La central nuclear de Zaporiyia, convertida en “base militar” bajo la ocupación rusa

La central nuclear de Zaporiyia, en el sur de Ucrania
La central nuclear de Zaporiyia, en el sur de Ucrania

KIEV.- La central nuclear ucraniana de Zaporiyia (sur) dejó de generar electricidad y solo sirve de base a las tropas rusas ocupantes, según el alcalde en el exilio de Energodar, la ciudad donde se erige el complejo.

El Ejército ruso ocupó las instalaciones el 4 de marzo de 2002, días después de la invasión de Ucrania. Es la mayor central nuclear de Europa y la novena del mundo.

“Durante este año de ocupación, transformaron la mayor central nuclear de Europa en base militar”, dice el alcalde de la ciudad, Dmytro Orlov, y cree que los rusos saben “que el Ejército ucraniano no disparará” contra el sitio para evitar un accidente.

Un soldado ruso monta guardia en un área de la planta nuclear de Zaporiyia, Ucrania (Archivo)
Un soldado ruso monta guardia en un área de la planta nuclear de Zaporiyia, Ucrania (Archivo)

Según él, los rusos utilizan la central como “escudo nuclear para colocar material militar, munición y personal”. Al menos 1000 militares rusos se encuentran actualmente en el lugar y en Energodar, donde la población ha pasado en un año de 53.000 habitantes a “unos 15.000″, de acuerdo con el dirigente municipal.

Si bien desde abril de 2022 reside en la ciudad de Zaporiyia, la capital regional situada a 120 kilómetros de Energodar, Orlov dice mantener contacto regular con los habitantes que quedan en la ciudad. “La mayor parte de las tropas de ocupación están basadas en la central, porque allí se sienten seguros”, señaló.

Colaboradores

El número de trabajadores de la central ha pasado de 11.000 antes de la invasión a 6500 actualmente, según indicó el ente operador nuclear ucraniano, Energoatom. Miles de empleados se fueron a territorios controlados por Kiev y, entre los que se han quedado, unos 2600 han aceptado “colaborar con el agresor” ruso, según Energoatom.

“Hay un verdadero problema de personal, lo que tiene un impacto en la seguridad”, dice Orlov, y afirma que los trabajadores se encuentran bajo “presión” y obligados a trabajar con menos efectivos y sin vacaciones.

La central, que antes producía el 20% de la electricidad de Ucrania, siguió funcionando los primeros meses de la invasión, pese a los bombardeos, antes de ser detenida completamente en septiembre.

La misión del OIEA que inspeccionó la central en septiembre de 2022
La misión del OIEA que inspeccionó la central en septiembre de 2022

Desde entonces, ninguno de sus seis reactores VVER-1000, que datan de la época soviética, producen corriente, pero la instalación sigue conectada al sistema energético ucraniano y consume electricidad producida por este para sus propias necesidades.

“Los ocupantes intentaron durante varios meses conectarla al sistema eléctrico ruso, pero no lo lograron, dice el alcalde. Según el servicio de prensa de Energoatom, “los rusos son incapaces de reiniciar siquiera un reactor, porque las líneas de alta tensión están dañadas”.

Aunque Moscú ha enviado, según Energoatom, a especialistas nucleares a la central, “sus competencias no son suficientes para organizar un verdadero trabajo”. Y la detención de la central nuclear implica una “degradación gradual de todos los sistemas y de su equipamiento”, advierte el operador nuclear ucraniano.

También le preocupa el “riesgo de accidente nuclear” si se rompe la última línea eléctrica que une la central al sistema energético ucraniano. En una nota publicada el miércoles, el centro de análisis estadounidense Institute for the Study of War consideró que Moscú podría “intentar disuadir una eventual contraofensiva ucraniana” en el sur del país “intensificando las amenazas contra la central de Zaporiyia”.

El Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) desplegó en septiembre pasado observadores en la central y trata de negociar su desmilitarización, pero el proceso no parece avanzar.

El director de la OIEA, el argentino Rafael Grossi, anunció el jueves que había completado una nueva rotación de expertos, acompañando su mensaje de un video en el que mostraba a observadores con cascos y chalecos antibalas rodeando un puente destruido para llegar a la central.

“El hecho de que estén allí ya es algo”, señala Orlov, y dice tener muchas esperanzas en las negociaciones del OEIA con Moscú. “Por razones evidentes, nadie desmilitarizará ni acabará con la ocupación de la central nuclear más grande de Europa con medios militares”.

Agencia AFP