Una ciudad en crisis de Arkansas eligió a un alcalde de 18 años para cambiar las cosas

EARLE, Arkansas — La fábrica de zapatos cerró y el supermercado se fue. También lo hicieron los vecinos cuyas casas viejas ahora se caen a pedazos, invadidas por la maleza y los árboles. Asimismo, los mejores estudiantes de Earle High School a menudo se marchaban a la universidad y decidían que su ciudad natal no los atraía lo suficiente para regresar.

Jaylen Smith, de 18 años, también se pudo haber ido. En cambio, cuando se graduó del bachillerato la primavera pasada decidió quedarse en Earle, una pequeña ciudad rodeada de tierras de cultivo en el delta de Arkansas, donde su familia ha vivido durante generaciones.

No solo eso, sino que presentó su candidatura para alcalde. Y ganó.

“¿Por qué tengo que ir a otro sitio para ser grandioso cuando puedo serlo aquí mismo en Earle, Arkansas?”, preguntó Smith unos días después de tomar posesión la semana pasada. Estaba sentado en su nuevo escritorio en la oficina del alcalde, pero sin quedarse quieto nunca mientras firmaba papeles y alternaba entre responder un teléfono fijo y un celular que no dejaban de sonar.

A lo largo de los años, a Earle la ha definido en gran medida todo lo que ha perdido: su población se ha reducido a unos 1800 habitantes, en comparación con los más de 3000 de la década de 1990. Sin embargo, la ciudad se ha llenado de una sensación de optimismo desde que Smith ganó las elecciones a la alcaldía a principios de diciembre y, en especial, desde que asumió el cargo el 1° de enero. Su victoria lo convirtió en uno de los alcaldes afroestadounidenses más jóvenes electos en el país, un motivo de enorme orgullo para su familia y sus simpatizantes. Además, muchos residentes esperan que su energía juvenil y sentido de misión puedan impulsar la suerte de la ciudad o, como mínimo, atraer un supermercado de regreso.

“Es una ventaja porque está motivado y tiene ideas nuevas”, opinó Tyneshia Bohanon, miembro del Concejo Municipal que conoció a Smith mientras fue maestra sustituta en las escuelas públicas de Earle. “Piensa en los demás, como siempre lo ha hecho. Ha decidido quedarse y llevar a su ciudad donde sabe que puede estar”.

El plan del supermercado fue uno de los pilares de la campaña de Smith, al igual que reforzar el Departamento de Policía de Earle para que pueda operar las 24 horas del día. También se ganó a los votantes hablando de reparar las calles, derribar los edificios deteriorados y levantar la moral de la comunidad.

“Creo que necesitaba una oportunidad”, comentó Etta Poole, quien llegó a Earle de Chicago en 2008 para cuidar de su hermano enfermo y decidió quedarse.

Su plataforma, por sencilla que parecía, reflejaba el alto precio que han tenido que pagar quienes se han quedado en Earle. Entre otras cosas, han tenido que lidiar con un sistema de drenaje defectuoso que deja inundados los vecindarios después de que llueve y con unas arcas que en ocasiones han estado tan vacías que la ciudad ha tenido dificultades para pagar las nóminas. Aunque el distrito escolar está fuera de la competencia del alcalde, quedó bajo el control del estado en 2017, en parte debido al mal manejo de los fondos.

No todo el mundo estaba listo para confiarle a Smith la dirección de la ciudad. Uno de sus mayores obstáculos como candidato fue persuadir a los escépticos que citaban su edad y falta de experiencia, en especial porque su oponente en las elecciones de diciembre era el director de calles y recolección de basura de la ciudad, quien es mucho más experimentado.

No obstante, sus seguidores argumentaban que no les estaban pidiendo a los votantes que pusieran su ciudad en manos de cualquier joven de 18 años. Se trataba de Jaylen, el adolescente que empezó a ir de traje a la escuela en noveno grado y pone música góspel a todo volumen en los altavoces de su computadora. También se había convertido en un participante habitual de las reuniones del Concejo Municipal y de eventos comunitarios.

“A veces, cuando los miembros del Concejo Municipal no aparecían, Jaylen estaba allí”, dijo Angela Jones, miembro del concejo.

“Asiste a las reuniones de la junta escolar, de la comisión del agua”, agregó. “Era joven y hacía esto: ¿quién hace eso? A una edad temprana, tenía un propósito”.

Earle, cuya población es en su mayor parte negra, se encuentra a unos 45 kilómetros de Memphis, Tennessee, en medio de extensos campos donde se cultivan algodón y frijoles. Hay iglesias, algunas concesionarias de autos usados y restaurantes pequeños, como el Glory Grill en la calle principal, con su característica “Hamburguesa de la misericordia”.

Billy Joe Murray, entrenador retirado de baloncesto de Earle High School, comentó que la ciudad tenía una necesidad urgente de mejoras. Para él, el sistema de drenaje era el problema más apremiante. “Siempre que llueve, vivo bajo el agua”, dijo mientras ahuyentaba a las abejas del porche de su casa.

“Todo el mundo se va de Earle”, dijo Murray, de 68 años. “La gente quiere hacer cosas y avanzar y Earle tal vez esté en su punto más bajo”.

Sin embargo, él creía en Smith. “Le di clases a su mamá, conozco a su papá”, mencionó Murray. “Puede parecer joven, pero tiene la cabeza bien puesta”.

Smith, quien tiene dos hermanos mayores y un gemelo, Jayden, “ha sido viejo desde pequeño”, comentó su madre, Sonya Perkins. Murray lo convirtió en el entrenador del equipo de baloncesto de Earle High School y Smith alguna vez aspiró a ser policía estatal. No obstante, sus planes cambiaron después de involucrarse en el gobierno estudiantil.

Otros jóvenes de 18 años han sido elegidos alcaldes en otros lugares a lo largo de los años: Hillsdale, Míchigan; Roland, Iowa; Yoncalla, Oregón. En Indian Head, Maryland, eligieron a un joven de 19 años. En 2019, un niño de 7 meses se convirtió en alcalde de una pequeña ciudad de Texas, pero el papel fue solo ceremonial. No hay registros exhaustivos que recopilen las edades de los líderes municipales, pero la Asociación de Alcaldes Afroestadounidenses declaró que, cuando Smith asuma el cargo, será su miembro más joven por más de una década.

El día de Año Nuevo, en un edificio gubernamental de Marion, a unos 27 kilómetros de Earle, unos jueces tomaron juramento de alcaldes, concejales y agentes del orden entrantes de varias ciudades. Cada uno recibió un certificado que daba fe del juramento que acababan de tomar. Sin embargo, en ningún otro municipio hubo tanta gente como en Earle, donde muchos llevaban camisetas con el rostro de Smith.

Jones, la concejala que en ese momento llevaba su propio certificado, reconoció el duro trabajo que queda por delante, pero también saboreó la que se sintió como una victoria por algo más que Smith. “Tiene la oportunidad de demostrarle al mundo de qué son capaces nuestros jóvenes negros”, afirmó.

Smith ha imaginado presentarse algún día como candidato a una curul en la legislatura estatal o incluso a gobernador de Arkansas.

Sin embargo, por ahora, la atención de Smith está centrada en Earle y en el trabajo, a menudo tedioso, de dirigir una ciudad. A los pocos días, su agenda estaba repleta de reuniones y ya había enviado equipos a trabajar en los drenajes pluviales. También debe pensar en la universidad, pues equilibra el trabajo con clases en línea en la Universidad Estatal de Arkansas, campus Mid-South.

“Hay un versículo de la Biblia que siempre uso”, dijo Smith y parafraseó una línea del Libro de Habacuc que había impulsado su campaña y que ahora le motiva en la planeación de un futuro para sí mismo y su ciudad: “Escribe una visión, grábala en tablas”.

Su teléfono fijo volvió a sonar. “Oficina del alcalde”, respondió.

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