque no se ajusta plenamente a los estrictos umbrales recomendados por la Organización Mundial de la Salud para gases como los óxidos de azufre y nitrógeno (NOx y SOx), y las partículas microscópicas nocivas (PM) generadas por el tráfico y la combustión de carbón y madera.

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ClientEarth acogió con especial satisfacción las disposiciones que otorgan a los ciudadanos el "claro derecho a acudir a los tribunales para exigir mejoras a las autoridades que no les protejan de los niveles ilegales de contaminación atmosférica" y obligan a los Gobiernos a indemnizar a las personas cuya salud se haya visto perjudicada por niveles ilegales de aire sucio.

Los países deben planificar la entrada en vigor, según Bud

"Todos los ojos están puestos ahora en los países de la UE, que empiezan a prepararse para la entrada en vigor de la nueva ley", declaró Bud. "Les instamos a que planifiquen con antelación y asignen recursos de forma eficaz, para que las autoridades locales puedan cumplir la ley a tiempo".

Pero aunque todos los países de la UE salvo Malta, que se abstuvo alegando que le sería imposible cumplir el nuevo límite de dióxido de nitrógeno de una media anual inferior a 20 μg/m3 para 2030, apoyaron la normativa más estricta sobre calidad del aire acordada provisionalmente con el Parlamento Europeo en febrero, algunos expresaron sus preocupaciones.

Alemania acogió con satisfacción una cláusula que permite a los Gobiernos aplazar la fecha de cumplimiento hasta 2040 en determinados casos, por ejemplo condiciones climáticas adversas o contaminación transfronteriza, o cuando sea necesario sustituir una proporción inmanejable del sistema de calefacción doméstica.

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Pero Berlín también pidió a la Comisión Europea que acelere la legislación suplementaria que aclare que los Gobiernos no se verán obligados a imponer "prohibiciones de circulación o la restricción o cierre de plantas industriales" como requisito previo para una ampliación del plazo.

A Letonia le preocupa que "los periodos transitorios sean demasiado cortos para aplicar con éxito las nuevas disposiciones", sobre todo en lo que respecta a la creación de "supersitios de control" urbanos y sistemas de medición de nuevos contaminantes.

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La Alianza para la Salud y el Medio Ambiente, un grupo de campaña, afirmó que el aire sucio es la principal amenaza medioambiental para la salud en Europa, citando datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente que sugieren que sólo el 3% de los europeos no están expuestos regularmente a niveles excesivos de contaminación.

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"La exposición tanto a corto como a largo plazo aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y cáncer de pulmón", afirmó el grupo, señalando que la contaminación atmosférica también se ha relacionado con los nacimientos prematuros, la diabetes, la obesidad y la demencia.

"La rápida aplicación de la directiva revisada sobre la calidad del aire ambiente dará lugar a mejoras inmediatas de la calidad del aire y a beneficios para la salud, incluida una reducción muy necesaria de los asombrosos costes asociados a la contaminación atmosférica", declaró Anne Stauffer, subdirectora de la Alianza para la Campaña.