Científicos chinos usan cerdos vivos para testar las sillas infantiles de los coches

Calificadas por la organización de derechos de los animales PETA como “bárbaras” en declaraciones recogidas por The Independent, medio que se ha hecho eco recientemente de un estudio realizado por un grupo de científicos chinos, estas polémica pruebas para testar sistemas de retención infantil en situaciones de choque se realizaron con cerdos vivos. Siete de ellos fallecieron por el impacto. Ocho sufrieron lesiones importantes.

Siete de los cerdos usados en las pruebas de choque fallecieron y otros ocho sufrieron lesiones de importancia. (Foto: Getty Images)
Siete de los cerdos usados en las pruebas de choque fallecieron y otros ocho sufrieron lesiones de importancia. (Foto: Getty Images)

Publicado en la revista especializada International Journal of Crashworthiness a comienzos de año, es ahora cuando ha comenzado a darse a conocer a nivel internacional tras su recogida en el citado medio británico, pero también por la sección de Motor de El País. La información publicada por ambas cabeceras explica que el objetivo del polémico estudio era el de comprobar cuáles son las consecuencias que tiene un accidente como los recreados (choques) en el cuerpo humano.

Para realizarlo lo que hacían era colocar a cerdos vivos en sistemas un sistema de retención infantil -comúnmente llamados sillitas para el coche-, atarles con los cinturones de seguridad y recrear el accidente a la velocidad estipulada. El resultado, más allá de las conclusiones que con los datos obtenidos sacasen los investigadores, fue que siete de los animales murieron tras chocar a 50 kilómetros por hora. Todos, además, sufrieron lesiones de diversa consideración. Entre ellas, según The Independent, fracturas, hemorragias y lesiones en órganos.

La razón por la cual estos científicos eligieron usar cerdos para sus pruebas y no los clásicos dummies que suelen usarse en laboratorios europeos para estas pruebas es, además de porque la legislación china lo permite, porque, según ellos, la anatomía de un cerdo joven es similar a la de un niño humano de unos seis años.

Según recogen los propios autores de la investigación, “las lesiones detectadas fueron abrasión, contusión, laceración, sangrado y fractura. Todos los animales sufrieron lesiones múltiples […]. Los pulmones se lesionaron con mayor frecuencia, seguidos de bazos y hígados”.

En cuando a la preparación para estas pruebas, el diario británico asegura que los animales fueron privados de comida durante las 24 horas previas a su realización y de agua seis horas antes. Además, según PETA, recibieron anestéticos antes para que estuviesen menos nerviosos y se les colocaron electrodos.

Desde El País recuerdan que China no es el único país que usa cerdos para este tipo de pruebas, pero que no es una práctica habitual en países occidentales. En Estados Unidos su uso cesó, por ejemplo, en la década de los noventa.

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