Cadena perpetua para el colombiano ‘coronel Mike’ por el asesinato del presidente de Haití

Un oficial retirado del ejército colombiano que se declaró culpable de liderar un grupo de comandos en el asesinato del presidente de Haití fue sentenciado el viernes a cadena perpetua en un tribunal federal de Miami, aunque espera un castigo menos severo en un acuerdo de cooperación con fiscales federales.

Germán Alejandro Rivera García, alias “Coronel Mike”, admitió que se reunió a finales de junio de 2021 con varios conspiradores en Haití para discutir la destitución del presidente haitiano Jovenel Moïse por la fuerza, incluyendo un complot para asesinarlo al mes siguiente.

Durante la reunión secreta, Germán Alejandro Rivera García, alias “Coronel Mike”, recibió instrucciones en una videollamada de un compatriota colombiano en el sur de la Florida –que resultó ser un informante del FBI– de que Rivera debía seguir las instrucciones de otro hombre que asistía a la reunión en Haití, según los registros judiciales.

Ese hombre anónimo “dijo entonces a Rivera y a otro conspirador que el presidente sería asesinado como parte de la operación”, según una declaración de hechos presentada ante el tribunal federal de Miami como parte de la declaración de culpabilidad de Rivera por cargos de conspiración de asesinato el mes pasado.

Rivera y James Solages, un haitianoamericano del sur de la Florida, “transmitieron esa información a otros miembros de la conspiración”, entre ellos otro haitianoamericano, Joseph Vincent, y un miembro del comando colombiano de Rivera, Mario Antonio Palacios. Este último está intentando que se desestime su “confesión” a agentes del FBI porque afirma que se obtuvo bajo presión.

El intercambio de videollamadas se produjo dos semanas después del asesinato de Moïse el 7 de julio de 2021 a manos de un grupo de ex soldados colombianos, dicen autoridades estadounidenses, lo que supuso un cambio estratégico, ya que se pasó de secuestrar al líder haitiano a asesinarlo en su casa, situada en una colina a las afueras de Puerto Príncipe.

En el último año, se presentaron cargos contra 11 acusados de conspirar para asesinar al presidente de Haití o de desempeñar un papel de apoyo en el caso dirigido por el FBI y procesado por la Fiscalía Federal en el sur de la Florida. Entre los acusados están: Rivera, de 45 años, que se declaró culpable en septiembre; Solages; Vincent, y Palacios. Un duodécimo sospechoso, Joseph Félix Badio, ex funcionario anticorrupción del gobierno haitiano, fue arrestado la semana pasada en Haití y podría ser trasladado a Miami para ser acusado en el caso de asesinato.

El presidente de Haití, Jovenel Moïse, acompañado de su esposa, Martine Marie Etienne Joseph, habla con un grupo de haitianos que viven en el sur de la Florida y que le dieron la bienvenida en su primera visita a Miami como presidente, durante una reunión comunitaria en el Centro Cultural Pequeño Haití, el viernes 16 de junio de 2017. PEDRO PORTAL/pportal@miamiherald.com

La declaración de Rivera aporta nuevos detalles sobre las reuniones entre cómplices en Haití y el sur de la Florida que condujeron al impactante asesinato de Moïse, el cual provocó una agitación sin precedentes en la isla caribeña.

Según la exposición de los hechos, Rivera comenzó a reunirse en persona en Haití y por videoconferencia en el sur de la Florida con los conspiradores en febrero de 2021. En varias reuniones, “los conspiradores discutieron los métodos propuestos para llevar a cabo la operación y la necesidad de adquirir armas para facilitar la operación”, dice la declaración.

A las reuniones celebradas en el sur de la Florida asistieron varios de los conspiradores acusados en el caso del asesinato, entre ellos Arcángel Pretel Ortiz, el informante del FBI que trabajaba para una empresa de seguridad de la zona de Miami. Al parecer, él ayudó a reclutar a algunos de los comandos colombianos y ordenó a Rivera que siguiera las instrucciones de otro conspirador en relación con el complot para asesinar al líder de Haití. Otros presentes en las reuniones del sur de la Florida fueron: Antonio Intriago, jefe de la empresa de seguridad Counter Terrorist Unit; Christian Sanon, médico haitianoamericano que aspiraba a sustituir a Moïse en la presidencia; Walter Veintemilla, empresario del sur de la Florida que ayudó a financiar la operación, y Solages.

Rivera también asistió a reuniones operativas en Haití con Intriago, Solages, Sanon, Palacios, el empresario haitiano Rodolphe Jaar y el ex senador haitiano Joseph Joel John. Estos dos últimos también han sido acusados en el caso del asesinato en Miami. Jaar fue sentenciado a cadena perpetua, y John se declaró culpable y está a la espera de sentencia.

Jaar, John y Rivera se declararon formalmente culpables de conspirar para proporcionar apoyo material para asesinar al presidente de Haití, proporcionar ese apoyo y conspirar para asesinar o secuestrar a una persona fuera de Estados Unidos.

Pero los tres podrían evitar la cadena perpetua si las fiscales Mónica Castro y Andrea Goldbarg recomiendan una pena menor basándose en su cooperación según los términos de los acuerdos de culpabilidad.

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Poco después del ataque que dejó muerto al presidente de 53 años con 12 heridas de bala y a su esposa, Martine, gravemente herida, se iniciaron investigaciones separadas en Haití, Colombia y Estados Unidos sobre la muerte de Moïse. Más de 40 personas han sido encarceladas en Haití, entre ellas 18 colombianos, así como miembros de la guardia presidencial haitiana acusados de aceptar sobornos para retirarse o no presentarse a trabajar el día en que Moïse fue asesinado.

La trama mortal giraba en torno a sospechosos que colaboraban en el sur de la Florida, Haití y Colombia para secuestrar y luego asesinar al líder haitiano, con el objetivo de sustituirlo por un nuevo presidente y obtener contratos del gobierno haitiano, según las autoridades. Sin embargo, hasta ahora no se ha identificado a nadie como el cerebro que orquestó el asesinato de Moïse.

Martine Moïse, de rojo, resultó herida en el atentado en el que murió su esposo, el presidente Jovenel Moïse, de pie junto a ella. Esta foto de archivo los muestra tres años antes durante un acto en 2018 en el Palacio Nacional. Dieu Nalio Chery/AP
Martine Moïse, de rojo, resultó herida en el atentado en el que murió su esposo, el presidente Jovenel Moïse, de pie junto a ella. Esta foto de archivo los muestra tres años antes durante un acto en 2018 en el Palacio Nacional. Dieu Nalio Chery/AP

La investigación se intensificó en febrero con el traslado de Rivera y tres estadounidenses de origen haitiano a Estados Unidos.

Rivera y dos haitianoamericanos fueron acusados de ayudar a coordinar un secuestro fallido de Moïse para destituirlo a su regreso de una visita de Estado a Turquía en junio de 2021. Los mismos tres también fueron acusados de conspirar en un plan final para matarlo en su casa en los suburbios de la ladera de Puerto Príncipe al mes siguiente.

Esos sospechosos son: Solages, de 37 años, quien dejó su empleo en una residencia de ancianos en el sur de la Florida para ir a trabajar a una empresa de seguridad del área de Miami vinculada al complot para destituir a Moïse; Vincent, de 57 años, ex informante confidencial de la Administración para el Control de Drogas (DEA) que vivía en el sur de la Florida, y Rivera, el coronel colombiano retirado que es uno de los líderes del ataque mortal.

También fue trasladado a Miami Sanon, de 64 años, médico y pastor haitiano que dividía su tiempo entre Estados Unidos y su patria caribeña y quería sustituir a Moïse como presidente. Sanon, que no estuvo implicado en el principal caso de conspiración para secuestrar y asesinar al presidente de Haití pero enfrenta cargos relacionados, cayó en desgracia como posible sucesor de Moïse en las semanas previas a su asesinato.