En busca de la verdad sobre el ‘privilegio’ y la tragedia cubana | Opinión
Hay dos afirmaciones clave, repetidas a lo largo del libro “Cuban Privilege”, que deben abordarse críticamente.: la primera es que los exiliados cubanos recibieron un trato migratorio sin precedentes en Estados Unidos y la segunda es que los exiliados no eran totalmente merecedores del trato de refugiados, ya que la mayoría de ellos ni se enfrentaban a una persecución directa ni tenían un temor fundado a ella en Cuba (p. XXI).
De acuerdo con el autor, los exiliados cubanos “fueron imaginados” ; como refugiados por las sucesivas administraciones estadounidenses y, por tanto, privilegiados por esta “construcción.”. (p. XXI).
El autor procede repetidamente a afirmar diferentes variaciones del concepto de que los cubanos no eran refugiados porque “su estilo de vida, pero no sus vidas, corrían peligro”; (p. 9).Para hacer esta última afirmación, el autor tendría que descartar pruebas abrumadoras que demuestran que, hasta el día de hoy, se mantienen los niveles masivos de terror estatal sistemático institucionalizado por el régimen de Castro. Masacres, ejecuciones, encarcelamientos políticos masivos, ejecuciones extrajudiciales, campos de concentración, acoso sistemático y ataques a disidentes por parte de turbas organizadas por el gobierno (conocidos como actos de repudio), así como otras medidas represivas, han sido instrumentos de política interna en Cuba desde 1959.
Estas medidas se han aplicado tanto a los enemigos activos del Régimen como a los disidentes pasivos. Católicos, protestantes, testigos de Jehová, homosexuales, artistas inconformistas e intelectuales, entre otros, han sido objeto de constante represión y persecución.
No solo se despojaba a los refugiados de sus bienes y el Régimen les prohibía regresar a su patria, sino que bastaba con solicitar la salida legal del país para que los ciudadanos cubanos sufrieran la marginación en la sociedad cubana; además, intentar salir ilegalmente se castigaba con la muerte o la cárcel; de igual forma, las cartas y llamadas telefónicas a familiares en el exilio estaban limitadas y vigiladas por el Régimen; y también mantener correspondencia con un ser querido en el extranjero era motivo para bloquear el avance dentro de la nueva sociedad..
En 1959, Fidel Castro impuso nada menos que el primer régimen comunista totalitario en la historia del hemisferio occidental. Solo el totalitarismo como concepto describe y explica plenamente el miedo y el temor generalizados que han prevalecido en la sociedad cubana desde la toma del poder por Castro.
Los cubanos libres se enfrentaron valientemente al Régimen y siguen luchando contra él. Desgraciadamente, el apoyo estadounidense fue a menudo inconsistente y, en el peor de los casos, como en la invasión de Bahía de Cochinos, resultó en una traición descarada. Gracias al Acuerdo Kennedy-Jruschov de 1962, Estados Unidos no llevó a cabo con decisión ningún esfuerzo para lograr la liberación de Cuba.
Ante el desmoronamiento de una de las sociedades más prósperas de América Latina, las sucesivas administraciones estadounidenses llevaron a cabo diversas iniciativas para enfrentar el éxodo masivo resultante tanto de la represión totalitaria en Cuba como de los fracasos de la política estadounidense a la hora de ayudar con éxito a los cubanos a recuperar su libertad.
Sí, Estados Unidos abrió generosamente sus puertas a los refugiados cubanos, pero la prioridad colectiva de los exiliados seguía siendo la liberación de su patria. Para entender por qué los refugiados cubanos sufrieron directamente la persecución o tenían un temor fundado a ella, habría que estudiar la plena aplicación del totalitarismo en Cuba. Sin embargo, y tal vez sea revelador, el término “;totalitario” ; solo aparece una vez en el libro y solo en referencia al lenguaje de un proyecto de ley estadounidense.
El tratamiento de los refugiados cubanos en el proceso de inmigración sí tuvo precedentes en la aplicación del estatuto de ”refugiado”; en las sucesivas leyes y directivas de inmigración estadounidenses a personas que huían de la consolidación de otros regímenes comunistas totalitarios: China y Hungría son ejemplos paradigmáticos. La cercanía geográfica y cultural de Estados Unidos y Cuba, así como el sentimiento de culpa por el repetido abandono de las fuerzas cubanas, también desempeñó un papel en el aumento de la ayuda al reasentamiento proporcionado a los exiliados cubanos.
El debacle de una revolución totalitaria en Cuba ha afectado negativamente a todo el hemisferio. Está directamente conectado, gracias a los tentáculos intervencionistas del Régimen de Castro, con la actual crisis de refugiados en Venezuela y Nicaragua.
¿Por qué el autor basa el libro en estas dos afirmaciones, cuando la abrumadora evidencia histórica y social demuestra que los cubanos exiliados han sufrido persecución directa o temor infundado por la misma y que el estatus de refugiado cubano no fue inédito, sino similar al estatus otorgado a los refugiados de otros estados totalitarios comunistas? Creo que un sesgo ideológico ha afectado a la exactitud de la obra. Sus páginas están salpicadas de afirmaciones ideológicas axiomáticas que no se basan en datos o análisis sólidos.
Por ejemplo, el autor sostiene que el Régimen de Castro encarnaba “ el derecho de Cuba a la autodeterminación, sin cuestionarse cómo un país en donde todas las libertades básicas fueron suprimidas en menos de 18 meses podía determinar libremente su propio destino. En la misma frase el autor afirma que“; privilegiar a los cubanos nunca fue noble”; Eso, en sí mismo, constituye una declaración de valor que suscita la pregunta de por qué el autor considera que no fue un acto digno el hecho de que Estados Unidos ayudara a los cubanos a recuperar las libertades básicas que les había prometido el nuevo régimen mientras luchaba por el poder contra Batista, o que ayudara a los cubanos a huir de este Régimen una vez que había traicionado esa promesa inicial.
Orlando Gutiérrez Boronat, PhD, es autor del libro Cuba: the Doctrine of the Lie y coordinador de la Asamblea de la Resistencia Cubana (ACR).