Los combates se acercan a la última maternidad del este de Ucrania

Vitali, de 29 años, observa a su esposa, Katerina, de 30, mientras ésta sostiene en brazos a su hija Dasha, de tan solo nueve días, en una habitación de la maternidad de Pokrovsk, en la región de Donetsk, el 20 de julio de 2024 al este de Ucrania (Anatolii Stepanov)
Vitali, de 29 años, observa a su esposa, Katerina, de 30, mientras ésta sostiene en brazos a su hija Dasha, de tan solo nueve días, en una habitación de la maternidad de Pokrovsk, en la región de Donetsk, el 20 de julio de 2024 al este de Ucrania (Anatolii Stepanov)

En la última maternidad aún abierta en el este de Ucrania, pacientes y médicos no pueden dormir debido al furor de la guerra.

En Pokrovsk -un nudo de transporte en la mira de las fuerzas invasoras rusas- la maternidad vive al ritmo de los bombardeos, cada vez más intensos y cercanos.

"Tuvimos diez ataques anoche, ¿lo puedes creer? ¡Diez!", expresó Ivan Tsyganok, de 58 años, jefe del centro médico.

El obstetra emite órdenes a diestra y siniestra mientras avanza por los pasillos visitando pacientes.

"No están durmiendo suficiente. Están mal alimentados, están estresados", comentó sobre el estado general de las madres y bebés en el hospital.

Pokrovsk, que llegó a tener una población de 60.000 personas, se ubica a 20 km de las tropas rusas, que se acercan cada vez más.

Moscú también busca tomar una carretera cercana que enlaza a Pokrovsk con Kramatorsk, la ciudad más grande de la región industrial de Donetsk bajo control ucraniano.

La maternidad de Kramatorsk fue destruida.

La región ha estado bajo control marcial de las fuerzas separatistas rusas desde 2014, y ha sufrido varios ataques mortales contra sus unidades de maternidad.

Entre ellos figura el brutal asedio del puerto de Mariúpol al inicio de la guerra y el reciente ataque a Selidove.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que ha documentado al menos 1.170 ataques contra instalaciones médicas ucranianas, que han matado al menos 136 trabajadores y pacientes.

- A la luz del teléfono -

"Con la carretera cerrada se hace difícil que envíen sus pacientes a nuestro centro", señaló Tsyganok.

Las mujeres que viven cerca del frente deben ahora tomar una ruta más larga por una zona frecuentemente atacada con drones y artillería, indicó.

El presidente Volodimir Zelenski urgió a los pobladores a salir de Donetsk, y las autoridades han realizado evacuaciones forzadas en algunos pobladores en el frente.

¿Están pensando trasladar a los pacientes o cerrar el hospital? "Entendemos los riesgos", dijo Tsyganok, "pero mientras haya pacientes aquí, no podemos detener nuestro trabajo".

Al pasar por una sala de cirugía, apunta a las bolsas de arena que cubren las ventanas para proteger a los pacientes y los médicos.

La electricidad es otro problema. Los bombardeos rusos contra las plantas energéticas ucranianas han reducido a la mitad la capacidad de generación eléctrica del país comparado con hace un año. Los apagones son frecuentes en las cercanías del frente.

"Tuvimos un apagón en medio de una cesárea delicada y tuvimos que terminar a la luz de nuestros teléfonos porque hubo un problema con el generador", contó Tsyganok.

La falta de personal también se ha convertido en un problema.

"Algunas de nuestras enfermeras viven en la línea del frente. Muchas se han ido", dijo Tsyganok.

"El pueblo es bombardeado regularmente. La situación afecta a empleados y pacientes", agregó.

Dijo que se han "duplicado" los partos prematuros en la región de Donetsk desde la invasión rusa de febrero de 2022.

- Desprotegidas -

"Mujeres a punto de dar a luz necesitan estar en un entorno médico protegido. ¿Qué entorno protegido puede haber viviendo en Avdiivka?", preguntó.

Rusia capturó en febrero las ruinas de ese poblado industrial de 30.000 habitantes y ha avanzado hacia Pokrovsk.

En una ala, Tetiana Pychuk miraba a su hijo Timofey, con solo dos días de nacido.

La mujer de 31 años es oriunda de Selidove, donde un bombardeo ruso mató en febrero a una mujer embarazada en una unidad maternal.

Había pasado toda la noche albergada en la seguridad relativa del corredor del hospital en medio de la amenaza de un ataque ruso con misiles.

"Hubo bombardeos a lo largo de mi embarazo", recordó Pychuk.

Indicó que su hija mayor nació hace 12 años y ha crecido con el sonido de los combates entre el ejército ucraniano y los rebeldes prorrusos.

Consultada por qué abandonó Selidove, corrieron lágrimas por su rostro antes de responder que fue "cuando cayó un racimo de misiles al frente de la casa".

¿Qué futuro cree que tendrán sus hijos? "Honestamente no sé qué ocurrirá en una semana, en una quincena", respondió secándose las lágrimas.

El cierre del maternal sería "trágico" para los habitantes de Donestsk, según Tsyganok.

Tendrían que trasladar los equipos y pacientes a Dnipró, una ciudad a unos 200 km que también enfrenta esporádicos bombardeos aéreos, un recorrido peligroso para una mujer en labores de parto.

"Vamos a evacuar pero aún no sé cuándo", comentó Tsyganok. "Los soldados están combatiendo para que sus compañeras puedan dar a luz aquí".

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