Casa del retiro de oro de Javier Duarte en Houston, Texas
El mismo día en el que se promulgaron las leyes que dan paso a la creación del Sistema Nacional Anticorrupción, mediante una ceremonia solemne con la presencia de los tres poderes de la Unión, en el Palacio Nacional, el periódico El Financiero (18 de julio de 2016) publicó en su primera plana la nota informativa “Prepara Duarte su mansión en Houston, Texas”, en la que ofrece datos sobre la adquisición de una residencia en esa ciudad de los Estados Unidos a la que se ira a residir Javier Duarte y su familia en tres meses, cuando deje el gobierno de Veracruz.
La próxima residencia del gobernador Javier Duarte se encuentra en el exclusivo fraccionamiento Woodlands Country Club, en Houston, Texas. Según la revista interna del fraccionamiento el nombre de Duarte y su esposa figuran en la lista de los nuevos residentes y desde luego les da la bienvenida.
Con un ejemplo El Financiero ilustra el costo de las casas de la calle en la que se localiza la nueva residencia de la Familia Duarte: “en el sitio de bienes raíces Har.com aparece en venta una mansión, en la misma calle donde se ubica la casa que se asegura es de Duarte –Birch Canoe Dr–, unos números más atrás, en el domicilio con el número 6; es una vivienda con techo de dos aguas, cinco recámaras, cuatro baños completos y un medio baño, con 8 mil 485 pies cuadrados de superficie de terreno, y con un precio de lista de 625 mil dólares.”
En el sitio web del exclusivo fraccionamiento Woodlands Country Club, al que se retirará Javier Duarte, se informa que “es un selecto sitio de esparcimiento, social y deportivo, que abre sus puertas a los residentes de la zona y ofrece, además de un importante campo de golf –que alberga torneos como el Insperity Invitational cada año–, diversos beneficios como acceso a los exclusivos “clubhouses”, así como entrada a eventos sociales que tienen lugar para los socios. Albercas, canchas de tenis, gimnasios, restaurantes” y demás.
En tres meses Javier Duarte deberá entregar el poder a su adversario Miguel Ángel Yunes que hizo campaña, ganó votos y conquistó el poder en el estado de Veracruz, por más de 80 años gobernado por el PRI, con el discurso de combatir la corrupción y llevar a prisión al gobernador.
En plena campaña Yunes, marzo de 2016, acusó a Javier Duarte de haber comprado diversas propiedades en el extranjero por un valor superior a los 60 millones de pesos. “Una de las casas, aseguró Yunes, la adquirió el gobernador a través de su cuñada, Mónica Ghihan Macías Tubilla, en el número 83 del Birch Canoe Drive, del lujoso fraccionamiento The Woodlands Creekside Park, lado Oeste.”
Lo cierto es que Javier Duarte dejará el poder y lo entregará a Miguel Ángel Yunes, lo que vendrá después es que será acogido por un grupo selecto de miembros del Woodlands Country Club “localidad ubicada en la zona metropolitana de Houston que ha cobrado renombre en los últimos años por ser un destino muy socorrido por empresarios mexicanos acaudalados que han decidido abandonar México, sobre todo Nuevo León, ante el incremento de los secuestros y las extorsiones en sus lugares de origen.”
El todavía gobernador de Veracruz se organiza su retiro de oro en los Estados Unidos y lo hace para sustraerse de los delincuentes que estarían tentados a secuestrarlo por la fama pública que se le ha hecho de haber “desaparecido” miles de millones de pesos que nadie sabe dónde están, ni la auditoria Superior de la Federación ni el Poder Legislativo de Veracruz y mucho menos los cientos de miles de pobres que deberían de haber recibido algún beneficio con esos recursos.
Se podría sospechar que Javier Duarte tomó parte de ese dinero “desaparecido” para comprar esa “casita” en Houston, Texas, pero sería un mal pensamiento. Tiene fama de ahorrador y seguramente la pudo comprar con el dinero que no gastó durante seis años, en los que no pagó renta porque habitó la Casa de Gobierno, que ahora quiere regalar, comió lo que el pueblo puso en su mesa y puso mucho ya ve usted que está pasadito de peso y tampoco compró gasolina para su coche, porque el que utilizó se lo prestó la administración de su gobierno, lo mismo un avión y otros medios para que solo pensara en trabajar.
Cualquier sospecha sobre su honradez es producto de la mala voluntad que los envidiosos le tienen. Empezando por Yunes. Como lo van a extrañar los Zetas.