Por qué la ciudad de Nueva York está comprando boletos de autobús para migrantes que se dirigen a Canadá

Damián Gutiérrez se asoma por la ventana de un autobús con dirección a Plattsburgh, Nueva York, de paso por Secaucus, Nueva Jersey, el 4 de febrero de 2023. (José A. Alvarado Jr./The New York Times).
Damián Gutiérrez se asoma por la ventana de un autobús con dirección a Plattsburgh, Nueva York, de paso por Secaucus, Nueva Jersey, el 4 de febrero de 2023. (José A. Alvarado Jr./The New York Times).

NUEVA YORK — Los funcionarios de Nueva York, que alguna vez condenaron a los líderes de Texas por transportar en autobús a inmigrantes desde la frontera sur y calificaron tal trato de inhumano, están comprando boletos de autobús para los recién llegados que quieren ir al norte y buscar asilo en Canadá.

Al principio, el alcalde Eric Adams había dado la bienvenida a los migrantes, pero desde entonces ha comenzado a hacerse eco de las opiniones de los líderes del sur, al decir que la ciudad estaba sufriendo por la presión de darle acogida a más de 42.000 personas necesitadas.

Ahora los funcionarios de la ciudad están ayudando a reubicar un número creciente de migrantes que viajan a la frontera norte de Nueva York, donde los cruces están aumentando.

La llegada de los migrantes ha generado preocupación entre los funcionarios de Canadá, un país que tradicionalmente ha sido receptivo con los inmigrantes pero que está tratando de desalentar los cruces ilegales.

Adams dijo el martes que la ciudad no estaba obligando a la gente a marcharse.

“No le decimos a nadie que vaya a ningún país o estado”, afirmó. “Hablamos con la gente y dicen que su deseo es ir a otro lado. En realidad, no hay un esfuerzo coordinado”.

Durante meses, la ciudad de Nueva York ha estado comprando boletos para los migrantes que quieren ir a otras ciudades para encontrarse con familiares o amigos, señalaron las autoridades.

Elsa Brito, a la izquierda, sostiene a su nieta de dos meses, Amber Peña, mientras duermen a bordo de un autobús que se dirige a la frontera con Canadá, en Albany, Nueva York, el 5 de febrero de 2023. (José A. Alvarado Jr./The New York Times).
Elsa Brito, a la izquierda, sostiene a su nieta de dos meses, Amber Peña, mientras duermen a bordo de un autobús que se dirige a la frontera con Canadá, en Albany, Nueva York, el 5 de febrero de 2023. (José A. Alvarado Jr./The New York Times).

La política de la ciudad y los comentarios de Adams enfatizan cómo las jurisdicciones de todas las inclinaciones políticas están luchando para adaptarse a un movimiento migratorio global.

Muchos de los migrantes que se dirigen a Canadá no conocen a nadie. Algunos se enteraron en TikTok de la posibilidad de viajar hasta allá. Rosiel Ramírez y su familia, que vinieron de Venezuela, consideraron esa posibilidad por primera vez después de recibir mensajes de otra familia que conocieron en un refugio en el distrito de Brooklyn, en la ciudad de Nueva York, y que hace poco se fue a Montreal.

Al igual que otros inmigrantes, Ramírez, de 26 años, dijo que se sintió atraída por Canadá porque allí los permisos de trabajo para los solicitantes de asilo tardan menos en otorgarse que en Estados Unidos, donde los retrasos legales significan que obtener documentos de trabajo puede llevar años.

El sábado por la noche, Ramírez y su familia —su esposo, sus tres hijos, su madre, su hermano, su esposa y el hijo de estos— se dirigieron a la Terminal de Autobuses de la Autoridad Portuaria. Las tropas de la Guardia Nacional, que habían establecido un área de espera especial para migrantes, les dieron boletos para un viaje nocturno en autobús a Plattsburgh, Nueva York.

Ramírez llegó por primera vez a la Autoridad Portuaria hace cinco meses, cuando los funcionarios de Texas transportaban en autobús a miles de migrantes semanalmente a ciudades como Washington D. C. y Nueva York.

Ella y su esposo no encontraron trabajo estable para ayudar a mantener a sus hijos, Rose, de 10 años; Sámara, de 2; y Amber, de 2 meses. Cuando escucharon que la ciudad estaba pagando los boletos de autobús hacia el norte, decidieron irse definitivamente.

El camino a Canadá

El destino de la mayoría de los migrantes es Roxham Road, en un área rural del condado de Clinton, Nueva York, cerca de la cima de las montañas de Adirondack. El año pasado, el número de solicitantes de asilo que cruzaron a Quebec a través de Roxham Road superó los 39.000, el doble del récord anterior de 2017.

Solo en diciembre, 4689 personas ingresaron a Canadá a través de Roxham Road, más que todos los “cruces fronterizos irregulares” combinados en 2021, según datos de inmigración canadiense.

Roxham Road, donde los funcionarios de inmigración canadienses reciben a los migrantes en un granero prefabricado, es un popular punto de entrada informal para aquellos que no quieren estar sujetos a una ley que exige que los solicitantes de asilo pidan protección en el primer país seguro al que lleguen.

Canadá ha fomentado la inmigración, ya que enfrenta una escasez de mano de obra. Pero también ha tomado medidas para reforzar sus fronteras y así aplacar los cruces ilegales. El país ha presionado para subordinar toda la frontera entre Estados Unidos y Canadá al Acuerdo de Tercer País Seguro, un tratado entre las dos naciones que entró en vigor en 2004.

Los funcionarios de inmigración canadienses no respondieron a las solicitudes de comentarios, pero los funcionarios de Quebec pidieron que el cruce informal en Roxham Road se cierre. El primer ministro Justin Trudeau ha dicho que el objetivo del gobierno canadiense es “reducir estos corredores irregulares y promover la inmigración legal”, según informes de noticias canadienses.

Janet McFetridge, la alcaldesa de tendencia izquierdista de Champlain, Nueva York, donde se encuentra Roxham Road, dijo que, por ahora, el flujo de inmigrantes parece estar aumentando.
“Es tan irónico y decepcionante”, comentó. “Los demócratas se apresuraron a criticar a estos gobernadores por trasladar a la gente, y parece que ellos ni siquiera sabían a dónde iban. Es una lástima que los seres humanos necesitados se conviertan en un espectáculo político”.

Fabien Levy, portavoz de Adams, dijo que la ciudad había hecho todo lo posible para brindar refugio y apoyo a los migrantes. Levy trató de establecer un contraste entre la decisión de Nueva York de comprar boletos de autobús y la iniciativa de los líderes de Texas, quienes alquilaron autobuses para transportar a los migrantes en algunos casos. “Nuestros equipos atendían a personas deshidratadas, desnutridas, enfermas de COVID y otros padecimientos que venían en los autobuses que llegaban”, manifestó.

Hace poco, Nueva York declaró que enviaría 1000 millones de dólares a la ciudad para ayudarla a apoyar a los recién llegados. “Una vez que estas personas califiquen para tener un estatus que les permita conseguir un trabajo, la necesidad de apoyarlos disminuirá exponencialmente”, dijo la gobernadora Kathy Hochul la semana pasada.

Canadá ha sido un destino atractivo para los migrantes por varias razones. Una vez que presentan una solicitud de refugio en la frontera, los migrantes reciben de inmediato cobertura de salud, asistencia social y permisos de trabajo en un lapso de tres a cuatro meses. En Estados Unidos, puede llevar más tiempo, incluso años, obtener documentos de trabajo legítimos.

Hacer una solicitud también es más fácil. A diferencia de Estados Unidos, en Canadá no hacen las llamadas entrevistas de “miedo creíble” en las que un oficial de inmigración puede decidir, incluso antes de que comience un proceso judicial, si una solicitud de asilo es legítima o no.

“Uno recibe un trato más justo en Canadá”, comentó Macdonald Scott, consultor de inmigración en Carranza, un bufete de abogados, que ha trabajado en casos de asilo en Canadá y Estados Unidos.

Aun así, Scott advirtió que los refugiados económicos corren el riesgo de que sus solicitudes al final sean rechazadas a menos que puedan presentar evidencia de que tienen altos ingresos o tienen ciertas habilidades y conocimientos especializados.

© 2023 The New York Times Company