Cómo te gusta el café lo llevas escrito en los genes
El café es una bebida maravillosa. En muchos sentidos, entre ellos que se puede preparar de muchísimas maneras y cada uno lo podemos tomar a nuestro gusto. Claro que, según un artículo reciente, no es exactamente nuestro gusto lo que dicta cómo tomamos el café. Son nuestros genes
Nuestros genes no son “sustancias mágicas”. Los genes contienen las instrucciones para generar proteínas, y son estas proteínas las responsables de las características que mostramos los seres vivos. ¿Y qué tiene que ver esto con cómo nos gusta el café?
Los autores del artículo han conseguido determinar que la preferencia por el café sólo está muy relacionada con los genes responsables de la velocidad a la que se metaboliza la cafeína. Cuando más rápido es el metabolismo de la cafeína, mayor tendencia tiene la persona a mostrar una preferencia por el café sólo y bien cargado.
Para llegar a esta conclusión se han basado en dos tipos de datos. Por una parte genéticos, claro, buscando los genes responsables de generar las proteínas encargadas del metabolismo de la cafeína. Y por otro lado, las mismas personas a las que se les ha analizado los genes han aportado una gran cantidad de información sobre su dieta, y sobre su consumo de café y con cuánto edulcorante lo toman, si es que lo endulzan.
Y tiene sentido. Probablemente ninguno de nosotros haya consumido nunca cafeína pura y sin mezclar con nada, y por eso no nos parece obvio. Pero la cafeína tiene un sabor particular, un amargor propio, que aunque no seamos conscientes de que lo estamos detectando nuestro cuerpo sí que lo hace.
Así que si somos capaces de metabolizar la cafeína de manera más veloz, nuestro cuerpo de manera natural tendrá una mayor tolerancia. Y una vez que nos hayamos acostumbrado al café, mostraremos una tendencia hacia aquellas versiones del café que aporten más de ese sabor a cafeína. Más amargor, y un sabor menos enmascarado. Esto es, café sólo y cargado.
Pero no se queda sólo aquí en el café. Las mismas personas que mostraban una preferencia por el café sólo también preferían versiones más amargas y menos enmascaradas de otros alimentos como el chocolate puro o la cerveza. Alimentos también muy amargos.
Así que, la próxima vez que pidamos un café, lo podemos hacer sabiendo que en gran medida nos gusta como nos gusta a causa de nuestros genes.
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