Canelo vs Munguía, una pelea que promete emoción, pero el reto sigue siendo Benavidez

Canelo Álvarez en su pelea contra Jermell Charlo en septiembre pasado. (Sarah Stier/Getty Images)
Canelo Álvarez en su pelea contra Jermell Charlo en septiembre pasado. (Sarah Stier/Getty Images)

Saúl Canelo Álvarez tiene muchos años eligiendo a sus rivales. Él dispone de un abanico infinito de nombres que están a sus órdenes por las más diversas motivaciones. Hay quienes lo ven como el reto mayor en sus carreras; otros quieren un 'día de pago', conscientes de que serán millonarios después de pelear contra él sin importar el resultado. Unos más se han obsesionado con él y no encuentran la forma de obtener una oportunidad —tal es el caso de David Benavídez—.

Pero él lleva los hilos y no está dispuesto a soltarlos. Es el modus operandi del campeón indiscutido de los pesos supermedianos: pelear contra quien le plazca. El elegido para el 4 de mayo en Las Vegas ha sido un mexicano: Jaime Munguía. El tijuanense invicto de 27 años tendrá la oportunidad de su vida frente a un peleador con el que su nombre ha sido relacionado desde hace mucho tiempo. La irrupción de Munguía en el plano boxístico fue sorprendente: ganó su primero título mundial (OMB Superwelter) a los 21 años (2018), contra Sadam Ali.

De inmediato, ganó los reflectores que otros tardan décadas en tener. Pero luego su carrera entró en una nebulosa etapa de protección: pasó por las 160 libras (peso mediano) sin enfrentar a ningún rival de categoría: se fue de ahí sin disputar ningún campeonato. Y pegó el salto a las 168. Cuando su carrera parecía estancada, a pesar de un triunfo emocionante sobre el duro Sergiy Derevyanchenko, Munguía tomó una decisión clave: cambiar de entrenador.

El joven pegador dejó el campamento de Erik Terrible Morales para entrenar a las órdenes de Freddie Roach, arquitecto de Manny Pacquiao, el boxeador que marcó todos los hitos posibles del siglo XXI. Su pelea debut, con Roach como entrenador, fue ante John Ryder en enero, quien venía de perder por puntos con Canelo en mayo de 2023. Munguía necesitó de nueve rounds para detenerlo y mandar una declaración de intenciones. Se habían acabado los juegos y estaba listo para los grandes nombres. Pudo hacer lo que Álvarez no: noquear a Ryder, rival en común.

Así se metió en la contienda para ser rival del tapatío. Y lo consiguió. Álvarez había dicho, en numerosas ocasiones, que no quería enfrentar a un rival mexicano. La última vez fue en mayo de 2017 cuando se midió con Julio César Chávez Jr. Su argumento: que él estaba para abrir puertas a sus compatriotas, no para cerrarlas ni generar división. Pero aquellos postulados fueron interpretados como una excusa para no pelear contra David Benavidez, nacido en Phoenix, de padre mexicano.

Y ahora Álvarez se ha contradicho, porque Munguía es mexicano y peleará contra él. ¿Por qué él sí y Benavidez no? Es la pregunta del millón (de los millones). Sólo Álvarez lo sabe. Benavidez ha hecho todo para merecer la oportunidad y él no se la ha dado, a pesar de que sea su retador mandatorio por parte del CMB. Ese no es asunto de Jaime Munguía, que tendrá que explotar su oportunidad. Es un reto contra él y su estilo: Munguía pega, pero recibe; es fuerte y rápido, pero no tiene la defensa suficiente para ser dominante.

Es el tipo de rival contra el que Álvarez suele lucir: contragolpeador y estratégico como es. No se ha visto bien en sus últimos combates, pero contra Munguía tendrá el contexto ideal para mostrar las facultades que lo convirtieron en el mejor libra por libra, un título de honor que hoy no tiene y no podrá recuperar ni aunque venza a su paisano. El desafío mayor se llama David Benavidez. Pero Jaime Munguía es un reto explosivo, atractivo comercialmente y que, en caso de ganar, tomará inmediatamente la estafeta de cara del boxeo mexicano.

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