Bruselas alerta el rápido envejecimiento de la población de la UE y cree que la migración puede ser la solución

Estas son algunas de las inquietantes conclusiones de un nuevo informe sobre el cambio demográfico publicado el miércoles por la Comisión Europea, que presenta un panorama alarmante de la profunda transformación social y económica provocada por la disminución de la población activa.

En resumen, la UE envejece demasiado rápido.

"Cada Estado miembro afronta sus propios retos", declaró Dubravka Šuica, Vicepresidenta de la Comisión responsable de Democracia y Demografía.

"En los Países Bajos, la vivienda y la densidad de población son un reto clave, mientras que en algunas regiones de España es el descenso de la población. En Italia, el reto clave es el descenso de la natalidad y el envejecimiento de la población. Grecia es el Estado miembro con el envejecimiento de población más rápido. Croacia lucha contra la fuga de cerebros de los más jóvenes".

Segúnel informe, se prevé que la población de la UE, que a principios de año superaba ligeramente los 448 millones de personas, alcance su máximo en torno a 2026 y luego disminuya gradualmente, perdiendo 57,4 millones de personas en edad de trabajar para 2100. Y lo que es más preocupante, la tasa de dependencia del bloque -la relación entre el número de personas mayores y el de personas en edad de trabajar- aumentará del 33% actual al 60% a finales de siglo.

El drástico cambio en la pirámide demográfica pondrá patas arriba el mercado laboral, con una escasez generalizada que podría inhibir las tasas de crecimiento, productividad e innovación y, por tanto, acelerar la pérdida de competitividad frente a otras grandes economías.

Una mano de obra menguante reducirá inevitablemente los ingresos de las arcas del Estado, al tiempo que aumentará la presión sobre los presupuestos públicos para que gasten más en sanidad y pensiones, una combinación explosiva que podría desviar la atención de las tan necesarias inversiones en energías renovables y tecnologías de vanguardia.

Esto, a su vez, socavará la cohesión social, dijo Šuica, y "en última instancia, la confianza en las instituciones y procesos democráticos en Europa".

Antes de que el daño sea irreversible, la Comisión recomienda a los Estados miembros que tomen medidas decisivas, como eliminar las diferencias salariales entre hombres y mujeres, mejorar la conciliación de la vida laboral y familiar, ofrecer ventajas fiscales, reducir los costes del cuidado de los hijos y facilitar a los jóvenes el acceso a empleos de calidad y a una vivienda asequible en una fase más temprana de su vida adulta.

Bruselas también afirma que es "crucial capacitar a los trabajadores de más edad para que permanezcan activos durante más tiempo" mediante programas de mejora de las cualificaciones y horarios de trabajo flexibles, e insta a las empresas a superar "las ideas preconcebidas y los estereotipos" sobre las personas mayores.

"Una vida más larga crea nuevas oportunidades y marca el paso de una sociedad que envejece a una sociedad de la longevidad", afirma Šuica, que pide a los países que aprovechen las nuevas oportunidades económicas creadas por la llamada "economía plateada".

En otra recomendación, el informe aboga por una "migración legal gestionada" para cubrir el creciente número de vacantes de empleo, que ya alcanza cifras récord.

El bloque, que se encuentra inmerso en una dura batalla para reformar su política de asilo, recibió el año pasado 3 millones de trabajadores inmigrantes por vías legales, frente a los 300.000 que llegaron por vías irregulares.

Durante la presentación, Šuica subrayó varias veces que, si bien la migración legal era una opción valiosa para abordar el reto demográfico, no era la única, una aclaración que parecía diseñada para evitar la ira de los gobiernos de la derecha dura que han abrazado políticas pro natalidad en un intento de aumentar la tasa de natalidad de la población local sin depender de los flujos migratorios.

"Somos 27 democracias", dijo Šuica, "es una situación diferente y por eso decimos que no hay una talla única".