La Casa Blanca ofrece una impactante cena de Estado como símbolo de la cooperación en Defensa con Japón
WASHINGTON.- Embajadores, multimillonarios, un puñado de miembros de la familia Biden e incluso un expresidente estuvieron presentes en la quinta cena de estado que el presidente Joe Biden y la primera dama Jill Biden han ofrecido desde que asumieron el cargo.
La celebración se realizó en el marco de una visita de estado del primer ministro japonés, Fumio Kishida, con quien Biden anunció más temprano el miércoles el mayor refuerzo de cooperación en el área de Defensa desde el fin de la Guerra Fría, con la mirada puesta en las ambiciones de China en el Pacífico, y la creación de un sistema conjunto de defensa aérea con Japón y Australia.
Más tarde, durante la cena en la Sala Este, Biden brindó “por nuestra alianza, por nuestra amistad”.
Kishida también se inclinó hacia la idea de la amistad. “El Océano Pacífico no separa a Japón y Estados Unidos. Más bien, nos une”, declaró el primer ministro durante su brindis, en una alusión a las palabras del expresidente John F. Kennedy 60 años atrás. “Me gusta esta frase. La he usado tantas veces que mi personal intentó borrarla”, bromeó.
Los gestos simbólicos contundentes fueron correspondidos por los Biden. Naomi Biden Neal, la nieta mayor del presidente, quien se casó en la Casa Blanca en 2022, llegó con un vestido estampado con cerezos en flor.
En 1912, el alcalde de Tokio obsequió a la ciudad de Washington miles de cerezos, cuya temporada de floración atrae cada año a numerosos turistas a la capital estadounidense. Kishida dijo que Japón regalará otros 250 árboles para el 280º aniversario de la fundación de Estados Unidos en 2026.
Por su parte, Jill Biden llevaba un vestido de efecto degradado de zafiro del diseñador Oscar de la Renta. Ashley Biden, la hija del presidente, se alejó educada pero rápidamente de las cámaras después de contarles a los reporteros sobre su vestido. El martes, una mujer de Florida fue sentenciada a prisión por vender su diario privado a un grupo activista de derecha. Pero las polémicas rara vez se interponen entre un Biden y una invitación a la cena de estado. Hunter Biden asistió a una cena de estado mientras estaba bajo investigación federal el año pasado.
Finnegan Biden, otra nieta de Biden, estaba sentada en la mesa principal con sus abuelos.
La comida, que incluía un ojo de bife y un plato inspirado en los California rolls, se sirvió en vajilla de porcelana con un patrón floral diseñado por Lady Bird Johnson y Tiffany & Co., así como en platos con patrones de enrejado verde diseñados por Laura Bush.
Al entrar en la festividad con un telón de fondo de grandes abanicos pintados, el expresidente Bill Clinton señaló con alegría un retrato de su esposa, Hillary Clinton, la ex primera dama, ex secretaria de Estado y candidata presidencial demócrata de 2016. Hillary Clinton, de pie junto a su esposo con un caftán fucsia y dorado, sonreía.
“Nos estamos divirtiendo esta noche”, dijo Hillary Clinton a los periodistas.
Un rato antes, los Clinton habían asistido a un encuentro reducido en la Sala Amarilla Oval, donde funcionarios del Gabinete de Biden y varios invitados diplomáticos se unieron en un brindis, dado en inglés, por Kishida.
Varios asistentes evitaron hablar sobre la campaña de reelección de Joe Biden, o los problemas que enfrenta, cuando los abordaron los periodistas presentes en el lugar. Janet Yellen, la secretaria del Tesoro, esquivó una pregunta sobre la inflación camino a la cena, mientras que el multimillonario Jeff Bezos, que llegó con su prometida, Lauren Sánchez, eludió responder si planeaba donar a la campaña de Biden. Tampoco lo hizo Tim Cook, el CEO de Apple, cuando se le hizo la misma pregunta.
El actor Robert De Niro, quien llegó con su novia, Tiffany Chen, tampoco respondió a los reporteros cuando le preguntaron si estaba preparado para hacer campaña por Biden. Sin embargo, De Niro, de 80 años, participó recientemente de un evento de recaudación de fondos de alto perfil para la campaña de Biden en la ciudad de Nueva York.
Cecile Richards, ex presidenta de Planned Parenthood, se detuvo a hablar sobre la importancia de destacar los derechos reproductivos antes de las elecciones de noviembre. Esta semana, la Corte Suprema de Arizona ratificó una prohibición casi total de los abortos desde la década de 1800.
“Hemos avanzado mucho”, aseguró Richards. “Que lo hayan arrebatado ha sido muy motivador para las mujeres y los hombres”, agregó.
Richards, De Niro y los Clinton fueron invitados a la mesa principal, junto con el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, un demócrata que se unió a una llamada de campaña de Biden la semana pasada para criticar las restricciones al aborto lideradas por los republicanos.
El gobernador de Wisconsin, Tony Evers, demócrata, también recordó la importancia de su estado en noviembre. “Va a marcar la diferencia entre una victoria y una derrota para el presidente”, afirmó.
Kamala Harris, la vicepresidenta, llegó con un Valentino con lentejuelas junto a su esposo, Doug Emhoff. No respondió a una pregunta sobre Arizona.
La jornada cerró con un concierto del célebre músico estadounidense Paul Simon.
El jueves, Biden será el anfitrión de la primera cumbre trilateral entre Japón, Filipinas y Estados Unidos para seguir ampliando las alianzas contra China en una región crítica con varios episodios de demostración de fuerza.
Tokio, pacifista durante décadas, ha realizado en los últimos años “algunos de los cambios más significativos y trascendentales” desde la Segunda Guerra Mundial, dijo el embajador estadounidense en Japón, Rahm Emanuel, antes de la visita.
Agencia AFP y diario The New York Times