Carlos III: la nueva era del monarca británico de 73 años


Carlos III apareció en televisión y pronunció su primer discurso tras la muerte de su madre, la reina Isabel II. Se comprometió a servir toda su vida a los británicos.

“Les renuevo hoy a todos ustedes esa promesa de servicio durante toda la vida”, dijo Carlos III en su discurso, en el que comprometió también a defender “los principios constitucionales“.

A su vez, Carlos III anunció que tanto su hijo Guillermo como su esposa, Kate Middleton, se convierten en príncipes de Gales. Ese título fue el que Carlos ostentó durante 64 años. Sobre su esposa Camila, dijo que ahora es “reina consorte”. Ello en “reconocimiento a su devoción”.

El rey Carlos III también mencionó a su segundo hijo: “quiero expresar mi amor por Harry y Meghan, mientras viven su vida fuera del país”.

“A mi querida mamá, que comienza su gran viaje para reunirse con mi papá quiero decirte: gracias por tu amor, por tu devoción con nuestra familia y para con la familia de las naciones a las que has servido con tanta diligencia”, dijo el nuevo rey.

El rey Carlos III y su esposa Camila, reina consorte, llegaron este viernes a la base militar de Northolt, al oeste de Londres. Después él se reunió con la primera ministra, Liz Truss, después de ello ofreció el primer discurso a la nación como soberano que tuvo una duración de 8 minutos.

Carlos III ha dedicado su vida a prepararse, no sin polémica, para reinar y ahora, tras el fallecimiento de su madre Isabel II, lo hará a una edad en que muchos de sus compatriotas llevan tiempo jubilados.

A los 73 años, el hasta ahora príncipe de Gales, ascendió al trono como el monarca británico de mayor edad. Solo por delante de Guillermo IV, que tenía 64 años cuando se convirtió en rey en 1831.

El nuevo monarca, que ya disfrutaba de una pensión de jubilación de unas 100 libras—que donaba a una organización benéfica— y del pase de transporte público gratuito, llega al trono con la reputación de ser más políticamente entrometido que su madre. Defensor de causas que van desde la agricultura orgánica a la arquitectura neoclásica, pasando por la ecología.

Nacido el 14 de noviembre de 1948 en el Palacio de Buckingham, en Londres, Carlos Felipe Arturo Jorge Windsor es el primero de los cuatro hijos de la reina Isabel II y Felipe. El príncipe consorte fallecido en 2021 que tanta incomprensión mostró hacia las simpatías políticas de su hijo.

POCO ENTUSIASMADO DE SUSTITUIR A SU MADRE

A mediados del pasado octubre, a pocos días del inicio de la cumbre climática COP26, presentada como un momento crítico para salvar al planeta del calentamiento, el príncipe dijo “comprender” la frustración de jóvenes activistas. Como la sueca Greta Thunberg, que acusó a los políticos de permanecer impasibles. En 2016, el año en que el Reino Unido votó en referéndum a favor del Brexit y Donald Trump fue elegido presidente de Estados Unidos, Carlos denunció el auge de los populismos y la hostilidad hacia los refugiados.

“Todo ello tiene ecos profundamente inquietantes de los días oscuros de los años 1930”, sentenció.

Dos años antes había comparado a Vladimir Putin con Adolf Hitler, provocando que Rusia pidiese explicaciones al gobierno británico. Y su apoyo al dalái lama también molestó a las autoridades de Pekín. Su “activismo” dio lugar a titulares como: “Tensión en el palacio, Carlos se niega a ser un rey mudo” (Sunday Times). Así como “la reina teme que el país no esté preparado para aceptar a Carlos y su activismo” (The Times).

Ambos titulares respondían a una biografía polémica, Carlos: el corazón de un rey, cuya autora, Catherine Mayer, retrataba a un príncipe poco entusiasmado ante la idea de sustituir a su madre. Lo anterior, por temor a tener que abandonar sus intereses. Sin embargo, en una entrevista en la BBC con motivo de su cumpleaños 70, Carlos dejó claro en 2018 que “no es lo mismo ser príncipe de Gales que ser soberano”.

“Y la idea de que pueda seguir actuando de la misma forma, si debo suceder (a la reina), es completamente absurda”, afirmó, asegurando: “No soy tan estúpido”.

EL AMOR DE CARLOS III A CAMILLA PARKER

Era un niño tímido y sensible cuando en 1958 fue nombrado príncipe de Gales con nueve años. Después, sería enviado a estudiar a Gordonstoun, un austero internado en Escocia. Ahí mismo había asistido su padre y que en lugar de forjarle un carácter rudo fue para él “infierno absoluto”.

En 1970, se convirtió en el primer miembro de la familia real británica con un diploma, de la universidad de Cambridge. Ahí estudió arqueología y antropología. Entre 1971 y 1976 sirvió en la marina británica. Para su desconcierto, mientras estaba de misión en el Caribe, el amor de su vida, Camila Shand, se casó con Andrew Parker Bowles.

Con las 7,500 libras que le pagaron cuando dejó el ejército, creó The Prince’s Trust. Una organización caritativa que en 2016 afirmó haber ayudado a más de 825,000 jóvenes en dificultades durante 40 años. Presionado para que se casara, en febrero de 1981 pidió en matrimonio a Diana Spencer, que entonces tenía 19 años, pocos meses después de iniciar su relación.

La boda se celebró en julio en la catedral Saint Paul de Londres y fue un gran festejo nacional. Tuvieron dos hijos: Guillermo en 1982 y Enrique en 1984. La pareja se separó en 1992 y se divorció en 1996. Esto cuando el príncipe heredero ya tenía una aventura con Camilla Parker Bowles, divorciada en 1995.

Tras la muerte de Lady Di en un accidente de tráfico en París en 1997, Carlos necesitó una campaña de relaciones públicas para pasar página de su impopularidad. En 2005 se casó con Camila, extrovertida y risueña, que acabó ganándose las simpatías de la mayoría de británicos.

Carlos “recorrió un largo camino para reconquistar al público”, recordó su biógrafa Penny Junor.

“Desde que se casó con Camila es mucho más feliz”, dijo a la AFP. “Aprendió a relajarse, a ser más divertido”. N

Newsweek en Español te recomienda también estas notas:

La reina ha muerto: Isabel ll fallece en su castillo de Balmoral

Isabel II: presidentes, organismos internacionales y ministros le rinden homenaje

Dios salve a la reina