Con combates y danza mantienen viva centenaria tradición en honor a Santa Ana en Nicaragua

Nindirí (Nicaragua), 26 jul (EFE).- El nicaragüense Nelsón Alarcón, de 30 años, lleva su rostro pintado en negro, su cabello cubierto con flores de color rojo, y carga una espada de madera. Él es uno de los fervientes devotos de Santa Ana y San Joaquín en el municipio de Nindirí, en el Pacífico de Nicaragua, en donde con combates y danza mantienen viva la centenaria tradición de los 'Chinegros'.

Bajo un sol abrasador, Alarcón se prepara para entrar en combate y liarse con su espada de madera a su rival como parte de la danza de los 'Chinegros', que, según sus participantes, es un tributo de fe y cultura que hacen en honor a Santa Ana y San Joaquín desde hace más de 400 años en el pintoresco municipio de Nindirí, a 25 kilómetros al suroeste de Managua.

Alarcón tiene 10 años de pintarse la cara de negro, cubrirse el cabello con flores rojas y trenzarse en violentos duelos con su espada de madera, en medio de una danza callejera.

Esa tradición, conocida como los 'Chinegros', consiste en que los contrincantes, que deben ser devotos de los "abuelos maternos" de Jesucristo, combaten con espadas de madera al son de la música.

Las peleas son interrumpidas ocasionalmente por la 'yegüita', un personaje que separa a los "gladiadores" para evitar que los ánimos se desborden.

Alarcón cuenta a EFE que heredó la tradición de su abuelo, un hombre que participó 75 años de su vida en esas coloridas tradiciones.

Los 'Chinegros', es una tradición para la familia de Alarcón, que, con entusiasmo y orgullo celebra que sean parte de las personas que mantienen viva esa fiesta de fe religiosa popular en honor a San Ana y San Joaquín.

El nicaragüense Erving Cerrato, otro vecino de Nindiró, de 35 años, y devoto de los santos, dice a EFE que tiene 8 años de participar en esas festividades y que lo hace “para que no se pierda la tradición”.

“Tengo dos hermanos y un sobrino que también participan", comparte Cerrato, para quien la danza no es solo un acto de fe, sino una forma de preservar la rica cultura de su pueblo.

La tradición de los 'Chinegros', que tiene reglas estrictas y es conocida por sus duelos con espadas de madera, atrae a cientos de nicaragüenses que cumplen promesas hechas a Santa Ana y San Joaquín, también a curiosos y turistas internacionales.

Las calles de Nindirí, un pueblo enclavado entre las ciudades de Managua y Masaya, se llenaron este viernes de decenas de devotos que se atacaron con largas piezas de chaperno, una madera nativa de Centroamérica y que una vez seca se vuelve extremadamente dura.

Con cada golpe en esa batalla rítmica, los habitantes de Nindirí mantienen viva una antigua tradición, que es tanto un acto de devoción, como una celebración de su identidad cultural.

(c) Agencia EFE