Charlene, ¿es Mónaco su cárcel de oro?

MONACO, MONACO - MAY 07: (EDITOR'S NOTE : NO TABLOIDS WEB & PRINT)  Princess Charlene of Monaco attends the Sainte Devote Rugby Tournament on May 07, 2022 in Monaco, Monaco. (Photo by Pascal Le Segretain/SC Pool - Corbis/Getty Images)
Se especula con que Charlene regresa a Mónaco a cambio de millones de euros (Photo by Pascal Le Segretain/SC Pool - Corbis/Getty Images)

La princesa Charlene de Mónaco se siente muy ligada a su Sudáfrica natal y, de hecho, pasó casi un año en misión solidaria protegiendo la fauna del lugar alojada en una reserva de Durban, en la provincia costera de KwaZulu-Natal.

Allí viven sus padres y es el sitio al que ella puede llamar hogar. Sin embargo, siendo su marido el príncipe Alberto II su obligación institucional es la de pasar la mayor parte del tiempo viviendo en Mónaco y entregándose a sus quehaceres reales.

Cuando Charlene regresó al principado el pueblo demostró estar feliz y ahora que ha vuelto también a la vida pública y a retomar su agenda ‘royal’ tras estar convaleciente de salud hemos visto a una Charlene sorprendentemente sonriente que parece haber desterrado a la Princesa Triste que todos conocíamos.

Pero, ¿a qué se debe esa sonrisa permanente dibujada en su rostro? Al más puro estilo Joker, Charlene ha mantenido la sonrisa en su segundo evento público durante un torneo de rugby pero ahora resulta que, a lo mejor no es tan feliz como nos quiere (o quisiera) hacer creer de cara al escaparate.

Se acaba de publicar que Charlene habría firmado un contrato confidencial que implica un cobro millonario. La revista ‘Semana’ se hace eco de esta información explicando que “en una de sus cláusulas está el cobrar 12 millones de euros anuales para regresa a Mónaco a protagonizar actos públicos”.

Además, el semanario también sostiene que a pesar de tener que cumplir con esta parte contractual de ‘dientes, dientes’ en los eventos, la princesa no vivirá en el principado de Mónaco sino en Suiza. De ser cierta esta información, Charlene estaría completamente alejada de sus dos queridos hijos y, de igual modo, de su esposo Alberto.

El medio francés ‘Voici’ asegura que tras la congelada sonrisa de Charlene se esconde ese interés económico así que la devoción de la exdeportista por su posición de ‘royal’ vuelve a estar en entredicho.

Lo cierto es que, a día de hoy, no es comprensible que una mujer como Charlene deba vivir haciendo el paripé si realmente no quisiera estar junto a Alberto, por muchos millones que le hubiesen pagado. Las monarquías han evolucionado y un divorcio ya no generaría un escándalo irreparable en la institución aunque, sinceramente, siguen siendo rehacías a ello.

Mónaco parece convertirse en una posible cárcel de oro para Charlene, en la que tiene de todo, vive de lujo pero no encuentra su lugar. Los doce millones que habría cobrado Charlene en concepto de representación de la casa de los Grimaldi quizá ella los tomaría como un trabajo bien remunerado que, a su vez, conlleva una presión mediática inmensa y eso bien lo sabe ella.

Según la revista francesa, la princesa no tiene intención de instalarse definitivamente en el principado ni siquiera por esa enorme cantidad sino que acudiría a contados eventos públicos para que, en definitiva, se note menos su ausencia al lado de Alberto II y los mellizos.

Otra teoría es que este supuesto contrato sea la antesala al divorcio del matrimonio dado que, si ella vive fuera de Mónaco, cede la custodia de sus hijos a Alberto y cada vez va apareciendo menos en actos públicos, quizá el siguiente paso natural sea el fin de la pareja, dado que el de la convivencia ya habría llegado.

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