Cancelan desfile por escasez de gasolina mientras informe destaca violaciones laborales en Cuba

Por décadas, las imágenes de miles de cubanos, en ocasiones hasta un millón, llenando la Plaza de la Revolución de La Habana durante el desfile del 1 de mayo fueron utilizadas por el gobierno cubano para transmitir a las audiencias extranjeras la impresión del apoyo masivo de la población al comunismo.

Pero en otra señal de la crisis económica de la isla, el liderazgo del país suspendió el icónico evento que debería ocurrir el lunes debido a la escasez de gasolina.

La lluvia y algunas inundaciones el domingo en La Habana y otras provincias en el occidente de la isla complicaron aún más las cosas, y los eventos más pequeños que debían compensar por el cancelado gran desfile fueron pospuestos para el 5 de mayo.

A lo largo de los años, las autoridades cubanas han promocionado los mítines del 1 de mayo, donde la gente grita consignas de Patria y Muerte y lleva pancartas con fotos de Fidel Castro, como muestra del apoyo de la población. En realidad, los ciudadanos son obligados a asistir o enfrentar represalias. Los trabajadores estatales y los estudiantes suelen ser transportados en autobuses gubernamentales desde municipios distantes para llenar plazas públicas en La Habana y otras provincias. Estos grandes gastos de propaganda son frecuentes a pesar de los altibajos de las atribuladas finanzas del país, a menos que la economía toque fondo.

Después de semanas de colas diarias de varias horas en las estaciones de servicio del país, el ministro de Energía, Vicente de la O Levy, confirmó el mes pasado que la isla sufría una escasez de gasolina y diésel que no se resolvería pronto, aunque agregó que el país no iba a llegar a un nivel de distribución “cero”.

Los funcionarios cubanos han ofrecido distintas explicaciones del déficit de gasolina.

El presidente designado del país, Miguel Díaz-Canel, dijo que la crisis del combustible se debió principalmente a que los proveedores internacionales no pudieron cumplir con sus compromisos.

Los envíos desde Venezuela, un aliado cercano de Cuba nuevamente sumido en problemas de producción y retrasos en los envíos vinculados a una investigación de corrupción que involucra a la petrolera estatal PDVSA, han sido inestables en los últimos meses. Cuba ha recibido petróleo de México y Rusia, pero no lo suficiente para llenar el vacío.

Parte del diésel también tuvo que ser redirigido para su uso en la generación de electricidad, y un buque petrolero resultó dañado en el puerto de Santiago de Cuba, lo que complicó aún más la distribución, dijo Díaz-Canel.

Culpando a las sanciones de Estados Unidos, De la O Levy también dijo que la isla, que enfrenta serios problemas de liquidez, tenía dificultades para pagar los altos precios de los suministros necesarios para refinar el petróleo.

“Desde hace varios meses hemos tenido limitaciones a la importación de crudo refinables y derivados del diésel y de la gasolina”, dijo Néstor Pérez Franco, director de la estatal petrolera CUPET. “Esa realidad no ha permitido que nuestras refinerías se mantengan procesando como deberían, y garantizar así los consumos de la economía y la población.”

Jorge Piñón, experto en petróleo de la Universidad de Texas en Austin, dijo que el gobierno cubano también podría estar exportando más gasolina, a expensas de la demanda local, para generar ingresos en divisas. Pérez Franco negó que el gobierno lo estuviera haciendo.

En esencia, la escasez de combustible es solo otro ejemplo de los problemas financieros del gobierno para pagar alimentos, combustible y bienes y garantizar los servicios esenciales.

Hubo otros momentos igualmente duros en los que se suspendió el desfile: en 1970, tras la fallida campaña para producir 10 millones de toneladas de azúcar; en 1994 y 1995, en medio de la crisis económica conocida como Período Especial que siguió al fin de los subsidios soviéticos; y durante la pandemia de COVID-19, en 2020 y 2021.

Violaciones de derechos laborales

En el papel, el desfile del primero de mayo es organizado por la Unión Central de Trabajadores de Cuba, el único sindicato legal del país subordinado al gobierno, para celebrar los derechos y conquistas de los trabajadores bajo el socialismo. Pero los activistas laborales y las organizaciones internacionales han denunciado durante décadas las violaciones de los derechos de los trabajadores en la isla.

En un informe publicado a principios de este mes, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, un organismo autónomo de la Organización de los Estados Americanos, identificó violaciones sistémicas de los derechos de los trabajadores en Cuba, incluida “la falta de acceso libre al trabajo y la falta de estabilidad laboral; las condiciones de trabajo precarias y la falta de salarios justos;…el acoso y hostigamiento en el ámbito laboral,” y la “existencia de discriminación y persecución por opiniones políticas,” entre otras.

El informe también señala la “inexistencia de la libertad de asociación en el ámbito laboral” ya que los sindicatos independientes están prohibidos. Los trabajadores tampoco pueden beneficiarse de la negociación colectiva ni declararse en huelga.

Los testimonios recogidos por la Comisión muestran “que el Estado, como el mayor empleador, controla los salarios, limita la participación del sector privado en el mercado laboral e impone las condiciones laborales de los trabajadores”, dice el informe. La Comisión dijo que observa “con preocupación cómo la situación laboral de las personas trabajadoras de la isla se ha ido precarizando, con un notable incremento de los niveles de informalidad y de la falta de garantías de los derechos laborales”.

El informe señala que la legislación cubana viola la Convención de la Organización Internacional del Trabajo de las Naciones Unidas, que prohíbe la retención ilegal de salarios por parte de los empleadores. Según el informe, esa es una práctica estándar en Cuba, donde las agencias estatales negocian los salarios y controlan la dotación de personal en el turismo y otros sectores. Médicos cubanos que han abandonado misiones médicas oficiales en el extranjero también se han quejado de prácticas similares.

Haciéndose eco de las preocupaciones expresadas por el Departamento de Estado de Estados Unidos, la Comisión dijo que los trabajadores de esas brigadas médicas que son enviadas al exterior por el gobierno cubano “podrían encontrarse en situación de trabajo forzoso u obligatorio, conceptos relacionados a la esclavitud moderna, toda vez que sus derechos humanos laborales más básicos serían vulnerados.”

La Comisión instó al gobierno cubano a poner fin a la retención de salarios y a los actos de represión contra los trabajadores cubanos, así como proporcionar equipo de protección laboral, aumentar los salarios mínimos, eliminar la prohibición del sector privado de acceder a ciertas profesiones y negocios, y poner fin a disparidades de género y raza en el entorno laboral, entre varias recomendaciones.

Los cubanos entrevistados para el informe también destacaron cómo los bajos salarios estatales han hecho que robar en el lugar de trabajo sea una práctica generalizada.

“A pesar de desempeñar una labor compleja como administrador, el salario que recibo apenas me da para sobrevivir con lo básico 7 días”, dijo a la Comisión un trabajador estatal cubano. “Es imposible planear vacaciones, ahorrar o ir una vez al año a comer en un restaurante. Me resulta imposible vivir sin cometer actos ilícitos para poder mantenerme a mí y mi familia...Además, a pesar de que la empresa recibe grandes utilidades en moneda nacional, los análisis sobre subida salarial no existen, teniendo yo y la mayoría que robar... productos asignados para cocinar y comer como aceite, harina, huevo y algunas porciones de carne de cerdo.”