El Consejo de Seguridad de la ONU aprueba la primera resolución con un llamado al “alto el fuego inmediato” en Gaza
WASHINGTON.- Luego de cinco meses de guerra entre Israel y Hamas y decenas de miles de víctimas, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó este lunes la primera resolución que llama a un “alto el fuego inmediato” en la Franja Gaza con la abstención de Estados Unidos, un giro que provocó un quiebre en el vínculo de la Casa Blanca con el gobierno de Benjamin Netanyahu, y llevó a la cancelación de una misión de funcionarios israelíes a Washington.
La aprobación de la resolución, adoptada con 14 votos a favor y la abstención norteamericana, se destrabó luego de que se cambió el lenguaje del texto al eliminar la palabra “permanente” y, en cambio, se optó por exigir un “alto el fuego inmediato para el mes de Ramadán”, que comenzó hace quince días, que conduzca a una tregua duradera. Además, la declaración, que no es vinculante, pide “la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes”.
Es la primera vez que el principal cuerpo de las Naciones Unidas se pronuncia sobre el nuevo conflicto en Medio Oriente desde el ataque terrorista de Hamas el pasado 7 de octubre, que dejó 1200 víctimas, cientos de rehenes en poder de Hamas, y llevó a Israel a desplegar una brutal ofensiva en la Franja de Gaza que ha dejado más de 32.000 víctimas civiles, ha desplazado a millones de palestinos y ha desatado una crisis humanitaria. Estados Unidos había vetado tres intentos previos, mientras que Rusia y China bloquearon el viernes pasado un borrador propuesto por Estados Unidos.
La abstención del gobierno de Joe Biden en la votación en el Consejo de Seguridad desgarró la relación entre Washington y Tel Aviv.
Poco después de la votación, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, canceló una misión de funcionarios israelíes a Washington prevista para esta semana para discutir alternativas a una invasión a Rafah, la ciudad en el sur de la Franja devenida en refugio de millones de palestinos desplazados. Netanyahu prepara una ofensiva militar, una alternativa que el gobierno de Biden quiere frenar y ha calificado como un “error” que provocará un “desastre”, al desestabilizar aún más la región, elevar la cifra de víctimas civiles, empeorar la crisis humanitaria, hundir a Gaza en la anarquía y dejar todavía más aislada a Israel, ya blanco de altas críticas internacionales por su ofensiva militar.
Con ese telón de fondo, la oficina de Netanyahu dijo que la abstención de Estados Unidos era un retroceso, y criticó que el alto al fuego quedara desligado de la liberación de los rehenes.
“Lamentablemente, Estados Unidos no vetó la nueva resolución, que exige un alto el fuego que no esté condicionado a la liberación de rehenes. Esto constituye una clara desviación de la posición consistente de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad desde el comienzo de la guerra”, dijo la oficina de Netanyahu en respuesta a la votación. “Este retroceso perjudica el esfuerzo bélico y el esfuerzo por liberar a los rehenes porque da a Hamas la esperanza de que la presión internacional les permitirá conseguir un alto el fuego sin liberar a nuestros rehenes”, añadió.
John Kirby, asesor de Biden para Comunicaciones Estratégicas, dijo en una llamada con periodistas que estaban “muy decepcionados” con la decisión de Netanyahu. En una señal del distanciamiento reinante, la decisión de Netanyahu se conoció en medio del ida y vuelta entre la prensa y Kirby, que brindó su primera reacción en crudo mientras se enteraba en vivo de la noticia.
“Estamos muy decepcionados de que no vengan a Washington para permitirnos tener una conversación extensa con ellos sobre alternativas viables en el terreno en Rafah”, dijo Kirby ante reiteradas preguntas sobre la reacción de Netanyahu.
Apenas unos minutos antes, Kirby había dicho que estaban expectantes por “la oportunidad de hablar con una delegación israelí a finales de esta semana sobre la exploración de opciones y alternativas viables a una gran ofensiva terrestre en Rafah”. Más tarde, en el briefing diario a la prensa en Casa Blanca, dijo que estaban “un poco perplejos” por la decisión.
Pese a ese desplante, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, se encuentra en Washington y verá al secretario de Estado, Antony Blinken, el asesor de Seguridad Nacional de Biden, Jake Sullivan, y el jefe del Pentágono, Lloyd Austin. Gallant ha tenido varios contrapuntos con Netanyahu.
Kirby también negó que la abstención de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad, donde la Casa Blanca suele blindar a Israel, marque un giro en la postura sobre la guerra entre Israel y Hamas al argumentar que el gobierno de Biden ha sido “clara y consistente” en su respaldo a un alto al fuego atado a la liberación de los rehenes. Estados Unidos, Egipto y Qatar discuten desde hace semanas los términos de un acuerdo por un alto al fuego que, de momento, ha resultado elusivo, y el gobierno de Biden vetó tres resoluciones previas en el Consejo de Seguridad las Naciones Unidas que llamaban a un cese de las hostilidades.
El vínculo entre la Casa Blanca y Netanyahu ya venía deteriorándose desde hace bastante tiempo. Las diferencias entre la Casa Blanca y Tel Aviv se habían apilado no solamente por el enorme costo del conflicto en víctimas civiles, sino además por las continuas dificultades para entregar ayuda humanitaria a los palestinos. Después de un mes sin contacto directo, Biden volvió a hablar la semana pasada con Netanyahu, y le pidió una estrategia “coherente y sostenible” para encarrilar un conflicto ha desatado una crisis humanitaria, se ha derramado a otros rincones en Medio Oriente, y le ha asestado un costo político no menor a Biden en Estados Unidos justo cuando comienza su campaña en busca de su reelección.
Biden ha quedado bajo una fuerte presión doméstica en plena campaña para limitar su apoyo a Israel.
Antes de esa llamada entre ambos mandatarios, Chuck Schumer, el líder demócrata del Senado y el judío de más alto rango en Washington, brindó un explosivo discurso contra Netanyahu en el recinto de la Cámara alta, dijo que era un “obstáculo para la paz” y que su gobierno “perdió el rumbo”, y pidió un llamado a elecciones.
El nuevo proyecto de resolución es fruto del trabajo de una negociación que se extendió durante todo el fin de semana con Estados Unidos para tratar de evitar un nuevo fracaso. A diferencia del texto estadounidense rechazado el viernes, la nueva resolución no vincula estas exigencias a los esfuerzos diplomáticos de Qatar, Estados Unidos y Egipto, aunque “reconoce” la existencia de estas conversaciones encaminadas a una tregua acompañada de un intercambio de rehenes y prisioneros palestinos.
La nueva resolución también pide la “eliminación de todos los obstáculos” a la ayuda humanitaria, necesaria para evitar que millones de palestinos en Gaza mueran de hambre. Varios miembros del Consejo, entre ellos, Rusia y Francia, insistieron en que la resolución debe ser un punto de partida para un alto al fuego permanente.
“Esta crisis no ha terminado. El Consejo tendrá que seguir movilizado y volver al trabajo inmediatamente. Cuando se acabe el Ramadán, dentro de dos semanas, habrá que establecer un alto el fuego permanente”, dijo el embajador francés, Nicolas de Riviere.