Un nuevo camino para el mundo

Según datos internacionales, el 1% de la población del mundo cuenta con el 82% de la riqueza.

En México las cosas no son diferentes. Un dato no menor, es que durante la pandemia el país acumuló 2.5 de millones de pobres más, pero los 10 hombres más ricos del país incrementaron su fortuna un 14%.

 

Hace unos meses salió a la venta en libro Capital in the Antropocene del japonés Kohei Saito en el cual se señalan aspectos sumamente importantes para la humanidad. Por un lado, el autor comenta que la actualcrisis climática se saldrá de control a menos que el mundo aplique “frenos de emergencia” al capitalismo y diseñe una “nueva forma de vida”. Para el periodista Justin McCurry el mensaje de Kohei Saito, profesor asociado de la Universidad de Tokio, es simple: “la demanda del capitalismo de ganancias ilimitadas está destruyendo el planeta y solo el decrecimiento puede reparar el daño ralentizando la producción social y compartiendo riqueza”.

Debemos aceptar que la pandemia nos dejó una mayor distancia entre ricos y pobres, pues la destrucción de puestos laborales ha sido un tremendo problema para muchas personas en todo planeta. Los jóvenes también se vieron afectados, la pandemia y otros grandes problemas como la destrucción ambiental y la crisis del costo de vida han sido un común denominador para ellos. En México, por ejemplo, la tasa de desempleo de recién egresados universitarios creció bastante durante esta situación de salud que vivimos.

Saito señala: “Muchas personas perdieron sus trabajos y sus hogares y dependen de cosas como los bancos de alimentos, incluso en Japón. Me parece impactante. Y tienes trabajadores esenciales que se ven obligados a trabajar largas horas en trabajos mal pagados. La marginación de los trabajadores esenciales se está convirtiendo en un problema grave. Una cosa que hemos aprendido durante la pandemia es que podemos cambiar drásticamente nuestra forma de vida de la noche a la mañana: veamos la forma en que empezamos a trabajar desde casa, compramos menos cosas, volamos y comimos menos. Demostró que trabajar menos era más amigable con el medio ambiente y le daba a la gente una vida mejor. Pero ahora el capitalismo está tratando de devolvernos a una forma de vida -normal- “.

 

Estas palabras de Saito resuenan en un mundo donde la acumulación de riqueza es el objetivo primordial.

Particularmente nunca he creído en la izquierda, aunque siempre respetaré a quienes la siguen, pero estoy convencido de que este capitalismo sin controles nos llevará muy pronto a niveles de insostenibilidad, pues es imposible la acumulación infinita de recursos en un planeta con recursos limitados. Debido a ello el Capitalismo Consciente, Sostenible o Progresista, dependiendo del autor, es mi postura para enfrentar un mundo que sufre cada día más. ¿Se vale tener dinero? Por supuesto que sí, pero no a costa de todo. Ya no podemos seguir acumulando recursos evadiendo impuestos, destruyendo y minimizando a la sociedad y acabando con el medio ambiente. Necesitamos una nueva generación de empresarios que busquen crecer, pero desarrollando equitativamente la economía, mejorando a la sociedad y comprometiéndose con la vida del planeta; eso quizás sería el punto medio para una sociedad completamente desigual donde muy pocos tienen todo resuelto, y casi todos no tiene lo básico.

Al final la sensibilidad y la conciencia deberán ser los valores primordiales para construir un mundo mejor, ese lugar donde todos soñamos vivir.

 

principal@globaluniversity.edu.mx