Buzos recuperaron 275 objetos, entre ellos un libro ‘extraordinario’ de un naufragio en el Ártico

Cientos de objetos, entre ellos una vajilla y un libro de piel, fueron recuperados de un naufragio en un lecho marino poco profundo frente a las costas del norte de Canadá.

A principios de este año, los arqueólogos acamparon en el hielo sobre los restos de HMS Erebus, un buque de madera abandonado por su tripulación en 1848 durante una expedición ártica, según un comunicado de prensa del gobierno canadiense.

Según el Departamento de Parques canadiense, se llevaron a cabo varias expediciones de buceo en el sitio del naufragio, descubierto en 2014.

En septiembre se hicieron 56 inmersiones en el sitio a lo largo de 11 días, lo que dio a los investigadores un conocimiento más exhaustivo del barco, uno de los naufragios de madera “mejor conservados” del mundo, de acuerdo con el departamento de parques.

De especial interés para los buceadores fueron los camarotes de los tenientes segundo y tercero y la despensa del camarero.

Según la CBC, en la despensa de la embarcación de 100 pies de largo se encontró una gran cantidad de vajilla, como platos.

Sin embargo, el descubrimiento más notable fue un libro, según lo que le explicó Ryan Harris, uno de los buzos, al medio canadiense.

“Nos encontramos con un folio —una cubierta de libro de cuero, bellamente repujada— con páginas en su interior”, dijo Harris. “De hecho, tiene la pluma estilográfica todavía metida dentro de la cubierta, como un diario en el que podrías escribir y poner en tu mesa de noche antes de acostarte”.

Los artefactos recuperados son propiedad conjunta del gobierno canadiense y de Inuit Heritage Trust (IHT), una organización dedicada a proteger el patrimonio de los indígenas canadienses, declaró el Departamento de Parques.

Fue la historia oral inuit la que condujo al descubrimiento del naufragio del Erebus. La búsqueda habría sido “totalmente impráctica” sin los conocimientos tradicionales, dijo David Woodman, investigador al que se atribuye el mérito de haber ayudado a encontrar el barco, según el Departamento de Parques.

Después de su abandono en 1848, ni la tripulación ni el barco volvieron a ser vistos, lo que llevó al malogrado viaje a alcanzar un estatus de mito durante la época victoriana y años posteriores, según The Spectral Arctic.

Conforme a un estudio publicado en Journal of the Royal Society of Medicine, fue años más tarde cuando se descubrió que la tripulación, débil, congelada y probablemente padeciendo de escorbuto, falleció.

Un estudio, publicado en International Journal of Osteoarchaeology, halló pruebas de que los miembros de la tripulación del barco recurrieron al canibalismo.