Congreso de la CDMX, asignación distorsionada

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La más reciente sesión del Consejo General del Instituto Electoral de la Ciudad de México tuvo el propósito de asignar a los diputados de representación proporcional para el Congreso de la ciudad. Las reglas estaban aparentemente claras. La consecuencia fue inverosímil.

En febrero de este año el consejo aprobó los lineamientos para la asignación de dichos diputados, así como los convenios para las candidaturas comunes. Así, una vez conocidos los resultados de los cómputos distritales, el IECM estaba en condiciones de asignar a los así llamados plurinominales. El congreso de la ciudad, bajo las reglas conocidas por todos desde febrero, tendría que haberse conformado de la siguiente manera.

Tabla con la propuesta presentada en el IECM para la integración del Congreso de la CDMX, que fue rechazada por Morena.
Tabla con la propuesta presentada en el IECM para la integración del Congreso de la CDMX, que fue rechazada por Morena.

Sin embargo, antes del inicio de la sesión, llegaron sendos escritos en los que siete diputados electos por Morena expresaban su intención de pertenecer a otros partidos políticos. Dicha petición se hubiera podido atender señalando que el cambio de adscripción o afiliación se podía ejercer en el seno del congreso, y que esa voluntad en todo caso no debiera afectar la voluntad que expresamos quienes votamos en la jornada electoral.

Empero, una mayoría de consejeros entendió que los derechos de cambiar de partido de siete ciudadanos estaban por encima del mandato que más de 5,3 millones de electores expresamos en las urnas. De modo que, alterando el alcance de los lineamientos y convenios, se hizo una nueva asignación de diputados quedando de la siguiente manera:

Tabla con la asignación de legisladores por partido en el congreso de la CDMX que fue aprobada por Morena.
Tabla con la asignación de legisladores por partido en el congreso de la CDMX que fue aprobada por Morena.

Como se puede observar, la primera distribución es mucho más apegada a lo que dijimos los electores, mientras que la segunda, no sólo no contiene, sino que incrementa la sobrerrepresentación, generando un congreso que no se acerca a la voluntad popular.

¿Qué fue lo que se produjo con los escritos de los siete diputados electos, que no sólo se modificó el convenio de candidaturas signado en febrero, sino que se alteró también la representación proporcional? Mientras que en el proyecto original la coalición ganadora se hacía del 57.6 % del congreso con el 50.5 % de los votos, en el acuerdo aprobado por el Consejo, con el mismo 50.5 % de los votos obtiene el 65.2 % del congreso. Y todo ello con el poder de siete escritos. Increíble.

Evidentemente, no está dicha la última palabra, el acuerdo será revisable por las instancias jurisdiccionales, pero llama la atención la relevancia que ha adquirido en estos días el tema de la sobrerrepresentación en el ámbito electoral. Y ello es así por los inadecuados y precipitados anuncios que desde la presidencia de la república se hacen sobre la posible composición del congreso federal. Estamos lejos de esa determinación, y las cifras presidenciales son inexactas, pero denotan una intencionalidad.

Recordemos brevemente. Nuestro poder legislativo, tanto a nivel federal como local se integra bajo dos principios: aquellos legisladores que son electos directamente en su demarcación territorial (mayoría relativa) y aquellos que integran las listas plurinominales (representación proporcional).

Bien, este segundo principio está pensado básicamente para compensar a las minorías, para que la conformación proporcional de los congresos se parezca lo más posible a la voluntad expresada por los electores. Ese ha sido siempre el espíritu, limitar los acuerdos cupulares para que los votos hablen con mayor nitidez; en el caso de la ciudad de México, dicho espíritu claramente no se observó. Por el bien de todos, ojalá pronto se corrija la distorsión.

* Rodrigo Morales M. (@rodmoralmanz) fue consejero electoral en el Instituto Electoral del Distrito Federal y en el Instituto Federal Electoral. Actualmente es consultor internacional en materia electoral.