Anuncios

China contraataca a Starlink y prepara su propia mega constelación de 13.000 satélites

Que la órbita de la Tierra se llene de miles de satélites puede provocar multitud de problemas y peligros

Tren de satélites de Starlink atravesando el cielo nocturno | REUTERS/Vincent West
Tren de satélites de Starlink atravesando el cielo nocturno | REUTERS/Vincent West

SpaceX ha sido un agente disruptivo en la industria espacial desde su fundación en 2002. Por aquellas fechas la exploración espacial se encontraba estancada y la llegada de empresas privadas a un campo, históricamente dominado por agencias nacionales, supuso un verdadero impulso con importantes innovaciones en la manera en la que alcanzamos el espacio. La tecnología para lanzar docenas de satélites a la vez, así como su capacidad para recuperar y reutilizar cohetes ha resultado ser decisiva, consiguiendo reducir significativamente el alto coste que suponía alcanzar el espacio y aumentando la frecuencia de los lanzamientos. Jamás habíamos tenido un acceso tan rápido y económico al espacio… y esto tiene consecuencias positivas, pero también negativas.

El mejor ejemplo de esta nueva situación es la mega constelación Starlink, el gran sistema de comunicaciones por satélites de órbita baja terrestre que tiene como objetivo proporcionar acceso a internet de alta velocidad y baja latencia a usuarios en todo el mundo, especialmente en áreas rurales y remotas donde la infraestructura terrestre no es viable o es demasiado costosa.

En principio suena bien, sin embargo esta idea no está exenta de obstáculos, peligros y puntos débiles: despliega un notable impacto en el cielo nocturno, crea interferencias en otros sistemas de comunicaciones, dificulta el trabajo de astrónomos y observatorios terrestres, puede tener efectos negativos en aves migratorias y otras especies que dependen de los patrones de luz natural para la navegación, por no hablar del enorme aumento de basura espacial y el riesgo de colisiones con otros objetos en órbita.

Un dato a tener en cuenta: actualmente, un tercio de los satélites que orbitan nuestras cabezas pertenecen a la constelación Starlink que ya posee más de 3.000 unidades en órbita y que planea, en los próximos años, alcanzar los 12.000 satélites, con una posible extensión posterior a 42.000.

Un cohete Falcon 9 despega de Cabo Cañaveral para poner en órbita una carga de 53 nuevos satélites de la constelación Starlink | REUTERS/Steve Nesius
Un cohete Falcon 9 despega de Cabo Cañaveral para poner en órbita una carga de 53 nuevos satélites de la constelación Starlink | REUTERS/Steve Nesius

Pero aunque Space X haya conseguido ponerse en cabeza de esta apresurada carrera por las telecomunicaciones, su constelación Starlink no es la única que va a competir en ese campo: China se ha asegurado de contraatacar y ya ha presentado su propia versión, llamada “Guowang (GW)”. El programa espacial chino compite mano a mano en muchas otras ramas de la exploración espacial, cuentan con sus propios lanzadores, con su propia estación espacial, con su programa lunar y, por supuesto, en sus planes también ha entrado con fuerza el proyecto de constelación satelital.

La Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China anunció hace ya unos meses su intención de lanzar los primeros satélites Guowang pero ahora, según fuentes como Space News o South China Morning Post, tienen la intención de “acelerar los lanzamientos para evitar que SpaceX acapare los recursos de órbita baja”. Según afirma Liu Bing, Director del departamento de diseño general de la Academia de Tecnología de Vehículos de Lanzamiento de China, en los próximos años, la serie de cohetes Larga Marcha 5 (su lanzador de carga pesada), se incorporará al programa Guowang para acelerar el proceso de satisfacer las necesidades del país de un acceso rápido y a gran escala al espacio. El objetivo es poner en órbita unos 13.000 nuevos satélites durante los próximos años; una tarea que comenzaría a mediados de este mismo año.

Una desenfrenada carrera espacial vuelve a resurgir y, además de los factores comerciales, tecnológicos y económicos no podemos olvidar la notable influencia que la actual situación política mundial puede desplegar en esa competición. Durante los últimos meses China se ha quejado repetidamente de que Estados Unidos permita a Starlink ofrecer los servicios de su constelación de satélites a Ucrania y, al igual que en los años de la Guerra Fría, las tensiones internacionales están desplegando sus efectos en el espacio por lo que detrás de este acelerón al programa de satélites de China también se muestran, claramente, elementos estratégicos, políticos y militares.

Más historias y noticias interesantes sobre Espacio y Aeronáutica en Yahoo:

También te puede interesar | EN VIDEO: Ucrania teme perder la red Starlink

Referencias y más información:

Andrew Jones “The coming Chinese megaconstellation revolution” Space News

Sakshi Tiwari “China To Blast A Whopping 13,000 Satellites Into Space; Its Gigantic Guowang Project Sparks Anxiety In The West” The Eurasian Times