Cuando la clínica de abortos llegó a la ciudad

Un nuevo letrero exterior instalado fuera de Choices, la clínica de abortos de Carbondale, Illinois, el 16 de septiembre de 2022. (Erin Schaff/The New York Times).
Un nuevo letrero exterior instalado fuera de Choices, la clínica de abortos de Carbondale, Illinois, el 16 de septiembre de 2022. (Erin Schaff/The New York Times).

CARBONDALE, Illinois — Nunca había habido una clínica para suspender el embarazo en el tranquilo pueblo universitario de Carbondale. Así que cuando esta primera clínica abrió en el otoño, sacó a la luz tensiones que habían permanecido ocultas durante mucho tiempo entre los residentes.

Regine Garmon, residente de Carbondale que trabaja en la clínica, estaba de pie observando el juego de básquetbol de su hijo cuando alcanzó a oír a un grupo de padres hablar sobre la apertura de la clínica. Una madre preguntó si los empleados de la clínica alentarían a las adolescentes de la comunidad a ser sexualmente irresponsables.

“Es muy frustrante pensar que eso piensan de nosotros algunas personas, pero proporcionamos atención médica; estamos haciendo algo bueno”, dijo Garmon.

Mark Surburg, pastor del poblado vecino de Marion, participó en una protesta reciente, en la que los manifestantes se apostaron a la entrada de la clínica cuando llegaba el personal. “Me sorprendió darme cuenta de que esto está sucediendo en nuestro propio patio trasero”, afirmó.

En Carbondale, ubicado en el extremo sur del estado de Illinois, la mayoría de los residentes evita hablar del aborto. Pero después de que la Corte Suprema revocó el fallo de Roe contra Wade, la localidad se encontró en una ubicación clave para las clínicas de abortos que quieren prestar servicios a pacientes que viajan desde estados donde el procedimiento ahora está prohibido, como Tennessee, Arkansas y Misuri. Carbondale cuenta ya con dos clínicas, incluida Choices, donde trabaja Garmon.

El poblado es un estudio de contradicciones, ni muy conservador ni muy liberal. Hay un centro comunitario LGBTQ en la misma calle donde se encuentra una iglesia Bautista del Sur y un dispensario de marihuana recreativa al lado de un depósito de trenes de finales de siglo. El representante Mike Bost, un aliado confiable del expresidente Donald Trump, tiene un despacho en Carbondale, aun cuando en la localidad ganaron los demócratas en las últimas dos elecciones presidenciales. Los lugareños dicen que la Universidad del Sur de Illinois ha hecho que la población de la ciudad se diversifique, aunque más de un 60 por ciento de sus habitantes siguen siendo personas blancas.

Choices abrió en Memphis, Tennessee, hace casi medio siglo pero, en años recientes, a medida que se acercaba la posibilidad de que se revocara el precedente Roe, Jennifer Pepper, la directora ejecutiva de la clínica, dijo que sabía que iban a necesitar una nueva sucursal para ofrecer servicios de interrupción del embarazo. Cuando Pepper y su equipo se decidieron por Carbondale, comenzaron a acercarse a los líderes locales para ayudar a suavizar la transición.

Trabajadores de mudanzas sacan una camilla médica de un camión frente a Choices, la clínica de abortos en Carbondale, Illinois, el 12 de septiembre de 2022. (Erin Schaff/The New York Times).
Trabajadores de mudanzas sacan una camilla médica de un camión frente a Choices, la clínica de abortos en Carbondale, Illinois, el 12 de septiembre de 2022. (Erin Schaff/The New York Times).

“Cuando llegas a la casa de alguien, tienes que presentarte con la gente, compartir el pan”, explicó Pepper.

Chastity Mays, madre de tres hijos que ha vivido en Carbondale desde 1994, ayudó a facilitar estas presentaciones. Mays, quien trabaja como partera, ofreciendo apoyo a las mujeres embarazadas cuando dan a luz, organizó almuerzos entre el equipo de Pepper y líderes de Carbondale como el jefe de policía y los concejales de la ciudad.

El personal de la clínica dijo que algunos de los residentes de Carbondale les habían dado algunas muestras de apoyo, pues traían a la clínica algo que habían horneado en casa o notas alentadoras.

“Así es Carbondale”, comentó Mays, quien alabó a la comunidad por ser un lugar donde los residentes están dispuestos a dar una mano.

Pero en una reunión del Concejo Municipal de la ciudad celebrada en mayo, los opositores del aborto exhortaron a los líderes a impedir que Choices, y cualquier otro proveedor de abortos, abrieran en la ciudad.

La sala estaba tan repleta de residentes y gente de las ciudades vecinas que fue necesaria otra sala más.

Al comienzo de la reunión, el Concejo le dio a la gente la oportunidad de hablar sobre cualquier tema relacionado con la localidad. Jared Sparks, pastor bautista en Carbondale, fue el primero en acercarse al micrófono.

“El aborto es homicidio, quienes lo hacen violan las leyes de Dios”, afirmó. La sala estalló en aplausos mientras Sparks les decía a los concejales que eran “cómplices de la violencia y el asesinato de niños y niñas”.

Mientras hablaba, una fila de personas se formó detrás de él. Durante casi una hora, el Concejo escuchó comentarios de hombres y mujeres, muchos de los cuales pronunciaron preocupaciones apasionadas similares a las de Sparks. Muchas de las personas sentadas detrás de los oradores, asentían para mostrar su aprobación.

Algunos asistentes, incluida Mays, hablaron a favor de la clínica.

A medida que se acercaba el día de la apertura de la clínica, había más evidencias de las tensiones en el pueblo. Varias empresas se negaron a hacer negocios con Choices. Un vocero de Pepper dijo que la empresa eléctrica local le pidió a la clínica que buscara otro proveedor de servicios públicos porque había recibido mensajes de acoso en línea y llamadas de opositores al aborto.

A pesar de todo, la clínica se inauguró en octubre, y algunas pacientes han manejado durante horas hasta Carbondale, lo que pone de manifiesto que estos servicios tienen demanda en toda la región.

A fines de octubre, Miracle, quien pidió que solo se mencionara su nombre de pila debido a temores de acoso, condujo 3 horas y media hasta Carbondale desde Arkansas con su hija de brazos para interrumpir su embarazo. Relató que se había colocado un dispositivo intrauterino, o DIU, poco después del nacimiento de su hija, pero, menos de un año después, el DIU falló y estaba embarazada de nuevo. Al igual que la mayoría de las mujeres que buscan practicarse un aborto, muchas de las pacientes de la clínica ya son madres.

Cuando Miracle le preguntó a su médico qué opciones tenía, este le respondió que podía rezar.

Se sentía afortunada de poder tomar un día de descanso de su trabajo para hacer el viaje de un estado a otro, esto le fue posible más que nada porque es propietaria de su propio negocio y no tiene que solicitar tiempo libre.

Los grupos antiaborto de otros estados también han llevado su atención a la clínica de Carbondale. Después de que el aborto se prohibió en Misuri, Churches for Life, una organización con sede en San Luis, comenzó a centrarse en estados cercanos. El grupo está en contacto con Surburg, el pastor de Marion, Illinois.

En los 16 años que Surburg y su familia han vivido en el sur de Illinois, siempre se ha sentido aislado del debate sobre el aborto, mencionó. Le preocupó enterarse de que otro proveedor de abortos, la Alamo Women’s Clinic, había abierto hacía poco, luego de trasladarse de Texas a Carbondale.

“Hay muchas iglesias a las que les preocupa este tema, pero hacen todo en la burbuja de su comunidad”, afirmó Surburg. Alabó a Churches for Life por coordinar protestas contra Choices, cuyo tamaño ha disminuido desde que abrió la primera clínica.

James Price, quien ha vivido en el sur de Illinois desde hace veinte años, dijo que se había reunido con Surburg y otros cristianos de la localidad que se oponen al aborto.

“Nunca me había involucrado tanto sino hasta que llegó a mi ciudad natal”, comentó Price acerca del debate sobre el aborto.

Garmon, quien dejó un trabajo remoto en una aseguradora para unirse al personal de la clínica, comentó que aún no se acostumbraba del todo a las protestas irregulares.

“A veces solo se quedan en la banqueta”, narró, “pero los más atrevidos llegan hasta el extremo del estacionamiento, justo frente a tu auto”.

Stacy, una enfermera de la clínica que pidió que solo se le identificara con su nombre de pila, ya que le preocupa la reacción de su comunidad religiosa, mencionó que se sintió aliviada cuando su abuela le dijo que la apoyaba en su nuevo trabajo. Ella y su familia asisten a misa cada domingo y dice que le ha costado reconciliar el aborto con su fe cristiana.

“Para poder aceptar este trabajo recé mucho”, recordó. Estaba en contra del aborto hasta que se embarazó a los 18 años y consideró interrumpirlo.

Stacy comentó que no abortó y no lamenta su decisión, pero el temor que sintió matizó su postura en este tema.

“Es una decisión que da miedo y no sabes cómo te sentirás sino hasta que tienes que decidir”, comentó.

Dice que trata de recordar ese miedo cuando atiende a pacientes en la clínica, que suelen llegar exhaustas después de pasar varias horas al volante.

Alyssa, quien pidió que solo se usara su nombre de pila por temor a cómo pudiera responder su comunidad, llegó a Choices en octubre luego de un viaje de 5 horas y media desde su casa en Misisipi. Tiene dos hijos pequeños, uno de ellos de brazos, así que cuando supo que estaba embarazada, sabía que no podría mantener a un tercer hijo.

Alyssa usó todos sus ahorros en el viaje a Carbondale, la clínica más cercana, e hizo el viaje sola. Llevaba varias noches sin dormir por la ansiedad de tener acceso al procedimiento. Cuando llegó a la clínica, le dijo al personal que le preocupaba no tener suficiente dinero para la gasolina del viaje de regreso.

Garmon ayudó a reunir suficiente dinero para cubrir el aborto de Alyssa, y le dejó dinero suficiente para el combustible del largo regreso a casa.

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