Nueve niñas dan a luz diario en México
CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 17 (EL UNIVERSAL).- A los 10 años una niña cursa su último grado de primaria, entre los 12 y los 14 estudia la secundaria, pero en México se vive otra realidad. Más de 3 mil niñas de ese rango de edad tuvieron un hijo en 2023.
Si a esto se le suman los nacimientos en los que la mamá es adolescente (15-19 años), tan sólo el año pasado se registraron 137 mil 660 embarazos de niñas y adolescentes en el país, de acuerdo con las cifras de natalidad del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En 2015 esta problemática era insostenible: 402 mil 452 nacimientos en donde la madre tenía entre 10 y 19 años, casi una quinta parte de los partos en México. De estos, 2%, es decir 8 mil 540, eran de niñas menores de 15, un porcentaje que no ha cambiado hasta la fecha.
La apuesta para frenar esto fue la Estrategia Nacional para la Prevención de Embarazos en Adolescentes (Enapea 2015). Las metas: erradicar el embarazo infantil y reducir a la mitad la tasa de fecundidad entre adolescentes de 15 a 19. La fecha límite para lograrlo es 2030.
El año en el que se lanzó la Enapea se tenía una tasa de 15 embarazos por cada 10 mil niñas de 10 a 14 años, las últimas cifras (2023) muestran que esta bajó a seis, pero Colima, Guerrero, Yucatán, Tlaxcala, Michoacán, Coahuila, Chihuahua, Puebla y Querétaro aún presentan números altos.
"Se piensa que este es un problema del sur del país, pero cuando se mira con más lupa, siempre, incluso en las entidades que tienen las tasas más bajas, te vas a encontrar municipios con cifras altas de embarazo infantil o adolescente", explica Vanessa Arvizu, profesora-investigadora de la UAM Azcapotzalco.
Un análisis hecho por EL UNIVERSAL muestra que de 2015 a 2023 más de 2.6 millones de niñas y adolescentes se convirtieron en madres en el país, lo que conlleva un impacto en sus vidas a nivel social, pero también les quita oportunidades a nivel escolar, laboral o incluso las obliga a permanecer en círculos de violencia, asegura Arvizu.
Violencia sistemática
A finales de octubre de 2023, el caso de una niña de 14 años que sufrió un aborto espontáneo en Huimilpan, Querétaro, indignó a la sociedad mexicana al reflejar la desigualdad, el abuso y misoginia que sufren mujeres y niñas en el país. De acuerdo con información de la fiscalía del estado, Esmeralda había sido víctima de violación por parte de un familiar tres años mayor que ella, incluso así la primera respuesta del gobierno estatal fue criminalizarla.
Desde 2021 la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dictaminó que ninguna mujer podía ir a la cárcel por abortar; sin embargo, sólo en 16 entidades se ha despenalizado y legalizado el aborto, en el resto del país se sigue castigando, y sólo es permitido por situaciones como violación o problemas de salud de la madre o el feto.
Casos como el de Esmeralda no son tan poco comunes, este análisis revela que la diferencia de edad entre las madres menores de 15 años y los padres puede llegar a ser abismal. En 50% de los embarazos infantiles registrados de 2015 a 2023 el hombre tiene entre 18 y 75 años.
"Si hay un promedio de cinco años de diferencia, es decir, que estamos hablando de adolescentes de 14, 15, con un joven de 20 o 21, ya sólo por esa diferencia de edad claramente hay un tema de dominio", explica Juan Martín Pérez, coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe.
Especialistas concuerdan en que estos embarazos son producto, en la mayoría, de un abuso de poder que se ejerce sobre esta población. Incluso es un reflejo de la violencia sexual de la que pueden ser víctimas.
Aunque en los embarazos adolescentes es más común ver una relación entre pares, los datos muestran que en dos de cada 10 partos el padre es un adulto de más de 25 años.
Ante estas cifras se hace necesario un cambio la narrativa. Se habla de las madres en edad temprana que están teniendo hijos, pero no de los hombres adultos que tienen una relación íntima con niñas y adolescentes, explica Juan Martín.