Las cinco claves que explican el sorpresivo triunfo del outsider Noboa y la nueva frustración de Correa

Daniel Noboa
Daniel Noboa - Créditos: @Martin Mejia

QUITO.- Cuando el presidente Guillermo Lasso disolvió la Asamblea Nacional en mayo y convocó a elecciones anticipadas, el correísmo vio inmediatamente su regreso a la presidencia de Ecuador. Nadie se esperaba que la maquinaria política de Rafael Correa perdiera una contienda que daban por ganada en manos de un outsider empresario con apenas dos años de carrera política. Ni siquiera el mismo Daniel Noboa, que ayer agradeció a quienes apoyaron a “un proyecto político improbable” como el de su partido Acción Democrática Nacional (ADN).

El heredero bananero de 35 años que se define como un “socialdemócrata”, venció el domingo en las urnas al movimiento izquierdista representado por la abogada Luisa González con el 52% de los votos sobre un 48%, lo que ratificó el cambio que exigen los ecuatorianos ante un país hastiado de la crisis política y la violencia.

El líder virtual de Revolución Ciudadana atribuyó su derrota a los “poderes enormes” que enfrentan a su partido, “hasta se asesinó a un candidato para evitar nuestra victoria”, escribió en X (antiguo Twitter), su principal centro de comando. “La traición de Lenín Moreno sigue causando estragos, pero que nadie dude de que, al final, Ecuador volverá a la senda del desarrollo e integración latinoamericana”, agregó.

En cambio, desde el escenario del búnker del Hotel Quito, Luisa González adoptó un tono conciliador al felicitar a su adversario y extender el apoyo de su partido para lograr un “Ecuador que necesita estar unido”.

¿Qué es lo que impulsó el meteórico ascenso de Daniel Noboa, un joven empresario que pasó de una breve gestión como asambleísta hasta el Palacio Carondelet?

1. Necesidad de un cambio

La gran mayoría de los ecuatorianos están cansados de la política. Así lo demuestran las cifras. El último estudio de Latinobarómetro arrojó que el apoyo a la democracia alcanza en Ecuador un 37%, mientras el respaldo al autoritarismo viene en crecimiento desde 2020 hasta llegar este año a un 19%. Se evidencia también con el fuerte rechazo hacia los principales poderes del estado, como el legislativo. Previo a la muerte cruzada, la encuestadora Perfiles de Opinión publicó que el 94% de los ecuatorianos desaprueba la gestión de sus asambleístas.

En esta elección se demostró la “frustración generalizada de los ciudadanos con el status quo, particularmente con el gobierno del presidente [Guillermo Lasso], y una fuerte demanda a un cambio a esta situación”, explicó a LA NACION Sebastián Hurtado, presidente de la consultora Prófitas.

La académica e investigadora Caroline Ávila Nieto destacó que el hartazgo con la política tradicional hay que entenderlo en un “contexto de fracaso de la clase política”, que deriva en un “llamado a elecciones en el que el político que hizo mal su trabajo le vuelve a pedir al votante que por favor crea en él”.

Así, ganó quien logró mantenerse por fuera de las hostilidades de la política, reflexionó la experta. Durante toda la campaña electoral Daniel Noboa logró mantener un discurso lejos de “la guerra sucia”, como el mismo definió, para atrapar al electorado con un mensaje de propuestas de cambio para un futuro “por el Nuevo Ecuador”.

Lo que más benefició al empresario finalmente, no fue solo el hecho de ser un outsider, sino que “representaba la posibilidad de ir más allá de la dinámica correísmo - anticorreísmo que es lo que ha primado en la política ecuatoriana en 20 años”, sumó Hurtado.

2. El voto joven

Los jóvenes fueron la masa de votantes que los dos candidatos en el ballottage se esforzaron por conmover, ya que representan un relevante 25% del total de los votantes. Ambos se volcaron a la arena electoral que cada vez toma más relevancia en las contiendas electorales de la región: las redes sociales.

“Al correísmo ya le dimos diez años. Noboa es un figura joven, que tiene buenas ideas principalmente para los jóvenes como él, que son el motor de nuestro país”, comentó a este medio Lucía, encargada de un hotel del casco histórico de Quito.

Noboa se rodeó inmediatamente de influencers, de figuras relevantes para Ecuador tales como el popular Logan Mois, un creador de contenido que con sus “CarPooldeLogan” le ayudó al candidato a ganar visibilidad, o con videos en el ring con el reconocido luchador Marlon Vera. Los analistas coinciden en que se vio beneficiado además por el impulso que le dio su esposa, Lavinia Valbonesi, la influencer que da consejos de nutrición en sus redes sociales. Y finalmente en la segunda vuelta fue furor con su iniciativa de los muñecos de cartón de Noboa, que distribuyó por varias ciudades, y se volvieron virales en redes sociales cuando sus simpatizantes enloquecieron por conseguir uno para llevarse a su hogar.

El electo presidente tuvo “iniciativas asociadas a la gamificación, como esto de los muñecos, haciendo co-partícipes a esta nueva generación de votantes a la que le gusta sentirse parte de algo”, señaló Ávila Nieto.

3. Inseguridad

La ola de inseguridad que azota a Ecuador, un país que pasó de ser una isla de paz al epicentro de la violencia regional, fue el principal reclamo del votante a la hora de elegir en los comicios del domingo. El pedido se volvió más fuerte cuando el asesinato del candidato Fernando Villavicencio traumatizó a la población y generó un remezón en el tablero electoral.

“La violencia ha tenido mucha influencia en la campaña electoral, que ha favorecido a algunos candidatos dándoles más visibilidad, como a Daniel Noboa o incluso Jan Topic. Y también perjudicó al correísmo. [El periodista Fernando] Villavicencio ha sido un rival tradicional para el correísmo [por sus denuncias de corrupción contra Corea]. Entonces alguna gente cuanto menos le atribuyó cierta responsabilidad y esto perjudicó a Luisa González”, indicó Hurtado.

En su corto año y medio que tiene por delante, Noboa tendrá que dar respuestas a este problema urgente que atormenta a 18 millones de ecuatorianos, además de asegurarse que el caso Villavicencio encuentre a un responsable.

4. Economía

Hay quienes dicen que “mejor malo conocido que bueno por conocer”. El refrán no aplicó en Ecuador. La propuesta en materia económica de Noboa, quien plantea que atraerá inversiones para reactivar la economía y se enfocará en proteger la dolarización, es una gran incógnita para la mayoría de los expertos. Aún así, su propuesta “sin ser clara ni definida es menos mala que la de que la de Luisa González”, remarcó a LA NACION el economista y asesor corporativo Christian Albuja.

“Noboa no dice todavía su equipo, quiénes lo van a acompañar en el Ministerio de Economía, en el Banco Central (...) pero Luisa proponía tomar mucho dinero de las reservas monetarias lo que implica un riesgo para la estabilidad del país, eventualmente endeudarnos para seguir gastando de manera ilimitada. No gana Noboa por el hecho de una propuesta, sino por el hecho de que la propuesta de su contendora era peor y no tenía sentido y la gente ya conoce su efecto”, agregó.

5. La figura de Correa, desgastada

El principal perdedor de esta contienda, más que Luisa González o el correísmo como movimiento, fue Rafael Correa. El expresidente, exiliado en Bélgica, a quien le pesan ocho años de condena de prisión y 25 de inhabilitación a cargos públicos, iba a resurgir como figura en el escenario político de Ecuador al ser uno de los principales asesores ante un eventual triunfo de su delfín. Además, tenía la posibilidad de que su heredera llegara al poder para revertir el plebiscito de Lenin Moreno que le impedía candidatearse para una relección. Lo que evidenciaron estos comicios es el desgaste de la figura de Correa, lo que supone un desafío a la Revolución Ciudadana para buscar una renovación.

“Ya es hora de que se reinventé el correísmo y lo que es necesario es que se de relevo, se vea quién puede tomar la posta para un nuevo liderazgo que sea más representativo y conecte mucho más con el nuevo electorado ecuatoriano”, analizó en conversación con LA NACION la experta en comunicación política Natali Becerra. “Ayer vimos un buen mensaje de Luisa González, vimos a alcaldes de la Revolución felicitando al ganador. Pero Correa insistió [en Twitter] con un discurso que ya no pega con el nuevo electorado. La idea de que Correa siga siendo el gran paraguas para las elecciones es hora de replantearlo”.