Yahoo Noticias Tienes un segundo cerebro en el intestino
¿Habíais oído alguna vez eso de que los pulpos tienen ocho cerebros? Pues sí, eso les hace unos seres fascinantes que pueden mover cada tentáculo de forma autónoma. ¿Pero sabíais que en cierto modo nosotros somos también “raritos” y que contamos con un segundo cerebro en el tracto digestivo?
No es algo que acabemos de descubrir, de hecho hace años que los científicos saben que existe una agrupación de neuronas autónomas situadas en nuestro intestino. ¡Alucinante verdad! Pues sí, aunque por desgracia eso es todo cuanto sabemos de esa especie de “cerebro abdominal”. O debo decir “era”, porque una nueva investigación científica ha conseguido catalogar hasta 12 tipos diferentes de neuronas en el sistema nervioso entérico (o ENS para abreviar) de ratones de laboratorio.
¿Qué funciones tiene ese cerebro intestinal? Según puedo leer, su influencia en el funcionamiento corporal es enorme. Y es que nuestro sistema digestivo trabaja diariamente (forma parte del metabolismo) pero además de esta tarea, también se ve sujeto a fluctuaciones en su funcionalidad, las cuales por cierto se relacionan con las emociones.
Los síntomas digestivos y la ansiedad se pueden dar simultáneamente y además el intestino se ve afectado seriamente por el estrés. Por ello, los científicos creen que si pudieran comprender mejor lo que sucede en el ENS, se podrían diseñar medicinas y tratamientos más efectivos contra toda una batería de trastornos. De paso, también conseguirían ganar conocimiento sobre las conexiones entre el ENS y el sistema nervioso central.
El trabajo del equipo de científicos sueco dirigido por Khomgrit Morarach, acaba de publicarse en Nature Neuroscience y es importante porque establece un nuevo modelo de diversificación neuronal dentro del ENS.
Todos los organismos cuentan con diversos tipos de neuronas, no solo los ratones. Al igual que sucede con las células madre, las neuronas comienzan siendo de un tipo genérico, y más tarde se especializan en alguna función concreta. El cerebro humano por ejemplo cuenta con dos tipos de neuronas: motoras y sensoriales. Cada una de estas variedades cuenta a su vez con varios subtipos. En realidad los científicos ni siquiera están seguros de cómo deben catalogarlas a todas hoy por hoy.
Aunque a nivel superficial las neuronas del mismo tipo parezcan iguales, en realidad las del cerebro difieren de las tronco encefálico, y por supuesto las diferencias también existirán con las presentes en el tracto digestivo. ¿Cómo clasificarlas entonces?
El equipo sueco decidió comenzar por el principio, rastreando cómo se desarrollan estas neuronas. Se centraron en el ARN, el cual determina como se expresa el ADN en las células que genera el cuerpo. Luego, siguieron investigando el modo en que se forman las neuronas, tanto antes como después del nacimiento. Esto es importante porque algunas especialidades emergen ya mientras estamos en el útero materno, mientras que otras comienzan a diversificarse a posteriori.
El trabajo fue muy intenso, y emplearon técnicas de tintado con marcadores cuya funcionalidad ya conocían. Así fue como pudieron relacionar doce clases de neuronas diferentes en el ENS, las cuales clasificaron como: motoras excitadoras e inhibidoras, interneuronas, y neuronas aferentes primarias intrínsecas.
Perfecto, ya tienen una clasificación en base a su fisiología con nombres ininteligibles para el profano. Ahora solo necesitan descubrir para qué sirve cada uno de esos tipos.
En el futuro, el equipo sueco intentará aislar las diferentes variedades y “apagarlas y encenderlas” empleando información genética, para intentar descubrir que funciones faltan en metabolismo del ratón. Más tarde, el estudio de esos genes podría conducir a nuevos tratamientos que empleen células madre o ARN para controlar que ciertos genes dañinos no lleguen a expresarse.
Me enteré leyendo Popularmechanics.com
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