Campeón de bateo de los Marlins recibe otro gran premio y la potencia cubana se queda en el camino

Con una temporada para los libros de récords, no había un candidato más firme para este premio que Luis Arráez.

El pelotero venezolano de los Marlins ganó el Bate de Plata como segunda base en la Liga Nacional y superó en la puja a Ozzie Albies (Bravos de Atlanta) y Ketel Marte (D’backs de Arizona), en tanto el cubano Jorge Soler no pudo subir al tope en la votación entre los designados.

Arráez se convierte en el undécimo jugador de los peces que alcanza el galardón y el primero desde que el actual receptor de los Filis de Filadelfia J.T. Realmuto se lo acreditara en 2018.

Se une a una lista donde figuran Giancarlo Stanton (2014, 2017), Marcell Ozuna (2017), Christian Yelich (2016), Dee Gordon (2015), Dan Uggla (2010), Hanley Ramírez (2008, 2009), Miguel Cabrera (2005), (2006), Mike Lowell (2003) y Gary Sheffield (1996).

Dueño de una rara combinación de habilidades de bateo de élite, una capacidad de conectar lanzamientos malos y una rutina brutal que potencia ambas cosas, Arráez tuvo un gran impacto desde su llegada en enero a Miami en un cambio con Minnesota por su compatriota y lanzador Pablo López y un par de prospectos.

Finalizó la campaña con average de .354, el mejor en la historia de los peces, y se convirtió en el primer jugador de las Mayores en ganar un título de bateo en temporadas consecutivas en diferentes circuitos, algo que será recordado por siempre y que será muy difícil de igualar.

Como si fuera poco, Arráez es el primer pelotero que termina con un promedio de bateo superior a .350 en una temporada completa desde Josh Hamilton en 2010 (.359) con los Rangers de Texas, y el primero en la Liga Nacional desde Chipper Jones (.364), con los Bravos de Atlanta (2008), y Albert Pujols (.357), con los Cardenales de San Luis (2008).

Sin duda alguna, Arráez evoca un estilo de bateo que se creía en vías de extinción en medio de la adoración por los cuadrangulares, los ángulos, las velocidades de salida y el recorrido de las conexiones, como si esas métricas fueran los Diez Mandamientos.

Si los Marlins llegaron a los playoffs se debió en buena medida a la ofensiva de Arráez.

Soler, por su parte, cedió en la carrera ante la estrella de los Filis Bryce Harper, quien se llevó el Bate de Plata en la posición de bateador designado.

J.D. Martínez, de los Dodgers de Los Angeles, y Marcell Ozuna, de los Bravos de Atlanta, eran los otros candidatos.

El jugador antillano, quien la temporada regular fue al Juego de las Estrellas por primera vez en su carrera, bateó 36 jonrones, la mejor marca del club.

Tras vivir un decepcionante 2022 debido a lesiones, Soler vivió un renacimiento justo a tiempo al remolcar también 75 carreras para un slugging de .512 y un OPS de .853, siendo una pieza fundamental en muchas de las victorias de la novena de Miami.