A mí me botaron por malo, no por el comentario que ‘supuestamente’ hice. ¿Redención para Guillén en Miami?

Quiéralo o no, Ozzie Guillén siempre estará ligado a Miami. Una de las voces más respetadas del béisbol y actual manager de la selección de Venezuela a la Serie del Caribe 2024, aquí vivió un momento inolvidable con los Marlins campeones del Clásico de Octubre y también otro muy polémico que contribuyó, aunque él diga que no, a su despido como dirigente de los peces.

Como el mismo afirmó tras el triunfo de los Tiburones de La Guaira el jueves en la noche para avanzar a la final de este viernes, se fue de Miami por la puerta de atrás en uno de sus momentos más bajos, pero un triunfo en el torneo no tendría sabor a redención personal y mucho menos de venganza.

“No soy un hombre que lleva las cosas del pasado’’, expresó Guillén.

“El mundo da muchas vueltas. No tengo nada contra los Marlins, ni contra [el entonces propietario, Jeffrey] Loria, ni con toda su gente. Me dijeron que me habían botado por un comentario que ‘supuestamente’ dije. No, a mí me botaron por malo. Me botaron por mal manager. En ese momento el equipo de los Marlins era malo. Cambiaron a todos los peloteros en junio y en julio’’.

Aunque han pasado poco más de 11 años, todavía muchos recuerdan las declaraciones de Guillén que recogiera por aquel entonces la revista Times, donde decía respetar al entonces dictador cubano Fidel Castro por su capacidad para permanecer en el poder tanto tiempo.

Guillén se disculpó repetidamente por el comentario y comentó que “estoy en contra de la manera en que él [Castro] trata a la gente y la manera [en que él ha tratado] a su país por mucho tiempo. Estoy en contra de eso 100 por ciento’’ pero lo cierto es que todo aquello se mezcló con la mala marcha del club y el venezolano, que había sido contratado para el cargo en septiembre del 2011, no sobrevivió al otoño de ese 2012.

La llegada de Guillén fue muy celebrada, porque después de todo había sido uno de los coaches del venerable Jeff McKeon cuando los entonces Marlins de la Florida conquistaron la Serie Mundial del 2003 venciendo a los súper favoritos Yankees de Nueva York en una historia digna de un filme de Disney.

Como si fuera poco, el venezolano -que en sus días de pelotero sobresalía por su juego duro y apasionado- se encontraba en su máximo esplendor como dirigente luego de haber llevado a los Medias Blancas de Chicago a su primer triunfo en un Clásico de Octubre desde 1917 en la edición del 2005.

Sin duda alguna, se esperaba que los Marlins compitieran en el primer año en su nuevo parque erigido en La Pequeña Habana, pero tras un mes de junio con balance de 8-18, la temporada vivió un final prematuro y llegó a su cierre con una abismal marca de 69-93.

Entre los “supuestos’’ comentarios sobre Castro y el débil resultado, el final estaba escrito en la pared.

“Me acuerdo decirles a los jefes que cuando tu botas a alguien de tu empresa y todavía tienes que pagarle un poco de millones de dólares, ¿qué queda para los demás?’’, recordó Guillén.

“Ya yo sabía lo que venía. Pero a mí me botaron por malo, no por el comentario que ‘supuestamente’ hice. Lo mantengo. Aquí yo juego todos los días con un poco de cubiches. Jugando golf. Mi hijo fue a la escuela aquí. No tengo nada contra ninguno, no tengo malos recuerdos. Malos recuerdos fue que me botaron y salí por la puerta de atrás’’.

Sin embargo, y aunque él mantenga que no será nada personal, Guillén tiene la oportunidad de salir por el frente del loanDepot park con el trofeo de campeón de la Serie del Caribe, luego de haber triunfado en la dura liga profesional venezolana con los Tiburones de La Guaira.

Sería una especie de triple corona para un piloto el sumar el campeonato del torneo caribeño a los de la Serie Mundial y el circuito profesional venezolano, para no hablar que tendría de telón de fondo a Miami, esta ciudad con la cual mantiene vínculos de todo tipo.

“Esta Serie del Caribe podría haber sido en México e iba a representar a Venezuela de la misma manera’’, recalcó Guillén. “Yo me la paso aquí en Miami. Cuando hay frío en Chicago bajo. Ojala ganemos mañana [hoy] para ver a mi país feliz. Ese momentico feliz. Eso es lo único que yo quiero’’.

¿Cabría la posibilidad de un regreso como manager a los Marlins?

“Tendrían que poner muchos millones’’, bromeó en parte Guillen.

“Si me invitan aquí a ser dirigente de los Marlins, creo que vamos a meter mucha gente, porque hay más venezolanos que de muchos países. Serían las cosas diferentes, pero no estoy pendiente de dirigir en las Grandes Ligas. No me quita el sueño eso. Tengo un ben trabajo. Me pagan en la televisión hablando mal y bien de los peloteros, y que me paguen para hablar mal de la gente, ¿quién no quiere ese trabajo?’’.