Tras comienzo difícil, partidarios de la Guardia Estatal de la Florida piden claridad sobre próximos pasos

La naciente Guardia Estatal del gobernador Ron DeSantis se ve acosada por interrogantes sobre su dirección y liderazgo mientras se prepara para entrenar a un segundo grupo de voluntarios para una fuerza vista por algunos de los primeros reclutas más militarizada que lo previsto originalmente.

Algunas personas interesadas en unirse al cuerpo de voluntarios no han recibido respuesta de los reclutadores. Otros que se unieron a la fuerza este verano aún no han recibido noticias del liderazgo sobre futuras asignaciones. Y la fuerza de 120 voluntarios sigue sin líder.

Las incógnitas son cada vez más pronunciadas, ya que la misión de la fuerza sigue sin definirse en términos generales, un detalle que incluso los que la apoyan —entre ellos un ex alto oficial militar de la Florida— dicen que es importante consolidar para garantizar el éxito de la entidad.

“Es un gran reto poner en marcha una organización”, dijo James O. Eifert, que fue general adjunto de la Guardia Nacional de la Florida hasta abril y ayudó al gobernador a reactivar la Guardia Estatal, inactiva desde hace mucho tiempo.

DeSantis anunció en 2021 que quería revivir la Guardia Estatal, de la era de la Segunda Guerra Mundial, diciendo que la fuerza de voluntarios ayudaría a los floridanos durante emergencias para complementar a la Guardia Nacional de la Florida con exceso de trabajo y falta de personal. La unidad —que puede tener hasta 1,500 efectivos ha entrenado a 120 personas hasta el 30 de junio.

Eifert dijo que la Guardia Estatal ha tenido un despliegue lento, lo que ha sido frustrante. Ha tenido “muchas paradas y arranques” en en la selección de líderes, el entrenamiento y la puesta en marcha, dijo. Pero con un presupuesto de $100 millones, Eifert confía en que las cosas funcionen.

“Yo me inclinaría por tenerle un poco de paciencia mientras encuentran su equilibrio y ponen esto en marcha”, dijo Eifert en una entrevista el miércoles.

Sin embargo, muchos de los problemas parecen deberse a la falta de comunicación y de una visión clara.

Funcionarios de la organización han dicho que los miembros “estarán listos para responder a los desastres en nuestro estado con un aviso intempestivo” después de pasar por un “entrenamiento altamente disciplinado para asegurar que tienen la preparación mental, física y profesional para salvar vidas”. El portal digital de la Guardia Estatal dice que los miembros responderán a los desastres naturales, y en una declaración de la semana pasada, funcionarios dijeron que también ayudarían a “las fuerzas del orden con los disturbios y la inmigración ilegal”.

Pero los funcionarios no han respondido a otras preguntas. Entre ellas, cómo planea usar su unidad especializada en la aplicación de la ley, si los miembros entrenados estarán listos para ser desplegados durante la temporada de huracanes de este año, cuándo tendrán los miembros su próximo simulacro, cuántos voluntarios han sido reclutados para el próximo entrenamiento en enero o quién la supervisará en ausencia de un director y otros funcionarios administrativos que recientemente dejaron la organización.

Veterano de la Infantería de Marina fue uno de los primeros defensores

Jim Stephens, veterano de la Infantería de Marina de 63 años y del Panhandle que ha estado presionando para restablecer la Guardia Estatal en la Florida desde 2018, ha estado administrando un grupo de Facebook que se ha convertido en un centro para aquellos que apoyan la idea. Hasta el jueves, el grupo tenía casi 850 miembros.

En 2021, la Guardia Nacional de la Florida se puso en contacto con Stephens. La Guardia estaba buscando voluntarios para la recién creada Guardia Estatal, dijo. Stephens dijo que les dio cientos de nombres de una “lista de interés” que había compilado.

En las últimas semanas, muchos miembros han acudido al grupo de Facebook en busca de detalles para el próximo entrenamiento en enero, para conocer detalles sobre los requisitos de elegibilidad y el proceso de solicitud, y para buscar información sobre quién dirigirá la fuerza en el futuro.

“No hay ninguna estructura. Todo lo que hay ahora es un portal digital con buena pinta en el se han colgado un par de videos publicitarios”, dijo Stephens.

En junio del año pasado, DeSantis nombró director a Chris Graham, infante de marina condecorado con el Corazón Púrpura y oriundo de Miami. Se suicidó en octubre, según un informe policial. En enero, DeSantis nombró al subdirector del programa, Luis Soler, para dirigir el cuerpo. Soler dejó el cargo a principios de este mes por motivos personales, anunció la oficina del gobernador.

“Están diciendo que los voluntarios de la Guardia Estatal de la Florida están listos para responder”, dijo Stephens. Pero hizo una pausa y preguntó: “¿Responder a qué? ¿Y cómo?”

Los miembros de la fuerza de voluntarios han recibido instrucciones de no compartir información con extraños.

Para Stephens, es importante que el estado eduque al público sobre lo que es y lo que no es la Guardia Estatal. No solo para que el público sepa cuál será su misión, sino también para que los interesados en alistarse sepan exactamente a qué atenerse, dijo.

En junio, Stephens preguntó a los miembros de su grupo de Facebook si los miembros de la Guardia Estatal llevaban un parche en el hombro en sus uniformes, como harían los miembros de una unidad militar. Dos reclutas respondieron diciendo que no se les permitía compartir ninguna información como aprendices. Uno añadió: “Están controlando lo que publicamos”.

Las fotos tomadas en una ceremonia de graduación muestran que los reclutas sí llevaban un parche en el hombro en su uniforme. El parche muestra un caimán rodeado de las palabras Florida State Guard, dos estrellas y un contorno del estado de la Florida.

Stephens se burló cuando se le preguntó por el carácter secreto de la operación y el entrenamiento.

“Esto no es el SEAL Team Six. No son los batallones Ranger ni las Fuerzas Especiales. Esto es la Guardia Estatal”, dijo. “Si se estuviera llevando a cabo una misión clasificada, probablemente no debería ser con la Guardia Estatal”.

Falta de claridad

En el año transcurrido desde su puesta en marcha, ha habido quejas de falta de comunicación y claridad sobre la misión y los planes de entrenamiento de la fuerza.

Y según los registros revisados por el Herald/Times y entrevistas con voluntarios del programa, varios reclutas abandonaron después de la primera clase de entrenamiento en junio porque temían que fuera más militarista de lo que habían previsto. Entre los que se quejaron estaba un capitán retirado del Cuerpo de Infantes de Marina que presentó una denuncia por agresión y encarcelamiento ilegal contra los instructores de la Guardia.

Tras la graduación del 30 de junio, están surgiendo más preguntas.

Y a partir del 1 de julio, una nueva ley estatal reestructuró el cuerpo. Ahora puede tener una unidad especializada con poderes policiales y autoridad para portar armas, y todas las obligaciones y poderes administrativos se han transferido del general adjunto de la Guardia Nacional de la Florida al director de la Guardia Estatal, un cargo que ha estado vacante un par de semanas.

La Guardia Estatal de la Florida se considera una fuerza de defensa civil y está bajo el mando de un director, que es nombrado por DeSantis. Las guardias estatales de otros 18 estados están bajo el mando de su general adjunto o del Departamento de Asuntos Militares.

La oficina del gobernador no respondió cuando se le preguntó sobre el cambio en la estructura.

“Es muy inusual”, dijo Jean Marciniak, ex miembro de la Guardia Estatal de Nueva York y administrador de StateDefenseForce.com, un sitio web de historia y noticias sobre las fuerzas de defensa estatales del país.

Marciniak expresó su preocupación por la falta de una estructura militar formal en la Guardia Estatal de la Florida, incluida la ausencia de rangos entre la primera promoción de graduados. Sin esa estructura de mando, dijo, la organización tiene poca responsabilidad.

Según la legislación militar, los soldados no pueden abandonar sus puestos y pueden enfrentar penas de cárcel por hacerlo. Una fuerza de defensa civil no tiene esos requisitos. A Marciniak le preocupa que esto pueda crear “grandes responsabilidades futuras” para los voluntarios y la comunidad a la que están llamados a servir.

“Si se despliega una unidad de la Guardia Estatal de la Florida para rescatar a 100 personas atrapadas en techos, ¿cuál es la estructura jerárquica? ¿Quién está al mando? ¿Qué pasa si algunos de los voluntarios deciden que no quieren hacer eso, que es demasiado arriesgado y que se van a casa?”, dijo Marciniak.

Tras una encuesta pública realizada en junio, StateDefenseForce.com decidió no respaldar a la Guardia Estatal de la Florida. Una carta publicada en el sitio se hace eco de las preocupaciones de Marciniak sobre la forma en que la Guardia Estatal se ha estructurado como una agencia civil.

StateDefenseForce.com retiró a la Guardia Estatal de la Florida de su portal digital y ya no informa sobre nada relacionado con la organización. Marciniak dice que la considera una fuerza de defensa estatal “solo de nombre”.

La visión original

En 2019, la idea de una Guardia Estatal no era algo que las autoridades de la Florida hubieran respaldado.

En una carta revisada por el Herald/Times, Eifert, entonces general adjunto de la Guardia Nacional de la Florida, argumentó en contra de reactivarla, diciendo en parte que había “poca necesidad aparente” de una. Su carta fue enviada a Stephens, que había presionado para el restablecimiento de la Guardia Estatal en la Florida.

En aquel momento, Eifert argumentó que la creación de una Guardia Estatal plantearía algunos problemas. Dijo que no había suficientes recursos estatales para mantenerla, señalando los costos de equipamiento, personal y administración, al tiempo que destacaba que los contribuyentes serían financieramente responsables de las lesiones de los miembros, así como de cualquier persona que pudieran lesionar mientras estuvieran de servicio.

En ese momento, Eifert dijo en una entrevista que estaba centrado en el crecimiento de la Guardia Nacional de la Florida. Pero su posición cambió cuando no pudo conseguir el apoyo del gobierno federal para hacer crecer la Guardia. En aquel momento, la Guardia Nacional también estaba respondiendo a la pandemia y a otras emergencias —como el envío de efectivos para entrenar a soldados ucranianos—, lo que ponía de manifiesto las tensiones que enfrentaba.

“Sentí que, por mucho que no quisiera hacerlo, le debía al gobernador tener una fuerza más vigorosa y capaz que pudiera ayudar a compensar la falta de envergadura”, dijo Eifert. La Florida tiene una de las Guardias Nacionales más pequeñas per cápita del país.

La idea, dijo, era tener una Guardia Estatal que pudiera ayudar con la gestión de refugios, el control del tráfico, así como la distribución de alimentos y agua, para apoyar a la Guardia Nacional de la Florida y potencialmente liberar a los soldados de la Guardia para hacer cosas más importantes. Eifert explicó que también existía la posibilidad de llevar a cabo otras misiones, como la contratación de ingenieros para abordar problemas de ciberseguridad en el estado.

En otoño de 2020 estudió la idea con Chris Spencer, director de política y presupuesto de DeSantis, y unos meses más tarde el gobernador anunció que estaba impulsando la reinstauración de la Guardia Estatal, que respondería ante los gobernadores durante las emergencias.

“Los burócratas en [Washington] DC que controlan nuestra Guardia Nacional también se han negado a aumentar el número de guardias a pesar del aumento de la población, dejando a la Florida con la segunda peor proporción de guardias nacionales por habitante”, dijo DeSantis.

Este año DeSantis ha gastado millones de dólares para apoyar la respuesta de la Guardia Nacional de la Florida a estados de emergencia que ha declarado relacionados con la “inmigración ilegal” en Texas y el sur de la Florida. En 2020, DeSantis aceptó enviar tropas de la Guardia Nacional a Washington DC para responder a las protestas tras el asesinato de George Floyd bajo custodia policial.

Pero la visión de Eifert de la Guardia estatal, tal como se implementó en la primera versión de la ley, ha cambiado. Entre los cambios: La fuerza ya no depende del general adjunto.

Cuando se le preguntó por el cambio, Eifert sugirió que poner a la Guardia Estatal bajo la supervisión directa de un director nombrado por el gobernador “podría ser una mejor manera de hacerlo”, porque no supondría una carga para el general adjunto —que controla todas las unidades de la Florida de la Guardia Nacional, con unos 11,000 miembros— con la tarea de poner en marcha una organización completamente nueva.

En su opinión, para que la Guardia Estatal tenga éxito, necesita “buenos líderes, buen entrenamiento y buena financiación”.

El dinero —un presupuesto de $100 millones— es sólido por ahora, dijo. El resto dependerá de quiénes sean los líderes y de cómo se forme la fuerza.