La comunidad latina, la cual tiende hacia Trump, estará en el centro de la campaña electoral de 2024

Elisa Iñiguez, quien dijo que planea votar por el presidente Joe Biden, pero que también quiere escuchar un mensaje más positivo del presidente demócrata, frente al Centro Recreativo La Puente en La Puente, California, el 4 de marzo de 2024. (Isadora Kosofsky/The New York Times)
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Elisa Iñiguez, quien dijo que planea votar por el presidente Joe Biden, pero que también quiere escuchar un mensaje más positivo del presidente demócrata, frente al Centro Recreativo La Puente en La Puente, California, el 4 de marzo de 2024. (Isadora Kosofsky/The New York Times) ‌

El creciente apoyo al expresidente Donald Trump entre los votantes latinos amenaza con trastocar la coalición que ha brindado victorias a los demócratas durante más de una década, lo que ubica al grupo políticamente dividido en el centro de un estira y afloja que podría determinar el resultado de las elecciones en todo el país.

Las encuestas muestran que la aceptación de Trump entre los votantes latinos ha aumentado desde su derrota en 2020: algunas muestran que se ha ganado más del 40 por ciento de esos votantes, un nivel que no se ha visto para un republicano en dos décadas. Esa fuerza está haciendo que los demócratas pasen a la defensiva para mantener a la gran mayoría de votantes latinos en quienes han confiado para ganar en los últimos años.

Este cambio evidencia una cruda realidad de las elecciones de 2024: ningún partido puede ganar solo con votantes blancos.

A medida que la lucha por la Casa Blanca y el Congreso se traslada de forma más directa a estados racialmente diversos, ambos partidos tendrán que depender de coaliciones que incluyan a votantes negros, asiáticos e hispanos.

Los votantes latinos representarán aproximadamente el 15 por ciento de las personas con derecho a voto este año y el 33 por ciento de los votantes en California, donde varios distritos indecisos están destinados a determinar el control de la Cámara de Representantes. Las contiendas en Arizona y Nevada, donde los latinos representan aproximadamente 1 de cada 4 ciudadanos con derecho a voto, están en posición de inclinar el equilibrio de poder en el Senado.

La lucha por la presidencia se ha ampliado en las últimas elecciones desde estados en disputa en el cinturón manufacturero (en el noreste y Medio Oeste) hasta el cinturón del sol (que va de la costa atlántica del sureste hasta la costa del suroeste del Pacífico). El presidente Joe Biden se apoyó en las victorias en Arizona, Georgia y Nevada para ganar en 2020. Este año, ambos partidos están invirtiendo fuertemente en esos estados para persuadir a la gran cantidad de votantes hispanos que creen están en juego.

“El electorado latino solía ser visto como un enorme punto débil para los republicanos. Ahora, se está convirtiendo en un recurso valioso”, dijo Daniel Garza, director ejecutivo de Libre Initiative, un grupo conservador que apunta a los votantes latinos y está financiado por Americans for Prosperity, una organización fundada por Charles y David Koch. “Los republicanos no pueden ganar sin ellos; sería una negligencia política no tenerlos en una coalición ganadora”.

Los cambios ocurridos en un grupo demográfico amplio y diverso no permiten una explicación sencilla. Las diferencias entre regiones, generaciones y economías influyen.

Trump ha encontrado nuevo apoyo entre los latinos que trabajan en los órganos de seguridad a lo largo de la frontera con México, los cubanoestadounidenses en Florida reacios a políticas que consideran cercanas al socialismo, los cristianos evangélicos atraídos por el nacionalismo cristiano y los latinos de segunda y tercera generación nacidos en Estados Unidos que son más propensos a identificarse con sus compatriotas blancos y a votar como ellos.

Una de las tendencias más claras es la brecha educativa. Al monitorear la brecha entre los votantes en general, a Trump le está yendo cada vez mejor entre los votantes hispanos sin título universitario que entre los hispanos con educación universitaria.

“La población latina del país es tan grande en la actualidad, que tiene múltiples historias”, afirmó Mark Hugo López, director de investigación sobre raza y etnicidad en el Centro de Investigaciones Pew. “Esto ha cambiado antes y puede volver a cambiar, pero incluso si las proporciones no cambian, las cifras seguirán subiendo y eso tendrá implicaciones importantes”.

Los cambios plantean una perspectiva tentadora para los republicanos: los partidos podrían estar siendo testigos de un realineamiento político, en el que los republicanos sacan a algunos votantes negros y latinos de clase trabajadora de la coalición demócrata y los demócratas se ganan a una porción de los blancos con educación universitaria y de altos ingresos que en el pasado habrían llegado al Partido Republicano. Es un intercambio de votantes que podría ser un salvavidas para los republicanos, cuya dependencia de los votantes blancos en un país en proceso de diversificación ha hecho que los estrategas tengan años prediciendo su perdición.

“Un momento como este habría sido inimaginable en 2016”, dijo Patrick Ruffini, un encuestador que sostiene que el Partido Republicano está formando una coalición más multirracial. “La creencia era que los republicanos debían moderar su postura sobre la reforma migratoria. Ahora, se tiene una cifra que no solo ignora eso, sino que le da la vuelta por completo. Desmiente décadas de sabiduría convencional”.

Sin embargo, no se sabe con certeza cuán importantes y duraderos serán los cambios de la era Trump. Las encuestas sobre partidismo muestran que los votantes latinos se han mantenido bastante estables en su identificación partidista, aunque más recientemente han comenzado a inclinarse un poco hacia el Partido Republicano. Los republicanos han obtenido cierto apoyo entre los votantes negros en las encuestas, pero no hay pruebas claras de un movimiento masivo.

Algunos estrategas demócratas creen que las encuestas actuales están sobreestimando el apoyo hispano a Trump, en parte porque podrían estar excluyendo a demasiados votantes que hablan principalmente español. También creen que muchos votantes hispanos volverán a inclinarse hacia Biden en los próximos meses, pues alegan que la retórica de Trump los ahuyentará.

“Los demócratas están equilibrando dos realidades: las encuestas se han equivocado y hemos ganado, pero todavía hay señales de advertencia”, dijo Tory Gavito, una estratega demócrata que dirige grupos focales con votantes hispanos, quien también dijo que a menudo escuchaba a esos votantes centrarse en su seguridad económica.

“Las amenazas al estatus son potentes porque los votantes latinos saben que están en una carrera para evitar el último lugar”, afirmó Gavito. “No quieren ser perdedores y saben que es un camino cuesta arriba”.

El expresidente Donald Trump en un monitor durante un discurso en la reunión de la Conferencia de Acción Política Conservadora en National Harbor, Maryland, el 24 de febrero de 2024. (Haiyun Jiang/The New York Times)
El expresidente Donald Trump en un monitor durante un discurso en la reunión de la Conferencia de Acción Política Conservadora en National Harbor, Maryland, el 24 de febrero de 2024. (Haiyun Jiang/The New York Times)

Los funcionarios de campaña de Biden informaron que habían gastado alrededor de 25 millones de dólares —y tenían planes de gastar otros 30 millones de dólares— en publicidad en televisión, radio y plataformas en línea que atraen a grandes audiencias latinas.

El brazo político del Caucus Hispano del Congreso, conocido como BOLD PAC, también ha alentado a los candidatos a utilizar el “espanglish” en la publicidad como una forma de llegar a los anglohablantes nativos, quienes constituyen una gran mayoría de los votantes latinos.

“Nuestro partido no ha hecho el mejor trabajo a la hora de hablar realmente con la comunidad latina, porque con demasiada frecuencia se nos ha visto como monolíticos y se nos ha dado por sentados”, afirmó el representante demócrata por Florida Maxwell Alejandro Frost, un afrocubanoestadounidense que lidera algunos de esos esfuerzos.

Frost dijo que hasta el momento se había sentido alentado por las actividades de acercamiento del partido este año. “El presidente”, dijo, “no tiene que hacerlo solo”.

c.2024 The New York Times Company