El gran cambio en la frontera del que Harris no está hablando

La frontera entre El Paso, Texas, a la derecha, y Ciudad Juárez en México, el 8 de junio de 2024, días después de que el gobierno de Biden impusiera una medida que les permite a los agentes fronterizos enviar de vuelta a los migrantes de inmediato cuando los cruces exceden cierto nivel. (Paul Ratje/The New York Times).
La frontera entre El Paso, Texas, a la derecha, y Ciudad Juárez en México, el 8 de junio de 2024, días después de que el gobierno de Biden impusiera una medida que les permite a los agentes fronterizos enviar de vuelta a los migrantes de inmediato cuando los cruces exceden cierto nivel. (Paul Ratje/The New York Times).

La situación en la frontera sur se ve muy distinta estos días.

Ya quedaron en el pasado los titulares sobre los números crecientes de cruces fronterizos que afectaban a las comunidades de la zona y a ciudades como Nueva York que batallaban para financiar viviendas para los migrantes recién llegados al país.

La realidad es que las cifras en la frontera sur han disminuido a niveles que no se habían visto en el gobierno de Biden, e incluso están por debajo de las que se vieron en periodos del gobierno de Trump.

La reducción drástica de cruces fronterizos se produjo luego de la entrada en vigor de una política del gobierno de Biden que los funcionarios de la Casa Blanca consideran un gran éxito para una administración que ha pasado tres años combatiendo los ataques de los republicanos por su manejo del creciente número de cruces en la frontera.


Sin embargo, en su campaña presidencial, la vicepresidenta Kamala Harris no se ha enfocado en ese cambio rotundo en la frontera sur. Les explicaré qué está pasando en la frontera y ofreceré algunas teorías sobre por qué Harris no está presumiendo este tema.

Un cierre fronterizo que funcionó

El número de cruces en la frontera había ido en declive constante todo el año, pero las cosas dieron un giro radical en junio. Fue entonces cuando el gobierno de Biden tomó un elemento distintivo de la propuesta de ley sobre inmigración que fracasó en febrero —una medida que les permitiría a los agentes fronterizos enviar de vuelta a los migrantes de inmediato cuando los cruces excedieran cierto nivel— e implementó una versión del mismo por medio de una proclamación presidencial.


Desde entonces, los resultados han sido claros: las detenciones en la frontera disminuyeron, las solicitudes de asilo cayeron en picada y ahora se libera a menos recién llegados en comunidades estadounidenses.


Los cruces se han reducido tanto que el gobernador de Texas, Greg Abbott, dejó de enviar migrantes en autobuses a ciudades lideradas por demócratas, una táctica política que usó para obligar al público a prestarle atención a la frontera. Simplemente ya no hay gente a la cual trasladar.

Harris se mantiene al margen

Durante su discurso en Chicago en la Convención Nacional Demócrata, Harris habló sobre inmigración, pero se enfocó en culpar a los republicanos del colapso este año de una legislación bipartidista que habría aumentado los recursos, asignando más fondos para detenciones, agentes fronterizos y oficiales de asilo.


“El año pasado, Joe y yo reunimos a demócratas y republicanos conservadores para redactar la propuesta de ley sobre la frontera más contundente en décadas”, declaró Harris ante la multitud en Chicago. “La Patrulla Fronteriza la respaldó. Pero Donald Trump cree que un acuerdo para la frontera afectaría su campaña, así que les ordenó a sus aliados en el Congreso que acabaran con el proyecto”.


Ese acuerdo le habría permitido al presidente cerrar el acceso al asilo en la frontera sur si los cruces superaban cierto nivel, pero Harris no mencionó que el gobierno tomó cartas en el asunto e hizo algo muy similar de todos modos.


Entonces, ¿por qué Harris no habla más al respecto en su campaña por la presidencia?

Podría haber varias razones.

1. El número de detenciones en la frontera suele fluctuar y podría repuntar en cualquier momento.

El verano pasado, el gobierno de Biden celebró con cautela una breve reducción en los cruces luego de que entró en vigor una restricción al asilo distinta. Para el final del año, los cruces al país alcanzaron cifras históricas y el gobierno tuvo que enviar a altos funcionarios a México para buscar una solución. Los expertos en migración también afirman que los coyotes pueden adaptarse a las nuevas políticas en Estados Unidos y eso también podría pasar con el límite al asilo que impuso el presidente Joe Biden.

2. Los demócratas no quieren revivir los ataques contra la ‘zar de la frontera’.

Enfocarse en la política fronteriza también podría atraer una atención renovada a un tema de debate republicano que ha perseguido a la vicepresidencia y a la campaña presidencial de Harris: ¿está a cargo de la frontera sur o no?

Biden le pidió a Harris en los inicios de su vicepresidencia que se enfocara en las “causas fundamentales” de la migración, y los republicanos aprovecharon esa asignación para describirla de manera engañosa como la responsable de los cruces en general. Si Harris acepta ahora crédito por los éxitos de la política fronteriza, podría abrir la puerta a críticas si los cruces repuntan; también podría darles a los republicanos una oportunidad para destacar las cifras récord de migrantes que llegaron antes de 2024.

3. La frontera sigue dividiendo a los demócratas.

Hablar sobre una política restrictiva podría enojar a los progresistas que se han mostrado entusiasmados por la candidatura de Harris a la presidencia y apagar las vibras generales de alegría y unidad que le han dado gran ímpetu a su campaña.


Los grupos defensores de la inmigración ya demandaron al gobierno de Biden por la política y lo denunciaron por enviar de vuelta a migrantes que tienen motivos justificados para solicitar protección en Estados Unidos.


La campaña presidencial de Harris lleva activa poco más de un mes y se avecinan un par de pruebas de fuego en las que podría destacarse el tema de la frontera: la primera entrevista de alto perfil de Harris como candidata presidencial el jueves en CNN, así como el debate entre Harris y Trump programado para el 10 de septiembre.

La campaña ha encontrado momentos para mencionar la reducción de cruces, incluidos correos electrónicos a la prensa. Pero no se ha vuelto un elemento base en los discursos de la vicepresidenta, lo cual es notable dada su fuerte conexión, justa o no, con el tema del control fronterizo.

“La vicepresidenta está orgullosa de las medidas que su gobierno ha liderado para reducir significativamente los cruces en la frontera y su equipo de campaña ya ha hablado y seguirá hablando de eso”, afirmó Kevin Munoz, portavoz de la campaña, en un comunicado. “Pero también sabe que tenemos que hacer aún más, es por eso que la escuchan hablar sobre la necesidad urgente de que se apruebe la propuesta de ley bipartidista sobre la frontera y su compromiso para lograrlo como presidenta”.


En definitiva, Trump atacará a Harris y al gobierno del que forma parte por las cifras históricas de migrantes que entraron al país hasta este año. A diferencia de ocasiones anteriores, ahora Harris tiene una política nueva y datos con los cuales responder.

c.2024 The New York Times Company