‘Bosques de alimentos’ ofrecen lecciones de vida y sombra fresca en escuelas de Miami-Dade
Los estudiantes se dirigen a sus aulas de la Primaria Royal Palm entre grupos de altísimos árboles frutales que proyectan su sombra sobre mesas de picnic y jardineras.
“Me gusta mucho el morus alba, sabe a caramelo”, dijo Dylan Álvarez, de tercer grado, mientras aplasta una pequeña baya roja que tomó de uno de los árboles que crecen en el campus de la escuela.
Sus compañeros de clase también probaron la baya y sus caras se fruncieron como si acabaran de comerse un caramelo de Warheads. La fruta se llama morera, un superalimento repleto de hierro y vitamina C. Todo se puede comer en este huerto escolar, que sirve de lección viviente destinada a enseñar a los niños a cuidar el entorno que les rodea y a elegir opciones alimentarias saludables.
La escuela es una de las 30 escuelas primarias públicas en Miami-Dade que forman parte del programa Food Forests for Schools (Bosques de Alimentos para Escuelas), de la organización sin ánimo de lucro The Education Fund. El grupo de Miami-Dade envía a un maestro para que dirija una sesión de clase al aire libre una vez a la semana en las escuelas, y ofrece planes de lecciones adicionales que pueden usar otros maestros.
Estar al aire libre rodeados de árboles, vides y arbustos da a los alumnos lecciones prácticas de Ciencias y Matemáticas inmersas en la naturaleza. Un día podrían cavar en la tierra para identificar insectos y otro aprender a usar un círculo de plátanos para mejorar la composta.
“Cuando aprenden sobre la fotosíntesis, pueden ver el sol y las plantas para dibujar el diagrama”, dijo Eddie Recinos, director del programa Food Forests for Schools.
No solo es un aula al aire libre, sino que el Programa de Bosques de Alimentos aumenta la cubierta vegetal del barrio. A los niños se les enseña que los árboles ayudan a refrescarse en el clima urbano, proporcionan oxígeno y minimizan las inundaciones.
“Se trata de cuidar la tierra, sembrando plantas, recogiendo la basura”, dijo Lisamari Morales, de primer grado.
Muchos distritos escolares y comunidades llevan a cabo programas similares de huertos urbanos, pero hay algo que hace inusual al programa de las escuelas de Miami-Dade: las cosechas se usan en el comedor escolar. El menú del almuerzo es mucho más variado hoy en día con opciones del huerto, como col rizada cubierta con hojas de hibisco. El uso de alimentos cultivados en la escuela en los almuerzos escolares es una iniciativa pionera en el país, según declaró Linda Lecht, presidenta de The Education Fund, al Miami Herald.
Los bosques también ayudan a paliar, al menos en parte, los problemas del condado con el aumento del calor extremo, sobre todo en las franjas urbanas donde escasean los árboles y la vegetación refrescantes. Según un informe de investigación del Miami Herald publicado esta semana, el dosel arbóreo es un problema en el condado, y algunas comunidades sufren los efectos del calor de forma más brutal que otras. Las comunidades de color con bajos ingresos tienen menos árboles y la cobertura del dosel en el condado es del 20.1%.
“No hubo un aumento sustancial de la cubierta forestal en la zona circundante, pero en el recinto escolar fue significativo, es importante que los niños que salen al exterior tengan esa protección contra el sol con la cubierta por encima”, dijo Cara Rockwell, profesora adjunta de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), especializada en silvicultura tropical y gestión forestal sostenible. Ella realizó la investigación para el programa de bosques de alimentos de The Education Fund.
Este mes, The Education Fund recibió un impulso de $50,000 de la LifeTime Foundation, una organización sin fines de lucro dirigida por una compañía nacional de fitness, para expandir y mantener los bosques. Desde que comenzó el Food Forest Program en 2015, 30 escuelas del condado han plantado bosques de alimentos. La creación de cada uno cuesta unos $30,000, principalmente porque empiezan con árboles ya crecidos para maximizar la sombra y la cosecha de fruta.
Los maestros de The Education Fund elaboran los planes de lecciones y organizan la clase semanal, pero ofrecen capacitación y lecciones adicionales para los maestros que quieran usar el huerto más de una vez a la semana. Cada semana los niños reciben en casa alimentos del huerto y también tarjetas con recetas.
“Creo que es importante añadir a su paladar nutricional, e ir a decirle a mamá, ir a decirle a papá esto es lo que hicimos en clase. Y quizá lo añadan a su menú en casa”, dijo Angie Kasselakis, responsable de alimentación y nutrición de las Escuelas Públicas de Miami-Dade.
Ashley Miznazi es reportera de cambio climático del Miami Herald, financiada por la Lynn and Louis Wolfson II Family Foundation en colaboración con Journalism Funding Partners.