Chicago empieza a demandar a operadores de autobuses ‘deshonestos’ que transportan a inmigrantes

Chicago empieza a demandar a operadores de autobuses ‘deshonestos’ que transportan a inmigrantes

La administración del alcalde Brandon Johnson ha comenzado discretamente a presentar demandas por lo que ha descrito como “autobuses deshonestos” que transportan inmigrantes, una escalada que el alcalde ha combinado con un intento de tomar medidas enérgicas contra las empresas de transporte.

La intensificación de la aplicación de la ley es el más reciente esfuerzo de la administración Johnson para abordar la afluencia de recién llegados, que se ha convertido en uno de los desafíos más desconcertantes del alcalde. La atención de más de 24,400 migrantes que han llegado a Chicago desde agosto de 2022 se ha vuelto más urgente a medida que llega el invierno y ha puesto a prueba los límites de lo acogedora que puede ser la ciudad.

La ciudad ha presentado 55 demandas desde que implementó nuevas reglas sobre cuándo y dónde pueden llegar los autobuses a mediados de noviembre, dijo el Departamento Legal. Las demandas se dirigen a un total de 77 autobuses acusados de violar las reglas, y los registros públicos muestran que al menos algunos casos buscan multas contra las compañías de autobuses.

El portavoz de la alcaldía, Cassio Mendoza, en un comunicado calificó a los autobuses “deshonestos y descoordinados” de poner en peligro las vidas de los inmigrantes recién llegados, y dijo que las compañías de autobuses deberían rendir cuentas.

Chicago “sigue dando la bienvenida a los solicitantes de asilo, pero la ciudad no puede albergar de manera segura y eficiente a los migrantes cuando las compañías de autobuses, contratadas por el Estado de Texas, violan flagrantemente todas las medidas de seguridad que la ciudad ha implementado”, dijo.

La ciudad anunció que tomaría medidas enérgicas contra los autobuses a mediados de noviembre, estableciendo reglas sobre cuándo y dónde los autobuses podrían dejar a los inmigrantes. Los autobuses tienen un límite de dos por hora y están limitados a dejar pasajeros entre las 8 am y las 5:30 pm, de lunes a viernes.

Las normas también exigen que los autobuses interurbanos soliciten la aprobación de la ciudad para dejar pasajeros. El Departamento de Transporte de Chicago dijo que no ha recibido ninguna solicitud.

La oficina del alcalde ahora está buscando la posibilidad de confiscar los autobuses que no sigan las reglas y multar a los propietarios con hasta $3,000. La policía de Chicago redactaría la citación, dijo Jeffrey Levine, abogado adjunto de la corporación de la ciudad, a los concejales en una reunión del comité el viernes. La ciudad también podría citar a las empresas por correo, si la información del autobús se capta con la cámara.

El proceso de aprobación de la ciudad fue diseñado para crear “previsibilidad y orden en cuanto a cuándo llegarían dichos autobuses a la ciudad”, dijo Levine. Agregar sanciones más severas tiene como objetivo fomentar un mejor cumplimiento.

Los concejales adelantaron el viernes las penas más duras, y están pendientes de la aprobación final por parte del Concejo Municipal.

Desde mayo, 463 autobuses han llegado a Chicago, según cifras proporcionadas por la ciudad. Cinco autobuses llegaron el jueves y también se esperaban autobuses el viernes. Los autobuses recientes han dejado pasajeros fuera de la ciudad, en lugares como Schiller Park, Rosemont y Cicero, y alrededor del Aeropuerto Internacional O’Hare, dijo la oficina del alcalde.

Las reglas de mediados de noviembre reflejaron la rápida disminución de la capacidad de la ciudad para atender a miles de recién llegados. Los funcionarios de la ciudad también dijeron que comenzarían a emitir avisos a los migrantes en los refugios administrados por la ciudad para que desalojen las instalaciones dentro de 60 días y que aumentarían el personal en los puntos iniciales de aterrizaje de los autobuses para ayudar a los solicitantes de asilo a reubicarse fuera de la ciudad, si así lo desean.

Johnson había iniciado esfuerzos para construir un campamento para albergar a los inmigrantes en tiendas de campaña de invierno con calefacción en un controvertido lote del lado suroeste, pero la administración del gobernador J.B. Pritzker decidió descartar ese plan el martes a medida que aumentan las tensiones entre Springfield y el Ayuntamiento.

La oficina de Pritzker dijo que una revisión de la Agencia de Protección Ambiental de Illinois de un informe ambiental de la ciudad sobre el sitio indicó “preocupaciones relacionadas con un muestreo y remediación de suelo insuficientes”, y que tomaría demasiado tiempo realizar pruebas y remediación adicionales por lo que el estado no continuara con el (plan del) campamento.

Continúa la búsqueda de otro campamento para albergar a los inmigrantes.

Este texto fue traducido por Leticia Espinosa/TCA