La carrera política de Díaz de la Portilla está marcada por el poder y el conflicto

Durante gran parte de sus 30 años de carrera política, Alex Díaz de la Portilla ha oscilado entre el riesgo, el rechazo y la redención.

Detenido el jueves al ser acusado de lavado de dinero, compensación ilícita y otros delitos relacionados con gastos de financiación de campaña, las acusaciones no son la primera vez que el veterano político se enfrenta a infracciones de financiación de campaña e infracciones de ética, pero ahora pueden ser las más graves.

Díaz de la Portilla, de 58 años, es conocido localmente como D.L.P. Segundo hijo de los exiliados cubanos Miguel Ángel Díaz Pardo y Fabiola Pura de la Portilla García, es sin duda el miembro más destacado de la dinastía política cubanoamericana de su familia en Miami.

Estuvo seis años en la Cámara de Representantes de la Florida y ocho en el Senado de la Florida, llegando a ocupar cargos de liderazgo en ambas cámaras. Dirigió poderosos comisiones y cargos en el partido republicano que le proporcionaron influencia y acceso a millones en donaciones de campaña. Entre 1994 y 2004, nunca perdió unas elecciones.

Al principio de su carrera, Díaz de la Portilla se ganó la reputación de “chico malo de la Legislatura de la Florida”. Era conocido como un fiestero trasnochado, tachado de traidor por sus compañeros republicanos por tratar de instalar al ex representante Luis Rojas de Hialeah como el próximo presidente de la Cámara por encima del representante de Orlando Dan Webster, faltó a más votaciones que cualquier otro legislador y fue censurado por el Partido Republicano de Miami-Dade por cruzarse con los líderes del partido.

Sus hermanos mayor y menor Miguel y Renier, respectivamente, también han estado presentes en la política y el gobierno de Miami: Miguel ha sido senador de la Florida y miembro de la Comisión de Miami-Dade y Renier ha formado parte de la Junta Escolar del Condado Miami-Dade y sucedió a Alex durante un mandato en la Cámara de Representantes estatal. Nacidos y criados en La Pequeña Habana, su bisabuelo paterno fue senador cubano y su bisabuelo materno fue ministro de Justicia de Cuba.

Desde que Alex Díaz de la Portilla fue elegido por primera vez a la Cámara estatal en 1994, se ha situado cerca del centro del poder en todos los puestos de gobierno que ha ocupado; sin embargo, su gestión del cargo y los frecuentes conflictos entre sus actividades personales y empresariales le han acarreado una larga lista de desafíos legales y éticos, entre los que se incluyen anteriores violaciones de las leyes de financiación de campañas de la Florida.

Una multa de financiación de campaña hace 30 años

En 1995 la Comisión Electoral de la Florida (FEC) le impuso una multa de $500 por presentar sus informes financieros de campaña de 1992 con más de un año de retraso y, en 2007 aceptó pagar casi $9,000 en multas después de impugnar $311,000 en multas solicitadas por FEC.

La Comisión había impuesto lo que entonces era una multa récord tras acusar al entonces representante estatal de ignorar deliberadamente la ley de financiación de campañas y de engañar al público sobre la cantidad de dinero que había recaudado en unas elecciones especiales de 2000 contra su oponente, el representante estatal Carlos Valdés.

Los funcionarios estatales de ética acusaron a Díaz de la Portilla de no declarar préstamos personales y contribuciones por valor de más de $150,000. Parte del dinero se había usado para anuncios de ataque de última hora contra Valdés. Después de que la comisión aceptara reducir la multa a $17,000, Díaz de la Portilla llevó su caso a los tribunales. Dijo al juez que no podía permitirse pagar la multa, alegando que su única fuente de ingresos eran los aproximadamente $30,000 que ganaba como funcionario electo. El juez se refirió a su estilo de vida y dijo que no le creía.

Díaz de la Portilla fue elegido por primera vez a la Cámara en 1994 por un distrito de West Miami-Dade, después de dos intentos infructuosos de ganar el escaño. En esa campaña tuvo que superar las críticas por varias detenciones en la década de 1980, como acusaciones de que amenazó a su novia en 1983 y otra que obstruyó a un policía tras un control de tráfico en 1987. No fue declarado culpable en ninguno de los dos casos, pero tiene un largo historial policial.

Entre los 20 y los 30 años, Díaz de la Portilla recibió más de 23 multas de tráfico a lo largo de 12 años y su licencia de conducir fue suspendida 16 veces, la mayoría por no acudir a las citas con el tribunal. En aquel momento, Díaz de la Portilla adjudicó las detenciones a “indiscreciones juveniles”.

“Solo era un chico”, le dijo a Miami Herald en 2003. “Era un hablador”. Atribuyó su falta de comparecencia ante los tribunales a sus viajes trabajando para el negocio familiar de colchones De Mattress.

El comisionado Alex Díaz de la Portilla, del Distrito 1, en la reunión de la comisión de la Ciudad de Miami en Miami, la Florida, jueves 9 de enero de 2020.
El comisionado Alex Díaz de la Portilla, del Distrito 1, en la reunión de la comisión de la Ciudad de Miami en Miami, la Florida, jueves 9 de enero de 2020.

Un jugador de poder en Tallahassee

Pero tras seis años en la Cámara de Representantes estatal y una exitosa elección al Senado estatal en 2000, Díaz de la Portilla había dejado atrás su papel en la empresa familiar para convertirse en consultor político de profesión. En 2002, el republicano de Jacksonville Jim King, un popular y respetado presidente del Senado, nombró al nuevo senador su presidente pro tempore, el segundo cargo del Senado.

King dijo entonces que se arriesgaba con Díaz de la Portilla, a quien calificó de “senador renacido”, porque “llegaba pronto a las reuniones, hacía sus deberes, era una parte vital del círculo interno de liderazgo y cumplía mis órdenes”.

El legado de Díaz de la Portilla incluye la aprobación en la Cámara de Representantes del plan de reforma educativa del ex gobernador Jeb Bush, la legalización de las máquinas tragamonedas en los hipódromos y canódromos de la Florida y la ayuda a resucitar las campañas de más de un colega senatorial.

Pero en los últimos años los conflictos en su vida personal también han metido al ex senador en problemas.

En 2010, un juez del tribunal de circuito del Condado Leon dictó una orden de alejamiento para mantenerlo alejado de su esposa Claudia Davant y de Governors Club, un popular club privado de Tallahassee. Davant dijo en documentos judiciales que había sido acosada y amenazada y que temía “por su vida”.

En su declaración jurada, Davant dijo que Díaz de la Portilla o uno de sus socios habían intentado entrar en su oficina y habían puesto micrófonos en su casa y pirateado su computadora y su teléfono; también dijo que fue seguida por uno de los socios de Díaz de la Portilla. Se quejó de que su ex esposo tenía un carácter “explosivo”.

Un año después, otro juez del Tribunal de Circuito del Condado León emitió una orden de arresto contra él, después que Díaz de la Portilla se negó a entregarle un perro Weimaraner a su ex mujer como parte del caso de divorcio.

Enredos con la familia Giménez

En 2012 Díaz de la Portilla y una huésped fueron detenidos en un hotel de Boston después de hacer caso omiso de las órdenes de los guardias de seguridad, quienes les dijeron que dejaran de fumar en su habitación y luego les conminaron a marcharse. Se les acusó de un delito menor de allanamiento de morada, pero los cargos fueron desestimados antes de la lectura de cargos.

La huésped de la habitación era Tania Cruz-Giménez, nuera del entonces alcalde del Condado Miami-Dade Carlos A. Giménez, actualmente legisladora de Miami. Es posible que esa circunstancia contribuyera a la que fue la polvareda de más alto perfil de Díaz de la Portilla hasta la detención del jueves.

Diez años después, en un encuentro en febrero de 2022 en Morton’s Steakhouse de Coral Gables, Carlos J. Giménez, hijo del ex alcalde y actual representante Carlos Giménez, golpeó a Díaz de la Portilla en la nuca y lo insultó.

El personal de seguridad de Díaz de la Portilla, un detective del Departamento de Policía de Miami, intervino y el menor de los Giménez fue detenido y pasó una noche en la cárcel. Los cargos fueron retirados.

Luego de un paréntesis de nueve años después de dejar el Senado por el límite de mandatos y tres campañas infructuosas, Díaz de la Portilla volvió a un cargo electo en la comisión de Miami.

En 2012 perdió una candidatura a la Cámara estatal; en 2017 perdió las primarias republicanas por un distrito del Senado de la Florida, un escaño que quedó vacante tras la dimisión del ex senador Frank Artiles; y, en 2018, no logró pasar a la segunda vuelta en la carrera para ocupar un escaño vacío en la Comisión de Miami-Dade.

En abril de 2020, Díaz de la Portilla fue elegido a la Comisión de Miami, representando a Flagami, Allapattah y partes de La Pequeña Habana en el Distrito 1. Sus colegas de la Comisión votaron a favor de nombrarlo presidente de la Agencia de Reurbanización Comunitaria Omni (Omni CRA), una poderosa junta encargada de proporcionar viviendas asequibles y desarrollo en las zonas deterioradas de la ciudad.

Pronto exhortó a la Omni CRA a contratar a Jenny Nillo, antigua ayudante de su hermano Miguel, como “especialista en desarrollo de proyectos de reurbanización”, con un salario de $45,000 al año. Había sido condenada a 36 meses de prisión federal por fraude hipotecario y estaba en libertad condicional.

Pero después que se descubrió que Nillo rara vez se presentaba a trabajar y usaba su automóvil municipal para hacer recados personales para Díaz de la Portilla, la Omni CRA la despidió y expulsó a Díaz de la Portilla como presidente.

Para 2022, Díaz de la Portilla tenía otra redención. Recuperó el control de la poderosa junta y sus colegas lo nombraron presidente de nuevo.