Al comenzar las vacaciones de primavera en Miami Beach, el plan ‘ley y orden’ expone tensiones políticas

Líderes de Miami Beach han tratado de mostrar un frente unido en sus esfuerzos por acabar con el caos de las vacaciones de primavera en marzo, declarando que la ciudad está “rompiendo con las vacaciones de primavera” y detallando severas medidas para acabar con la fiesta, que van desde el cierre de estacionamientos hasta la prohibición del alquiler de Slingshot.

“Ya basta, y por eso estamos tan unidos”, dijo el alcalde Steven Meiner en una conferencia de prensa el 15 de febrero.

Pero en reuniones públicas y entre bastidores, las tensiones políticas han contribuido a un espinoso proceso de planificación y a muchas dudas en los últimos días antes de marzo, lo que plantea interrogantes sobre si los funcionarios están realmente en sintonía y preparados para afrontar los complejos retos que plantean las vacaciones de primavera.

El 21 de febrero, los miembros de la comisión municipal votaron a favor de introducir cambios sustanciales en un plan de estacionamientos previamente aprobado, con lo que los administradores se apresuraron a interpretar las nuevas medidas y a dotar de personal a los estacionamientos de la ciudad, una decisión de última hora casi un año después de que los funcionarios hubieran empezado a debatir los planes para marzo de 2024.

El comisionado que propuso los cambios, David Suárez, sugirió más tarde que la “presión política” había impedido a la administración municipal aplicar determinadas medidas de seguridad y dejó que fuera la comisión la que las propusiera, como hizo Suárez con el cierre de los estacionamientos. Las tensiones entre los funcionarios electos a tiempo parcial y los administradores municipales a tiempo completo han ido en aumento, en parte debido al estilo de confrontación de Suárez, y cuatro altos funcionarios municipales anunciaron recientemente que dejarán sus puestos tras las vacaciones de primavera.

En un comunicado, la portavoz municipal Melissa Berthier negó que la política de haya “tenido algún papel en el enfoque de la administración”, y añadió que “siempre agradecemos las aportaciones de la Comisión Municipal”.

Mientras tanto, el presidente del sindicato de la Policía de Miami Beach ha criticado públicamente los planes de vacaciones de primavera de la administración, diciendo en un post de Instagram del 15 de febrero que la ciudad “no está haciendo nada diferente” de lo que ha hecho en el pasado y está “negándose a usar cosas que han funcionado”, como un bucle de tráfico de South Beach que se desplegó anteriormente durante el fin de semana del Memorial Day. También criticó el plan de la ciudad para cerrar las entradas a la playa en Ocean Drive a las 6 p.m., diciendo que la gente no debe ser impedida de entrar en una playa pública “salvo en caso de emergencia”.

“Los hombres y mujeres del sindicato están cansados de versiones Diet Coke de planes operativos que no funcionan”, dijo el presidente de la Orden Fraternal de Policía, Bobby Hernández, al Miami Herald en un mensaje de texto. “Los habitantes han sido extremadamente pacientes y es hora de tomar las decisiones difíciles”.

El portavoz del Departamento de Policía Christopher Bess dijo que los funcionarios policiales se reunieron el lunes con la junta ejecutiva del sindicato para hablar sobre el plan de tráfico. Bess dijo que todas las partes involucradas, incluyendo Hernández, llegaron a un consenso de que el plan actual de la ciudad, una versión modificada del bucle de tráfico, “es la opción más óptima”.

Hernández dijo al Herald el jueves que todavía prefiere una versión más estricta del bucle de tráfico que impediría a muchos conductores incluso entrar en el distrito de entretenimiento, pero se le dijo que el departamento no tiene los recursos para dotarlo de personal.

‘Ley y orden’

Las vacaciones de primavera de este año llegan tras unas elecciones celebradas en noviembre en las que los electores eligieron un nuevo alcalde y tres nuevos comisionados, todos los cuales hicieron campaña para mejorar la seguridad pública y eliminar la violencia y los titulares negativos que se han convertido en sinónimo de las vacaciones de primavera en Miami Beach.

En cada uno de los últimos dos años, la ciudad ha impuesto toques de queda a medianoche en respuesta a tiroteos en medio de grandes multitudes en Ocean Drive. En 2021, la policía recurrió a los equipos SWAT para hacer cumplir el toque de queda de las 8 p.m., un año después de que la sección local de la NAACP tachara de racista la agresiva respuesta de la policía contra los turistas negros de las vacaciones de primavera.

Meiner, ex comisionado que se presentó como el candidato a la alcaldía de “la ley y el orden”, enfrentará su mayor prueba hasta la fecha después de que su predecesor, Dan Gelber, intentara durante años calmar el caos de las vacaciones de primavera, que nunca remitió.

En la conferencia de prensa del 15 de febrero, Meiner dijo que confía en el plan de la ciudad y espera que las vacaciones de primavera sean un éxito, lo que significaría “tener un marzo sin violencia”.

El comisionado Alex Fernández dijo al Herald que, a pesar de los cambios de última hora y algunos desacuerdos sobre el mejor enfoque, no cree que los factores políticos estén obstaculizando el proceso.

Fernández, que fue elegido en 2021, dijo que los funcionarios han tomado “decisiones audaces” para promulgar las “regulaciones más duras jamás impuestas para Miami Beach durante las vacaciones de primavera”, incluyendo el cierre de garajes de estacionamiento públicos y la prohibición de sentarse en la acera en las cafeterías de Ocean Drive durante el segundo y tercer fin de semana de marzo.

“No veo que esto sea realmente político, aparte de que todos nos hemos comprometido con la seguridad pública”, dijo Fernández. “En la medida en que es político, es por la expectativa que tiene nuestra comunidad de liberarnos de una vez por todas de las vacaciones de primavera”.

‘No es la forma ideal de hacer negocios’

Incluso cuando se están elaborando planes para hacer frente a las multitudes, algunos funcionarios –incluidos los que apoyan medidas estrictas– han expresado sus reservas sobre el proceso.

Cuando la Comisión Municipal votó el 21 de febrero el cierre de garajes y estacionamientos en South Beach, Meiner votó a favor pero dijo que “no era la forma ideal de hacer negocios” y que no debería haberse decidido “sobre la marcha”.

El pasado marzo, Meiner había instado a los funcionarios de la ciudad a establecer un perímetro seguro con detectores de metales alrededor de Ocean Drive en 2024, un paso que dijo que era crucial para evitar otro tiroteo. Después de dos tiroteos mortales en la concurrida Ocean Drive durante las vacaciones de primavera del año pasado, Gelber, el ex alcalde, dijo que estaba claro que “incluso una presencia policial sin precedentes no podía evitar que estos incidentes ocurrieran”. Pero el concepto del perímetro no llegó a materializarse porque la ciudad fue incapaz de conseguir un evento con entradas en el que hubiera estado legalmente obligado a instalar detectores de metales alrededor de una vía pública.

La Comisión Municipal también votó en marzo pasado a favor de un toque de queda en South Beach y de la prohibición de consumir alcohol durante las vacaciones de primavera de 2024. Pero a finales de enero, la comisión de nuevo cuño se negó a abordar los horarios de venta de licores, y algunos funcionarios dijeron que no sentían que fuera una medida eficaz. Un toque de queda aún pudiera aplicarse este año si la administradora municipal, Alina Hudak, opta por declarar el estado de emergencia en algún momento.

En una reunión celebrada el 23 de febrero para debatir los planes para las vacaciones de primavera, la vicealcaldesa, Kristen Rosen González, dijo que la ciudad “probablemente debería” haber reducido el horario de consumo de alcohol, una medida que ya había adoptado en el pasado. “Creo que ese es el mayor error”, dijo.

Rosen González sugirió que los comisionados “no llegaron a examinar” ciertos planes de vacaciones de primavera debido a un período de transición después de las elecciones de noviembre. Pero la comisionada Tanya Katzoff Bhatt rebatió esa afirmación, señalando que se habían celebrado varias reuniones de la comisión para hablar de la estrategia de la ciudad.

“Estamos a cinco minutos del comienzo de las vacaciones de primavera”, dijo Katzoff Bhatt. “Todos tenemos el mismo objetivo, nadie se anda con rodeos. Estamos unidos para que esto sea seguro, agradable y divertido”.

En la reunión —una “sunshine meeting” que no fue grabada en video por la ciudad y en la que los comisionados no podían adoptar medidas a través de una votación formal—, Suárez criticó a la administradora municipal y al departamento de policía por no enviar representantes para que estuvieran allí. Meiner, que observa el Sabbath, tampoco pudo asistir.

Katzoff Bhatt sugirió que la Comisión volviera a reunirse el 28 de febrero para votar las medidas de seguridad adicionales. Pero más tarde retiró esa petición y la reunión extraordinaria no llegó a celebrarse.

“La narrativa de que no hemos tenido tiempo suficiente para discutir ideas específicas durante nuestras reuniones de la comisión no tiene sentido”, dijo Katzoff Bhatt en un mensaje de texto.

Suárez dijo en la reunión Sunshine que quería asegurarse de que la ciudad estaba adoptando todas las medidas para prevenir la violencia.

“Quería asegurarme de que limpiamos nuestra conciencia”, afirmó.

Comerciantes también expresan sus dudas

Las autoridades municipales no son las únicas que cuestionan algunas partes del plan. La Ocean Drive Association, que agrupa a los propietarios de negocios de la zona, manifestó el martes en una carta a las autoridades municipales su “profunda preocupación por la seguridad pública” en relación con algunos de los elementos del plan.

La eliminación de los asientos en las aceras durante los dos fines de semana de mayor afluencia supondrá un aumento del número de turistas que pasean cerca de los hoteles y restaurantes del lado oeste de Ocean Drive, según el grupo, lo que pondría en peligro a los clientes y empleados en caso de estampida, algo que ya ha ocurrido en los últimos años. La asociación también cuestionó la decisión municipal de no reducir el horario de venta de bebidas alcohólicas, alegando que los operadores nocturnos y la venta de alcohol contribuyen a crear un ambiente de “club” en la calle.

“Aunque no somos expertos en seguridad pública, sí lo somos en establecer y preservar un entorno seguro en nuestros locales”, escribió Ceci Velasco, directora ejecutiva.

Varios hosteleros o gerentes se negaron a hacer comentarios para este artículo, alegando que temen represalias de los dirigentes políticos. Pero los que sí lo hicieron expresaron su incertidumbre sobre si las medidas de la ciudad este año estaban rigurosamente pensadas o tendrían el impacto previsto.

Al mismo tiempo, los líderes empresariales se mostraron satisfechos de que no se acepte el status quo y de que la ciudad intente cambiar el patrón de violencia y mal comportamiento de cada mes de marzo.

“No queremos que nuestra ciudad y nuestro destino se asocien con esto”, dijo Mutluhan Kucuk, director administrativo del complejo hotelero Loews Miami Beach, en Collins Avenue.

Algunos propietarios de negocios dicen que no se les ha involucrado adecuadamente en el proceso de la ciudad. Dan Binkiewicz, copropietario de Sweet Liberty, un bar de la 20 Street, dijo que los funcionarios de la ciudad han perpetuado una relación antagónica con las empresas y que, en las discusiones en torno a las medidas para las vacaciones de primavera, “no se sentía como si hubiera un lugar para los propietarios de pequeñas empresas”.

“No da la sensación de que estemos juntos en esto”, afirmó Binkiewicz.

Planes puestos en marcha

Todas estas tensiones y desacuerdos políticos quedan ahora como telón de fondo al comenzar el mes de marzo y entrar en vigor los planes municipales.

A partir de este fin de semana, la ciudad cobrará $30 por estacionarse en garajes y estacionamientos públicos al sur de 42 Street, excepto a los habitantes y empleados; duplicará la tarifa de remolque en South Beach para los no habitantes a $516, y limitará las entradas de la playa en Ocean Drive a las calles Fifth, 10 y 12 antes de cerrarlas a las 6 p.m.

Durante los dos fines de semana siguientes, cuando se espera el mayor volumen de visitantes, se aplicarán medidas aún más disruptivas. Entre ellas, el cierre de estacionamientos, la prohibición del alquiler de vehículos motorizados, lectores de placas vehiculares dirigidos a los autos que entren en la ciudad y un control de alcoholemia en Fifth Street.

Ocean Drive permanecerá abierta al tráfico, en contraste con los planes de años anteriores que han cerrado partes de la calle y la han abierto a los peatones, creando más espacio para las multitudes y un ambiente de fiesta que a menudo incluía gente bebiendo en la calle. Reducir la aglomeración en Ocean Drive pudiera ayudar a evitar estampidas y también pudiera ser bueno para los negocios si los spring breakers se trasladan de la calle a bares y restaurantes, dijo Joshua Wallack, director de operaciones de Mango’s Tropical Café.

“Creo que vamos a ver algún beneficio de esto”, dijo. “No creo que vayamos a tener algunos de los mismos problemas”.

Como en el pasado, la presencia de las fuerzas del orden será masiva. El jefe de policía Wayne Jones dijo en la conferencia de prensa del 15 de febrero que habrá más policías en South Beach en marzo “de lo que nunca se ha visto antes”, lo que incluirá agentes de la ley estatales proporcionados por el gobernador Ron DeSantis.

Desde que asumió el cargo, Meiner ha tenido múltiples conversaciones con DeSantis, quien ha dicho que está ansioso por enviar agentes de la policía estatal para ayudar a Miami Beach durante las vacaciones de primavera. Esta semana, Meiner estuvo en Tallahassee y dijo que se reunió con funcionarios de la Patrulla de Carreteras de la Florida (FHP) y la Policía Estatal de la Florida (FDLE) “para asegurar recursos para las operaciones de las vacaciones de primavera”.

Los comisionados votaron el año pasado para redirigir más de $3 millones que inicialmente se habían reservado para la programación durante las vacaciones de primavera hacia medidas de seguridad pública, un cambio en la estrategia de la ciudad que anteriormente incluía conciertos y actividades.

Wallack dijo que no está de acuerdo con la decisión de la ciudad de no organizar eventos en South Beach este año. “Es todo una postura defensiva para tratar de impedir que la gente acuda allí”, afirmó.

Al igual que otros empresarios de la zona, expresó su incertidumbre ante las próximas semanas.

“No tenemos ni idea de qué esperar”, dijo Wallack. “Es el cierre más intenso de la ciudad que hemos visto nunca”.

Se pueden encontrar más detalles sobre los planes de la ciudad en miamibeachfl.gov/breakup.