Cepillado en seco, raspado del cuerpo, gua sha: La salud linfática está de moda
Si pasas algo de tiempo en TikTok e Instagram, verás a alguien que raspa, cepilla o masajea la piel en busca de una mejor salud o una mejor apariencia. Los testimonios abundan: el raspado de cuerpo sirve para aflojar las extremidades rígidas, el gua sha para una mandíbula esculpida, los masajeadores vibratorios faciales para reducir la cara de almohada y el cepillado en seco para “desintoxicar”. Esas publicaciones han acumulado decenas de millones de visitas en TikTok en los últimos años y en ellas se pude ver a celebridades como Gwyneth Paltrow y Elle Macpherson dando fe de su eficacia.
Todas estas técnicas de moda se centran en el mismo concepto: promover la circulación de un fluido incoloro y acuoso llamado linfa, que transporta los glóbulos blancos hacia y desde los órganos del cuerpo y transporta los residuos de las células y los tejidos a los ganglios linfáticos, donde se filtran y regresan al torrente sanguíneo. Se supone que el movimiento de barrido del cepillado en seco —en el que hay que mover en círculos pequeños un cepillo de cerdas duras sobre todo el cuerpo— y los impulsos de un masajeador facial vibratorio van deshaciendo con cuidado los posibles bloqueos en el flujo linfático. El gua sha, en el que masajeas el contorno del rostro con una herramienta de piedra o metal; el raspado de cuerpo, que es una versión completa del gua sha en la que utilizas herramientas similares y el masaje con rodillo de jade, en el que se hace rodar una herramienta de piedra redondeada sobre la cara, son técnicas destinadas a empujar, o drenar, el líquido linfático hacia los ganglios linfáticos, donde se filtra y luego se devuelve al torrente sanguíneo.
En los testimonios faltan las respuestas a algunas preguntas clave: ¿estas prácticas de verdad estimulan el flujo linfático? Y, de ser así, ¿qué resultados pueden esperarse en realidad?
¿Cómo funciona el sistema linfático?
En muchos sentidos, el sistema linfático es el hermano menospreciado del sistema circulatorio, menos conocido e investigado que su homólogo, explicó Shan Liao, profesora adjunta de Inmunología de la Universidad de Calgary en Alberta, Canadá. Sin embargo, es esencial para el buen funcionamiento del sistema inmunitario y la salud celular. La linfa se acumula de forma natural en los tejidos del cuerpo y luego viaja a través de una intrincada red de vasos hasta los ganglios linfáticos, que actúan como sistema de filtración antes de que el líquido vuelva al torrente sanguíneo, explicó Liao.
La linfa no se bombea como la sangre: “no tenemos un corazón linfático”, comentó la experta, aunque los vasos linfáticos sí laten un poco. También pueden hacer uso del pulso de los vasos sanguíneos, utilizando esa fuerza para ayudar al movimiento. Pero el flujo linfático se genera sobre todo cuando respiramos, nos estiramos y nos movemos.
Cuando el fluido linfático no se mueve a través de los vasos de manera correcta, puede acumularse en los tejidos, lo que ocasiona inflamación o linfedema, agregó Liao. Esto puede provocar rigidez o pesadez en las extremidades, un rango de movimiento restringido y cambios en el grosor o la coloración de la piel. El linfedema es un problema sobre todo en pacientes con cáncer y personas que se han sometido a una cirugía, ya que los vasos linfáticos pueden estar bloqueados por tumores o dañados por la radioterapia y las incisiones quirúrgicas que pueden lacerar sus conexiones. Además, alrededor de una de cada mil personas tienen genes que las hacen desarrollar linfedema crónico en la niñez o en la juventud. La hinchazón por cualquier tipo de acumulación linfática puede hacernos más propensos a infecciones recurrentes, en particular cuando no se tratan, debido a que las células inmunitarias no pueden viajar con eficiencia a sus objetivos, continuó Liao.
En el caso de la mayoría de quienes estamos sanos, el flujo linfático será adecuado, ya sea que hagamos algo para mejorar nuestro sistema linfático o no.
No obstante, generaciones de prácticas de medicina alternativa —desde la medicina tradicional china hasta la naturopatía y el Ayurveda— han utilizado las técnicas del masaje linfático para “restablecer el equilibrio” del cuerpo e impulsar la función inmunitaria en las personas sanas. Aunque no son estrictamente necesarios para que la mayoría de la gente se mantenga sana, estos métodos son una forma de ponerse en sintonía con las fluctuaciones naturales del cuerpo, afirma la doctora Melissa Ventimiglia, profesora adjunta de Medicina Familiar en la Facultad de Medicina Osteopática del Instituto Tecnológico de Nueva York, en Old Westbury, Nueva York. También pueden tener efectos inmediatos, aunque temporales, en la apariencia de la piel.
¿Qué opinan los expertos sobre el drenaje linfático?
Las referencias a la linfa en la medicina tradicional china se remontan a hace 2000 años, afirmó Yumi Ridsdale, practicante de medicina china en Ontario, Canadá. “Por supuesto que no utilizan el término sistema ‘linfático’, no existía esa palabra como tal”, pero la medicina tradicional china enfatiza la importancia de la circulación linfática y los practicantes modernos de este tipo de medicina suelen incorporar el gua sha, el raspado corporal y el cepillado en seco en sus tratamientos.
Pocos estudios académicos analizan qué tan bien funcionan estas técnicas y los que hay se limitan a muestras pequeñas. Las investigaciones existentes sugieren que una técnica relacionada llamada masaje de drenaje linfático manual, en la que los terapeutas frotan y golpean ligeramente ciertas partes del cuerpo para fomentar el movimiento y el drenaje de la linfa, son eficaces para reducir la hinchazón en los pacientes con cáncer. Otras investigaciones, aunque también limitadas, sugieren que el gua sha y el masaje facial con rodillos podrían aumentar la circulación sanguínea y el aporte de oxígeno a la piel, necesario para el crecimiento de células nuevas.
Las claves para mantener la salud linfática en equilibrio son las mismas que aplican para nuestra salud en general: mover el cuerpo, comer sano, respirar profundamente. Tratándose del drenaje linfático y todas las técnicas y herramientas de masaje relacionadas, úsenlas si las disfrutan, recomendó Ventimiglia.
Cómo probarlo
Puedes masajearte la cara y el cuerpo solo con las yemas de los dedos, los nudillos o las palmas de las manos, o con rodillos, raspadores o cepillos secos. La mejor regla de oro para el cuerpo es empezar por los dedos de los pies y de las manos y avanzar hacia el centro. Al cepillar en seco, haz pequeños movimientos circulares por tus extremidades y abdomen.
En el caso del rostro, trabaja desde la línea media de la cara y ve hacia arriba y hacia afuera. Algunas personas pasan los nudillos a través de la línea de la mandíbula o los pómulos, otras recomiendan empujar los talones de las manos a los lados de la boca y arrastrarlos hacia las sienes (imagina que tu mano es como un gusano que llega hasta las orejas).
También hay algunos ganglios linfáticos grandes que puedes ayudar a drenar aplicando un poco de presión, aconsejó Ridsdale: en las axilas, por encima de las clavículas, en la ingle y en el espacio bajo la oreja y detrás de la mandíbula. Ayudar a la linfa es un modo de tomarse un momento para pensar en cómo se siente el cuerpo en cada momento, dijo Ridsdale, y añadió que, en su opinión, “todo el mundo debería hacerlo”.
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