California establece límite para el cromo tóxico de la película 'Erin Brockovich' en agua potable

LOS ÁNGELES (AP) — Los reguladores del agua en California aprobaron el miércoles establecer un límite de cromo hexavalente en agua potable, un químico que puede causar cáncer cuando se ingiere y que se hizo famoso por la película “Erin Brockovich”.

La fijación del nuevo estándar marca el final de una lucha de décadas que ganó notoriedad internacional con la película del año 2000 “Erin Brockovich”, por la que Julia Roberts ganó un Oscar. A principios de la década de 1990, Brockovich ayudó a investigar cómo el agua subterránea contaminada con cromo-6 estaba enfermando a una comunidad del sur de California. Los residentes finalmente ganaron un acuerdo de 333 millones de dólares con Pacific Gas & Electric Co. por contaminar su agua.

La propuesta fue aprobada por unanimidad por la Junta de Control de Recursos Hídricos del Estado de California, aunque aún debe pasar el filtro de la Oficina de Derecho Administrativo antes de que se haga efectiva.

Es la primera regla en los Estados Unidos que apunta a limitar la presencia en agua específicamente de ese metal tóxico, conocido como cromo-6, y se espera que reduzca el número de casos de cáncer y de toxicidad en el riñón por ingestión a largo plazo, dijeron funcionarios estatales.

“Sé que hay sentimientos encontrados sobre esta decisión de hoy... Que deberíamos tener un estándar más bajo", dijo el miembro de la junta Sean Maguire antes de la votación. “Pero quiero dar un paso atrás y mirar a California en comparación con el resto de la nación y creo que aquí en realidad estamos liderando el camino”.

El cromo es un metal natural que se encuentra en la tierra, plantas, animales o rocas y puede ingresar al agua subterránea a través de la tierra lixiviada, el proceso en el que el agua desciende a través del suelo y transporta minerales que pueden filtrarse a los acuíferos subterráneos. El cromo, como metal puro, no tiene efectos perjudiciales, pero es muy tóxico cuando se encuentra en forma de cromo-6, que puede ser natural o derivado de las actividades industriales humanas.

El cromo-6 se usa ampliamente en producción de acero inoxidable, curtido de cuero, fabricación de textiles y conservación de la madera, actividades que pueden contribuir a la contaminación del agua potable, según la Oficina de Riesgos para la Salud Ambiental de California.

Al mismo tiempo, el compuesto químico puede llegar al aire en forma de polvo o humo en procesos industriales y los científicos saben desde hace décadas que la inhalación de cromo-6 puede causar cáncer de pulmón. Pero durante mucho tiempo no estaba claro si la ingestión también podría causarlo.

Los estudios realizados en 2008 por el Programa Nacional de Toxicología cambiaron eso. Sus resultados mostraron que los roedores que bebieron agua con altos niveles de cromo-6 durante dos años desarrollaron cáncer intestinal y oral.

Lo que pretende la nueva regulación es limitar la cantidad permitida de ese componente metálico en el agua que llega a los hogares.

Hasta ahora, California tenía un límite para el agua potable para todas formas de cromo, es decir, que incluía el cromo-6 y también al menos tóxico, que es el cromo trivalente, también conocido como cromo-3, tal como lo hizo la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. El cromo-3 es un nutriente esencial para los seres humanos que se encuentra en comidas y ciertos suplementos dietéticos y que el cuerpo utiliza para regular los niveles de azúcar en sangre.

El límite federal para el cromo, en general, es de un máximo de 100 partes por mil millones (ppmm), mientras que el estatal californiano tenía un tope inferior permitido, de 50.

Con la nueva norma, California solo permite la presencia de 10 ppmm específicamente de cromo-6, el equivalente a diez gotas de agua en una piscina.

El estándar fijado por California podría influir otros estados para que adopten uno propio. Se estima que más de 200 millones de estadounidenses ingieren el químico a través del agua potable que llega a sus casas, según un análisis de 2016 de datos federales a través de pruebas de agua realizadas por el Grupo de Trabajo Ambiental, una organización sin fines de lucro de defensa y salud.

Pero algunos defensores de la salud aún está preocupados por que el límite fijado en California no sea suficiente para proteger la salud pública. Quieren que el estado adopte un límite de agua potable lo más cercano posible al objetivo de salud pública de 0,02 ppmm, fijado por la Oficina para la Evaluación de Riesgos para la Salud Ambiental de California.

A ese nivel, según científicos estatales, el metal no plantea riesgos significativos para la salud y el riesgo de padecer cáncer a lo largo de la vida es de uno entre un millón, una cantidad generalmente aceptada por los expertos en salud, según la oficina.

Sin embargo, con el nuevo límite de California, el riesgo de cáncer es 500 veces mayor. En ese nivel, una persona de cada 2.000 que está expuesta durante 70 años a agua potable con 10 ppmm de cromo-6 puede sufrir cáncer, según un informe del personal estatal de agua.

“Esto realmente deja a muchas comunidades de California desprotegidas de este carcinógeno realmente potente”, dijo Tasha Stoiber, científica principal del Grupo de Trabajo Ambiental.

“Nos gustaría ver un nivel máximo de contaminante inferior a 10 ppmm que protegería más a la comunidad y a las personas que ya han estado expuestas durante tanto tiempo”, agregó.

Residentes californianos también expresaron preocupación.

Ana María Pérez, quien vive en el condado de Monterey en California, instó a los reguladores a establecer un límite más bajo que proteja a las comunidades de la contaminación crónica del agua.

“Nuestra comunidad es afectada por contaminación en el agua con cromo-6, nitrato, arsénico y 1,2,3-TCP”, dijo. “Desde el 2017, hemos estado esperando un nivel para cromo-6 que proteja nuestra salud y después de todo este tiempo, lo han dejado igual. No es justo que muchas personas tengan que enfermar y hasta morir por no tomarnos en cuenta”.

Algunos investigadores de varias organizaciones han criticado los estudios, diciendo que las concentraciones químicas que recibieron los roedores fueron “miles de veces mayores” que las que tendrían los suministros de agua potable de Estados Unidos.

Según la Agencia de Protección Ambiental, el cuerpo puede desintoxicar cierta cantidad de cromo-6 y transformarlo a cromo trivalente, la forma mucho menos tóxica, después de la absorción. Pero este proceso depende de la edad, el sexo y el peso de una persona, así como de la dosis y la duración de la exposición al metal tóxico, según Maria-Nefeli Georgaki, especialista en salud ambiental que ha estudiado los efectos de la ingestión de cromo-6.

Aún así, los estudios sobre los impactos a la salud de la ingestión de cromo-6 a través del agua potable son limitados, dijo Georgaki en un correo electrónico. Admite que limitar la presencia del metal tóxico a 10 ppmm es un comienzo importante que luego debería “ajustarse de acuerdo tanto con la salud pública, los problemas que surgen y los nuevos datos de investigación, a intervalos regulares específicos”.

El personal de agua debe revisar los estándares cada cinco años. Pero durante la junta del miércoles, Darrin Polhemus, subdirector de la división de agua potable de la junta estatal, dijo que están revisando constantemente los estándares. “No estamos ciegos esperando que pasen cinco años hasta que comprendamos que ha habido un cambio sustancial en algo”.

California ya hizo un primer intento de establecer un máximo de cromo-6 en el agua potable en 2014.

Entonces, estado adoptó un límite de 10 ppmm, pero fue anulado por un juez en 2017 que dictaminó que los reguladores del agua no habían considerado si la regla sería económicamente viable.

Algunos proveedores públicos de agua han advertido en comentarios públicos que los ciudadanos pagarán más por el agua con el nuevo límite y que la carga financiera será mayor sobre comunidades de bajos recursos. Otras agencias han cuestionado el límite, aludiendo que no se basa en la ciencia más reciente.

Cástulo Estrada, vicepresidente de la junta del Distrito de Agua del Valle de Coachella y gerente de servicios públicos de la ciudad de Coachella, dijo que el límite tendría impactos “sin precedentes” en los residentes y clientes. A su criterio, los seis pozos de la ciudad de Coachella tienen cromo-6 por encima de 10 partes por mil millones e instalar tecnología para reducir los niveles hasta el nuevo límite les costaría aproximadamente 90 millones de dólares. “Eso aumentaría las facturas mensuales”.

Los sistemas de agua deberán comenzar a realizar pruebas de cromo-6 dentro de los seis meses a la fecha efectiva, prevista para octubre. Si superan el límite, deberán presentar un plan de cumplimiento en 90 días y cumplirlo dentro de un plazo de dos a cuatro años, dependiendo de cuántos clientes tengan en su red de distribución de agua potable.

Muchos proveedores de agua pidieron flexibilidad en los plazos de cumplimiento, alegando que lo propuesto no es razonable.

Los funcionarios estatales propusieron que los sistemas de agua pueden solicitar asistencia financiera, pero no hay recursos garantizados.

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