En el Congo, el papa Francisco denunció el “colonialismo económico que esclaviza” África
KINSHASA.– El papa Francisco arremetió este martes contra el “colonialismo económico” desde la capital de la República Democrática del Congo, donde fue recibido con fervor, en la primera etapa de un viaje a África que lo llevará también a Sudán del Sur.
Ante una asamblea de políticos y diplomáticos y acompañado del presidente congoleño Felix Tshisekedi, el pontífice argentino hizo un enérgico alegato en contra de la “avaricia” y la depredación de los recursos naturales.
“No toquen la República Democrática del Congo, no toquen el África. Dejen de asfixiarla, porque África no es una mina que explotar ni una tierra que saquear. Que África sea protagonista de su propio destino”, proclamó Francisco en un discurso en el palacio presidencial en Kinshasa.
“Tras el colonialismo político, se ha desatado un ‘colonialismo económico’ igualmente esclavizador. Así, este país, abundantemente depredado, no es capaz de beneficiarse suficientemente de sus inmensos recursos”, dijo el Pontífice, de 86 años.
Con riquezas tales como cobre, cobalto, oro, diamantes, uranio, coltán y estaño, la RDC tiene una historia marcada por el colonialismo, la esclavitud y los abusos económicos.
“El veneno de la avaricia ha ensangrentado sus diamantes. Es un drama ante el cual el mundo económicamente más avanzado suele cerrar los ojos, los oídos y la boca. Este país y este continente merecen ser respetados y escuchados”, apostilló en su aplaudido discurso el obispo de Roma.
Fuerte influencia católica
El papa inició una visita de cuatro días a la República Democrática del Congo, un inmenso país del centro de África que se independizó de Bélgica en 1960 y en donde la Iglesia católica tuvo gran una influencia política.
Desde media mañana, los habitantes de Kinshasa habían empezado a congregarse en torno al aeropuerto internacional, donde el avión del Papa aterrizó a las 14.35.
Al son de cánticos, tambores, fanfarrias y tam-tam, la multitud fue creciendo a medida que pasaban las horas, cada vez más densa e impaciente.
En el trayecto de unos 25 km hasta el centro de la ciudad, el convoy oficial fue recibido por decenas de miles de personas que se agolpaban en las principales avenidas de esta gran ciudad de unos 15 millones de habitantes.
“No quería perderme esta oportunidad de verlo de cerca”, dijo a la prensa Maggie Kayembe, de unos 30 años. “Allá donde va siempre reza por la paz, y paz es lo que necesitamos de verdad”, agregó la mujer.
“El papa tiene 86 años, pero de todas formas vino. Es un sacrificio y los congoleños no lo olvidarán”, dijo Sultan Ntambwe, mientras esperaba ver al pontífice.
Inicialmente prevista para julio del año pasado, la visita tuvo que ser aplazada por el dolor de rodilla que padece Francisco, quien se desplaza en silla de ruedas, así como por los problemas de seguridad en Goma, en el noreste del país, etapa que fue cancelada.
En su 40º viaje internacional desde su elección en 2013, y el quinto al continente africano, el papa argentino pidió también que se silencien las armas en un país asolado por la violencia y donde dos tercios de sus 100 millones de habitantes viven con menos de 2,15 dólares al día.
El país se enfrenta desde hace meses al resurgimiento del grupo armado M23, que conquistó amplias franjas del territorio de Kivu Norte, fronterizo con Ruanda, al que el gobierno de RDC acusa de injerencia.
Francisco alentó en ese sentido los esfuerzos de paz, en los que Angola y Kenia tratan de promover iniciativas, y enfatizó que “no podemos acostumbrarnos a la sangre que corre en este país desde hace décadas”.
Agencias AFP y AP