Sorprendente hallazgo científico sobre el clítoris de las serpientes

Fotografía sin fecha de Luke Allen que muestra a una víbora de la muerte hembra, la cual tiene un clítoris bifurcado llamado hemiclítoris. (Luke Allen vía The New York Times)
Fotografía sin fecha de Luke Allen que muestra a una víbora de la muerte hembra, la cual tiene un clítoris bifurcado llamado hemiclítoris. (Luke Allen vía The New York Times)

Quizá alguna vez hayas visto la lengua bífida de una serpiente, pero no es la única parte bífida del cuerpo de este animal. Las serpientes macho tienen unos genitales bífidos llamados hemipenes, que se parecen un poco a los cactus rosas y con frecuencia tienen espinas que hacen juego.

Lo que es bueno para él es bueno para ella en el suborden Serpentes. En un artículo publicado el miércoles en la revista Proceedings of the Royal Society B, los científicos dan la primera descripción científica adecuada de los hemiclítoris, o clítoris bifurcado de las serpientes hembra. El estudio también cuestiona un viejo prejuicio en biología (relacionado con comportamientos culturales y con la escasez de mujeres en este ámbito) que ha estudiado muy poco la anatomía sexual femenina de muchas especies.

Según los autores del estudio, las serpientes no solo tienen hemiclítoris, sino que estos órganos también tienen nervios y tejido eréctil, lo que sugiere que cumplen una función reproductora y no son solo rasgos vestigiales.

Si las investigaciones posteriores confirman la presencia de un clítoris funcional, se podría cuestionar la suposición de que el sexo entre serpientes es coercitivo.

“Ahora podemos plantearnos si el apareamiento en las serpientes no tiene que ver con la coerción, sino con la estimulación y la seducción”, afirmó Megan Folwell, doctoranda de la Universidad de Adelaida, Australia, y autora del estudio. “Quizá los machos están haciendo algo que hace que las hembras se sientan más dispuestas a participar”.

Folwell comenzó a estudiar los hemiclítoris cuando se dio cuenta de que había montones de publicaciones que describían muchas formas y tamaños de los hemipenes de las serpientes, pero solo había escasas menciones de los órganos sexuales femeninos. Esto incluye el clítoris, una estructura presente en todos los mamíferos, todos los lagartos y algunas aves. Los pocos artículos que encontró no ofrecían ninguna descripción anatómica o las que presentaban eran incorrectas.

Para investigar, Folwell diseccionó la cola de un ejemplar hembra de víbora de la muerte. Una vez que retiró el músculo y el tejido conectivo que cubrían los genitales de la serpiente, los hemiclítoris quedaron a plena vista.

Cuando Folwell le mostró sus hallazgos a Patricia Brennan, quien estudia la morfología genital en el Mount Holyoke College y es coautora del artículo, Brennan dijo que el descubrimiento era tan asombrosamente obvio que casi se cayó de la silla.

Para confirmar sus observaciones iniciales y saber más, las investigadoras utilizaron técnicas múltiples para analizar la anatomía de otras ocho especies de serpientes de cuatro familias.

En conjunto, estos estudios establecieron la autenticidad de los hemiclítoris de serpiente.

“Nunca había oído hablar de los hemiclítoris de serpiente, pero es muy lógico que estén ahí e incluso que sean funcionales”, comentó Kurt Schwenk, herpetólogo de la Universidad de Connecticut quien no participó en la investigación.

Folwell y sus coautores también encontraron variaciones sustanciales de tamaño y forma entre las nueve especies analizadas, en las que la víbora cantil, o víbora de tierra mexicana, resultó tener los hemiclítoris más grandes, con 3 centímetros de largo y 1,7 de ancho, y la serpiente de leche de Guatemala, con solo 0,25 centímetros de largo y 0,15 de ancho.

“Si los hemiclítoris no fueran funcionales, no habría ninguna razón evolutiva para que fueran diferentes en las distintas especies”, señaló Brennan.

Marvalee Wake, morfóloga evolutiva de la Universidad de California en Berkeley, quien no participó en el estudio, dijo que la conclusión de que los hemiclítoris eran funcionales parecía razonable, pero añadió que “ahora tienen que demostrarlo experimentalmente”.

¿Y ahora?

Folwell aseveró que los próximos pasos de esta investigación incluirían investigar los tipos y ubicaciones de los nervios presentes en los hemiclítoris y luego tratar de establecer qué funciones pueden desempeñar las estructuras durante el apareamiento. Muchas serpientes adoptan comportamientos de cortejo de aspecto sensual, como envolver a su pareja y frotar sus colas.

“Este descubrimiento podría cambiar bastante cómo entendemos el apareamiento en las serpientes”, dijo Brennan, “y solo muestra lo mucho que nos hemos perdido al ignorar en gran manera la anatomía femenina”.

Incluso en otros grupos de animales en los que no se pone en duda la existencia del clítoris, como los lagartos, las investigaciones sobre su función se han visto limitadas por comportamientos culturales.

“Darwin describía a las hembras como participantes tímidas y pasivas en la selección sexual”, explicó Malin Ah-King, bióloga evolutiva e investigadora de género de la Universidad de Estocolmo, Suecia, quien no participó en el estudio. “Estas nociones victorianas de género influyeron en Darwin y nos han acompañado en la biología evolutiva desde entonces”.

En un ejemplo extremo de un punto de vista centrado en el macho, Brennan dijo que un estudio sobre los hemiclítoris de las lagartijas llegó a sugerir que su función podría ser estimular al macho durante el apareamiento.

“Ahora que más investigadores exploran el lado femenino de las cosas, conocemos más detalles de lo que realmente existe”, señaló Ah-King. “La perspectiva de cada persona tiene límites y esta investigación muestra cómo el aporte de más perspectivas puede proporcionarnos un panorama más completo”.

© 2022 The New York Times Company

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