Los buquinistas rechazan trasladarse por los Juegos Olímpicos de París

Los buquinistas rechazan trasladarse por los Juegos Olímpicos de París

Si alguna vez ha tenido el placer de pasear por las pintorescas orillas del Sena en París, es probable que se haya topado con los encantadores buquinistas, un conjunto de puestos de libros de segunda mano.

Esta tradición intemporal, que constituye el mayor mercado de libros al aire libre de Europa, lleva consigo siglos de historia y desempeña un papel indispensable en el patrimonio literario y cultural de la ciudad.

Sin embargo, las autoridades parisinas planean desmantelar y reubicar aproximadamente 570 de estos preciados puestos, lo que supone un 60% de su presencia total a lo largo de las orillas del río, antes de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos del año que viene.

Pero los libreros alzan su voz de protesta. Argumentan que la medida amenaza con borrar un símbolo de la ciudad y podría causar daños irreparables a las tradicionales y oscuras cajas verdes de toda la vida.

Breve historia de los bouquinistes

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Turistas se pasean por las orillas del río Sena, en octubre de 1948. - Credit: AFP

La tradición de vender libros de segunda mano a orillas del Sena se remonta al siglo XVI, cuando los libreros ambulantes iban de ciudad en ciudad y establecían puestos a orillas del río.

En 1649, un primer decreto prohibió la venta de libros cerca del Pont-Neuf, y en 1721, otra ordenanza introdujo la posibilidad de encarcelar a los implicados en tales exhibiciones.

Posteriormente, la ley se derogó y, desde 1859, los buquinistas tienen derecho a vender sus libros en lugares fijos designados a lo largo del río.

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La estrella de cine estadounidense Paulette Goddard aprecia las pinturas y los libros vintage ofrecidos por los "bouquinistes" - Credit: AFP

El término "buquinista" apareció por primera vez en 1762 en las páginas del Dictionnaire de l'Académie française para designar a un "librero", derivado del flamenco "boekin", o "pequeño libro".

Los puestos de madera verde que hoy son sinónimo de los buquinistas parisinos empezaron a aparecer en el siglo XIX y se han convertido en uno de los símbolos más emblemáticos de la ciudad.

Disputa por los Juegos Olímpicos

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Los visitantes pasan por delante de los puestos, el 10 de mayo de 2018. - Credit: Christophe Ena/AP

La ciudad de París se ha comprometido a celebrar una gran inauguración extraordinaria el 26 de julio del año que viene, a la que se espera que asistan unos 600.000 espectadores.

Por ello, la Prefectura de Policía de París ha ordenado la retirada, un día antes de la ceremonia, de 570 "cajas fijas", puestos callejeros desde los que los libreros han operado durante décadas en los muelles del Sena.

Por motivos de seguridad, la prefectura teme que las cajas puedan utilizarse para ocultar artefactos explosivos durante la ceremonia inaugural, en la que más de 10.500 atletas de 206 delegaciones desfilarán a lo largo del río ante la mirada de cientos de miles de espectadores.

Sin embargo, varias de las cajas, tradicionalmente de color verde oscuro, no se han movido desde hace décadas, algunas desde hace más de un siglo, y los libreros denuncian la decisión de la prefectura.

También les preocupa que la ciudad cause daños irreparables a las cajas milenarias al retirarlas.

"Somos un símbolo de París", dice Jérôme Callais, que lleva vendiendo libros en el muelle desde los años 90 y preside la Asociación Cultural de Libreros de París, que aboga por la salvaguarda de las cajas.

"Es como si la prefectura decidiera que la Torre Eiffel es demasiado alta y que hay que quitar el tercer y segundo piso porque están al alcance de las cámaras durante la ceremonia".

"Estamos de acuerdo en que no nos moveremos", añadió Callais. "Sí, podemos mantener una conversación, pero está descartado tocar nuestras cajas".

Pruebas de viabilidad

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Peatones ante los bouquinistas a lo largo del río Sena, cerca de la catedral de Notre-Dame en París, el 30 de septiembre de 2012, - Credit: THOMAS COEX/AFP

A la espera de la publicación de un decreto oficial, "el prefecto de policía ha dado su aprobación" para permitir que se hagan "pruebas en tres o cuatro cajas de diferentes tipos" para evaluar la viabilidad de la reubicación y revisar potencialmente la lista de cajas a trasladar, según explicaron el Ayuntamiento de París, los libreros y la prefectura de París tras una reunión tripartita.

Esta reunión sirvió principalmente para "restablecer el diálogo necesario", según Pierre Rabadan, responsable adjunto de los Juegos Olímpicos, que subrayó el compromiso de la ciudad con los libreros y su voluntad de diálogo.

La alcaldesa del Distrito 5, Laurence Berthout, expresó su frustración por la lentitud de los procedimientos municipales.

Mientras, la ciudad lidia con este choque entre tradición y modernidad, el destino de los buquinistas sigue pendiendo de un hilo.