Cansados de los altos precios de la vivienda, miamenses se van a otros estados buscando un respiro

Pedro Fournier los vio rondando mucho por el edificio de La Pequeña Habana que había llamado su hogar durante 12 años. La dueña le dijo que eran unos “inspectores”, pero para él eran futuros compradores. Ya había oído el “run run” que querían vender el edificio y con ello vendría el aumento del alquiler. Tendría que decirle adiós al apartamento de un cuarto por el que pagaba $650 y a dos amigos que habían llegado al edificio también como inquilinos porque él les avisó de los buenos precios.

“Siempre supe que querían tramitar una venta. Estamos muy cerca de Brickell, que es como Manhattan”, dice Fournier, que reconoció que era el momento de prender motores para irse de Miami porque cuando lo vendieran subirían la renta.

El edificio, muy cerca de la Calle Ocho, era ideal para un retirado como Fournier, que solo contaba con $700 de ingreso fijo mensual, que complementaba con un trabajo en el que no ganaba mucho. También era uno de los tantos que hace unos años en Miami se consideraban “vivienda asequible”, hasta que a La Pequeña Habana los urbanizadores comenzaron a llamarla West Brickell, y a construir torres de apartamentos.

El alza del alquiler coincidió con que finalmente Fournier, de 65 años, se quedó sin trabajo en la compañía para la que trabajaba, que llevaba varios años por cerrar. Así que llamó a una amiga de Arizona y a otra de Nebraska y les dijo que quería irse de Miami y que necesitaba ayuda. La de Arizona le dijo que lo recibía en su casa, pero que tomaría tiempo encontrar una vivienda de bajos recursos.

En Nebraska las cosas marcharon tan bien que en poco más de un mes recibió una vivienda de bajos recursos, un apartamento de un cuarto más amplio que él que tenía en La Pequeña Habana, por el que paga $223 mensuales.

Fournier hizo la solicitud desde Miami, presentó los documentos que le pedían y el mismo día que estaba saliendo para Lexington, Nebraska, le llegó una carta diciendo que habían recibido la solicitud y que estaba en lista. Al llegar le hicieron la entrevista y le dieron el apartamento. Se mudó el 10 de mayo.

“Me da mucha tranquilidad saber que pago el 30 por ciento de mis ingresos y me cubre todos los servicios públicos”, afirma Fournier, que considera que no había otra opción que irse de Miami.

“De vez en cuando me dan unos ataques de alegría, que me pellizco. Aquí hace frío, pero ni lo siento porque se compensa tanto con todo lo que tengo”, afirma el retirado que ya escuchado el acento hispano entre otros residentes del edificio y ha descubierto una virgen de Guadalupe.

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El alquiler promedio de un apartamento de dos cuartos en Nebraska es de $10,551 anuales y una casa se puede comprar por un poco más de $236,000.

Residentes de Miami se van por alza del precio de la vivienda

Fournier no está solo en su decisión de irse de Miami en busca de lugares en los que la vivienda es más económica. Un estudio de Bank Of America indica que el 53 por ciento de las personas que quieren comprar una casa planean mudarse de Broward o de Miami debido a los altos precios de los bienes raíces. Así mismo piensa un 68 por ciento de los millennials que quieren ser propietarios.

Keila Domingues, una enfermera que enfrenta una subida del alquiler de $500 en el townhouse que alquila con su pareja en el noreste de Miami, está dispuesta a irse de la ciudad para cumplir su objetivo de ser propietaria.

“No puedo comprar casa y la subida de precio de mi alquiler me obstaculiza ahorrar y pagar deudas”, dijo Domingues a el Nuevo Herald.

El precio promedio de la vivienda en Miami-Dade en abril fue $565,000, lo que frena a los compradores, que a la vez enfrentan el alza de las tasas de interés, que encarece el pago de la hipoteca.

Muchos miamenses que no pueden pagar la renta ni comprarse una casa optan por mudarse a otros estados donde puedan encontrar vivienda subsidiada o convertirse en propietarios por mejores precios.
Muchos miamenses que no pueden pagar la renta ni comprarse una casa optan por mudarse a otros estados donde puedan encontrar vivienda subsidiada o convertirse en propietarios por mejores precios.

“Bank of America predice que los precios de las viviendas en EEUU terminarán 2022 con un aumento del 10 por ciento, lo que significa que los compradores seguirán viendo un fuerte crecimiento del precio de la vivienda este año”, dijo Ximena Crispi, vicepresidenta y especialista del mercado de préstamos en Bank of America, quien explicó a el Nuevo Herald tendencias del mercado de bienes raíces y la posición de los compradores.

“Hemos encontrado que, con los ingresos de su hogar, algunos clientes están descubriendo que pueden obtener más con menos en otros mercados, como en el centro de la Florida”, dijo Crispi, indicando que al aumento de las tasas de interés se suma la crisis de los seguros de propiedad en la Florida.

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El 45 por ciento de los posibles propietarios de viviendas en Miami dijeron que el aumento de las tasas de interés hará que demoren la búsqueda de vivienda, mientras que el 16 por ciento dijo que buscarán más rápido antes que suban más los intereses.

Aun así, un 51 por ciento de miamenses están dispuestos a tener un segundo trabajo para poder comprarse una casa, indica el informe de Bank of America. Hasta un 70 por ciento está dispuesto a comprar una casa más pequeña y también están preparados para comprar en un vecindario up and coming, que aun no ha alcanzado todo su potencial en el valor de la propiedad.

La ciudad, sin embargo, seguirá siendo uno de los destinos más populares para comprar para quienes vienen de estados del noreste o de California.

“La realidad es que hay muchos factores que continúan atrayendo a la gente a Miami”, dijo Crispi. “Hay oportunidades de empleo y seguimos viendo que las grandes empresas quieren tener su sede aquí”.

La ejecutiva anticipa que los profesionales bien pagados seguirán interesados en echar raíces en Miami, y continuarán impulsando un mercado muy competitivo.

“Nuestra ciudad tiene tanto que ofrecer que esperamos seguir viendo alta demanda”, dijo.

Alquileres altos desplazan a los miamenses

Los inquilinos no tienen mucha más suerte que los compradores. El alquiler de una vivienda de tres cuartos en Miami ha subido un 130 por ciento con relación al año pasado, alcanzando más de $8,000, según un estudio de Rent.com.

Este mismo análisis indica que un studio en Miami cuesta $3,214, un apartamento de un cuarto $3,214, y en La Pequeña Habana $1,350, más o menos el alza de precio que le esperaba a Fournier, que llevaba tiempo tratando de conseguir una vivienda asequible, pero aun ganaba mucho para calificar para una.

Alquileres y precios de compra de viviendas en Miami están obligando a residentes a buscar otras opciones más económicas fuera de la Florida.
Alquileres y precios de compra de viviendas en Miami están obligando a residentes a buscar otras opciones más económicas fuera de la Florida.

“Tienes que ser pobre, pobre como soy yo ahora”, apunta Fourier, que dejó de trabajar y vive solo con el retiro. “O muy rico, muy rico, que no te importe y te puedas mover con libertad en cualquier ciudad”.

Cada vez que cualquier ciudad del sur de La Florida abre la posibilidad de ponerse en lista de espera para solicitar el Plan 8 (Section 8) para obtener una vivienda asequible, se producen colas multitudinarias. En mayo del año pasado, cuando Miami-Dade ofreció esta posibilidad, unas 35,000 personas hicieron su solicitud en línea y otras tantas fueron a buscar las planillas a las bibliotecas del condado, lo que demuestra la necesidad de vivienda asequible en el sur de la Florida.

Mientras, sus residentes seguirán buscando otros destinos más baratos en la Florida o fuera del estado, que ofrezcan oportunidades de empleo y de comprarse una vivienda, aunque el mercado de bienes raíces se mantenga hot, para conseguir un pago mensual constante que los proteja del aumento de los alquileres.

Aquí puede solicitar vivienda subsidiada en Lexington, Nebraska: www.lexhousing.com

Ayuda para financiar una vivienda con Bank of America.