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Claro que el mentiroso George Santos tiene vínculos con Florida. Aquí la verdad no vale mucho | Opinión

¡De manera que George Santos, el mentiroso por excelencia, tiene vínculos con Florida! ¿Cuál es la sorpresa?

Para citar parcialmente a nuestro ilustre gobernador, otro mentiroso, este es el estado donde la verdad “viene a morir”.

El congresista de Nueva York puede reclamar el título actual de “Mentiroso más prolífico del lote” pues sus mentiras biográficas recorren ciudades y continentes. Pero mentir en Florida se ha convertido en una práctica política aceptable para el Partido Republicano del estado.

Es una estrategia que casi siempre gana elecciones.

Santos, Salazar y Rubio

La congresista María Elvira Salazar, por ejemplo, lanzó su campaña contra la expresidenta de la Universidad de Miami, Donna Shalala, con un anuncio de televisión que afirmaba que “mi viaje estadounidense comenzó aquí con cinco dólares en el bolsillo” como si hubiera nacido en Cuba.

Dato: Nació en Miami y dudo mucho que sea el único ser humano en llegar a este mundo con un billete adjunto.

Una vez expuesta su mentira, nunca se molestó en sacar el anuncio del aire.

El senador Marco Rubio también mintió repetidamente sobre su pasado cubano, diciendo que sus padres llegaron a Estados Unidos huyendo del régimen de Castro.

Realidad: Eran inmigrantes económicos, anteriores a Fidel Castro, como reveló un libro.

¿Ve la tendencia y el punto en común, con Santos?

Para estos cubanoamericanos, la mentira sirve para sumar puntos a costa de la herida abierta de ser exiliados de nuestra patria, algo que estos estadounidenses de primera generación no son. Santos, de ascendencia brasileña, nació en Queens.

Todos quieren que sus biografías sean más sufridas de lo que son para apelar a las sensibilidades de los votantes. En el caso de Santos, mintió, entre otras cosas, acerca de que su madre huyó del ataque terrorista a las Torres Gemelas y luego murió del cáncer que sufrió después.

Todas las mentiras son despreciables, pero ninguna es más peligrosa que las maquinaciones del gobernador de Florida, Ron DeSantis.

Ha perfeccionado el arte de convertir incidentes aislados en tendencias contra las cuales legislar y desacreditar la ciencia para imponer políticas de salud.

Su caracterización de la eficacia de las máscaras le valió una calificación de falsedad de pantalones en llamas. Y transformó la queja de una madre sobre el manejo de su adolescente, posiblemente no binario, en una ley radical contra los niños homosexuales en la educación.

Luego, está la propia Florida.

El estado, capital del fraude de Medicare y Medicaid, atrae a una variedad ecléctica de los George Santos del mundo.

Hay gente de lengua rápida como el cabildero Roger Stone, que podría convocar a los medios como nadie y convertir cualquier interpretación falsa de los hechos en una verdad comercializable. Antes del huracán Ian, les vendía a Donald Trump a los bañistas de la isla de Sanibel.

Luego está el falso príncipe saudí que estafó a inversores unos $8 millones en 2017. Si la historia nos sonó familiar a algunos de nosotros, fue porque otro presunto jeque también desfiló por la ciudad y estafó a muchos en la década de 1990.

Cosas legendarias de nuestro Miami, tan dispuesto a creerle a los charlatanes.

Por lo tanto, no fue una gran sorpresa que una investigación del Miami Herald sobre los informes financieros de la campaña de Santos descubriera que pasó tiempo recorriendo el estado en 2021 y 2022, desde Miami hasta Orlando, y presentó $17,000 en gastos de campaña que son, en el mejor de los casos, cuestionables.

La campaña de George Santos declaró haber comprado comida en Miami Diner, en 919 Alton Rd., en días consecutivos de octubre de 2021, pero el socio administrativo dice que no hay recibos que coincidan con las cantidades indicadas por la campaña. El restaurante, fotografiado el 30 de enero de 2023, se ha convertido desde entonces en un lugar de gyros griegos y panadería.

¿Quién se hospeda en el W de $700 la noche en South Beach por solo $199.99, que resulta ser la cantidad que puede gastar, de acuerdo con las reglas del informe financiero de la campaña, sin un recibo?

Entre los posibles escenarios está que estaba tratando de ganar dinero fácil con una estadía que otro pagó. En ese caso, necesitaba revelar eso como una contribución a su campaña.

Solo me sorprende que Santos —al que supuestamente le gustaba vestirse de mujer en Brasil— no presentara gastos para el brunch dominical en el lugar favorito de DeSantis para acosar en Miami, R House en Wynwood, donde las drag queens bailan y sirven mesas con críticas de cinco estrellas.

Pero bueno, Santos se ha esforzado por ocultar ese lado brasileño bajo toda su armadura estilo profesor de Nueva Inglaterra.

LEER MÁS: Tarifas de estacionamiento ‘imposibles’, facturas de comedor desconcertantes: volviendo sobre los pasos de George Santos en Miami

No podemos hablar mucho ya que el historial de gastos descuidados de Rubio puede superar al de Santos con su uso de la tarjeta de crédito del Partido Republicano cuando ocupó cargo estatal.

Cargó a la tarjeta del GOP más de $22,000 en gastos personales, festejando en Las Vegas y pavimentando la entrada de su casa en West Miami. También cobró seis boletos de avión a Tallahassee que luego presentó en informes de gastos para obtener un reembolso.

Una manera de hacer un dinerito por debajo de la mesa. Bien debajo.

A Rubio el presunto fraude no le ha costado ninguna elección en Florida, pero sí se usó en su contra cuando se postuló para la nominación presidencial republicana en 2016.

“El corrupto Marco Rubio lleva años defraudando al pueblo de Florida”, dice el más efectivo anuncio en su contra.

La mejor parte llega al final, cortesía de su ahora mejor amigo, el expresidente.

“Soy Donald Trump y aprobé este mensaje”, dice.

Les digo, somos un imán para los mentirosos y tramposos, y los votantes desarrollan una devoción de ojos ciegos, dejando que los políticos salgan ilesos.

De hecho, las mentiras más grandes —que el Partido Demócrata está formado por socialistas y comunistas con una agenda marxista— han alcanzado prominencia nacional sin evidencia alguna, solo a fuerza de repetirlo.

Así es que Jorgito Santos es solo un bebé en el bosque en Gunshine State que es la Florida.

Pronto, se graduará como millonario y comprará una segunda casa.

Fabiola Santiago: 305-376-3469, @fabiolasantiago