Ex campeón cubano regresa al gimnasio, pero no tiene apuro para decidir su futuro en el boxeo

Yordenis Ugás ha vuelto a entrenar. No necesariamente significa que vuelva a boxear, pero el cubano necesitaba sentir ese ambiente de gimnasio y la camaradería de sentirse rodeado de peleadores, además de la cercanía de su maestro Ismael Salas.

El ex campeón cubano no sube al ring desde el 30 de septiembre del 2023, cuando no pudo conquistar la faja welter del Consejo Mundial del Boxeo al caer ante Mario Barrios, pero todavía no ha anunciado de manera oficial que ha optado por el retiro definitivo.

“Solo estoy entrenando porque me hace bien y por el momento no hay que leer nada más que eso’‘, apuntó Ugás. “El boxeo es lo que se hacer y lo que me gusta. Creo que me hacía falta volver a pisar un gimnasio, pero no he decidido nada sobre mi carrera’‘.

Ugás fue superado en Las Vegas por un joven y hambriento Barrios sencillamente porque era su hora, un cambio de guardia donde un veterano de mil batallas pasó la insignia en lo más duro de la batalla y el vencedor la tomó para llevarla hasta donde le den las ganas.

Quién sabe qué decisión tomará Ugás sobre su futuro, pero el boxeo es un deporte lleno de segundas oportunidades y con alguien como el cubano cualquier cosa es posible, siempre y cuando el tiempo restaure su cuerpo y su mente, y se sienta bien.

“En esos aspectos me siento en tremendas condiciones’‘, agregó Ugás, a quien se le notó un incremento en masa muscular durante los días en que estuvo en Miami para apoyar a Robeisy Ramírez en su pelea contra Brandon León Benítez. “Pero eso no significa que vaya a volver al ring. Me voy a tomar mi tiempo, pero no me pongo presiones de ningún tipo’‘.

Quizá en esta ausencia premeditada, la trayectoria deportiva de Ugás alcanza el reconocimiento que merece. Un hombre que se levantó de la nada luego de dos costosas derrotas en el 2014, cuando su estrella parecía eclipsarse por completo.

Gracias a la ayuda de su hermano de vida Aroldis Chapman, Ugás se mantuvo dos temporadas restañando sus heridas físicas y mentales hasta reencontrarse con el guerrero que alguna vez había sido. La segunda parte de su éxito se debe en gran medida al profesor Ismael Salas, quien lo recibió en su gimnasio y le ayudó a sacar lo mejor de sí.

Con la fe renovada y un maestro de conductor, Ugás retornó en el 2016 a sabiendas que sería visto como la víctima perfecta, el escalón a utilizar por boxeadores más jóvenes, con mayor promesa y proyección. Estas segundas partes muchas veces no suelen ser buenas.

Pero la de Ugás fue mejor que la primera. Desde ese momento comenzó a tejar una cadena de victorias pasando por encima de esos jóvenes y frente a otros púgiles de trayectoria, aceptando retos con pocos días de anticipación. De pronto la víctima pasó a ser depredador.

Una mala decisión le privó de ser campeón mundial ante Shawn Porter, algo que logró en una dudusa decisión dividida sobre Abel Ramos, pero su mejor momento llegó con un triunfo sobre el legendario Manny Pacquiao, antes de ceder ante Errol Spence Jr.

Ahora, a su carrera en el ring Ugás ha sumado la de comentarista de ESPN, pues su conocimiento íntimo del boxeo le permite desgranar las grandes peleas para los lectores del sitio digital de la mayor plataforma a nivel mundial para los deportes de combate.

“Es algo que disfruto mucho, pero créeme que es difícil por la responsabiidad de entregarle a los lectores el mejor análisis posible’‘, indicó Ugás, de 37 años. “Tengo que leer mucho, documentarme y luego organizar las ideas. A veces es más duro que tirar golpes’‘.