"Su caso me recuerda al mío": Gisèle Pelicot anima a hablar a otras víctimas de sumisión química

Aline Baillieu, de 47 años, está convencida de haber sido víctima de sumisión química por parte de su ex pareja.

Desde el inicio del juicio por violación múltiple de Mazan, los testimonios de víctimas de sumisión química se han multiplicado en Francia. Aline, una madre de 47 años, aceptó contar su historia, que se hace eco del calvario de Gisèle Pelicot. Es una forma de animar a las víctimas a hablar, aunque siga siendo difícil ponerlas en tratamiento.

Es una mujer menuda, de ojos azules y pelo rubio, que observa a los transeúntes por las calles de Aviñón, en el sureste de Francia, con mirada preocupada:

"Estoy preocupada todo el tiempo, no puedo dormir a oscuras, no puedo ir sola al cine", dice Aline Baillieu.

Esta mujer de 47 años, divorciada y soltera, madre de tres hijos, decidió declarar sobre la violencia sexual que sufrió a manos de su expareja en vísperas del veredicto del juicio por violación de Mazan. "Ya verás, mi historia es un poco como la de Gisèle", advirtió por teléfono.

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Aline se refiere al caso de Mazan, en el que, finalmente, la Justicia francesa condenó a Dominique Pelicot a la pena máxima: 20 años de cárcel. Durante diez años, este hombre, padre y abuelo modelo, violó a su mujer, Gisèle Pelicot, ahora de 72 años, tras drogarla para dejarla inconsciente. También reclutaba a hombres en internet para que violaran a su esposa, mientras él los grababa.

"Sentí lo que Gisèle Pelicot describió durante su juicio: traición, vergüenza, culpa y rabia. Su caso me recuerda al mío", afirma Aline Baillieu.

El caso no acaba aquí. Aline Baillieu también está convencida de haber sido víctima de sumisión química: