Borrell acusa a Orbán de deslealtad y se suma al supuesto boicot a la Presidencia húngara

Borrell acusa a Orbán de deslealtad y se suma al supuesto boicot a la Presidencia húngara

La "misión de paz" de Orbán, en la que el húngaro viajó por primera vez a Moscú y se reunió con Vladímir Putin para discutir una manera de poner fin a la guerra en Ucrania, no les ha sentado nada bien a los líderes europeos.

La gira, que también incluyó una parada igualmente controvertida en Pekín donde se reunió con Xi Jinping, tuvo lugar a principios de este mes, coincidiendo con el inicio de la Presidencia húngara de seis meses del Consejo de la UE, sigue causando polémica en toda la Unión Europea.

"Rusia es el agresor en violación de la Carta de las Naciones Unidas y Ucrania, la víctima, ejerciendo sus derechos fundamentales a la autodefensa y no hay nada de histeria en eso, es sólo decir la verdad", dijo Borrell tras una reunión de ministros de Asuntos Exteriores.

"Cualquier llamada 'misión de paz' ​​que ignore estos fundamentos básicos, al final del día, sólo beneficiará a Putin y no traerá la paz", añadió.

Falta de "cooperación leal"

El alto representante insistió en que Hungría, como Estado miembro, está obligada por el artículo 24.3 de los Tratados de la UE, que establece que todos los países deben apoyar la Política Exterior del bloque "activamente y sin reservas en un espíritu de lealtad y solidaridad mutua". El artículo, afirmó Borrell, no es ni "una decoración" ni "palabras vacías".

"Cada Estado miembro es soberano en su Política Exterior, es cierto. Pero en la medida en que sean miembros de este club, tienen que obedecer los tratados", dijo Borrell. Cumplir con esta obligación "no es algo que puedas hacer o no, hay que hacerlo".

Cuando se le preguntó si las acciones de Orbán equivaldrían a una violación del artículo, respondió: "Para mí, está claro que lo sucedido pertenece al ámbito de la falta de cooperación leal".

Tras días de crecientes especulaciones, Borrell confirmó que la reunión informal de ministros de Asuntos Exteriores, conocida como Gymnich, que originalmente estaba prevista para finales de agosto en Budapest, se celebraría en Bruselas. El cambio se suma al boicot ya anunciado por la Comisión Europea, que consiste en enviar funcionarios, en lugar de comisarios, a las reuniones informales en Hungría.

¿Una política proguerra?

Borrell se mostró especialmente en desacuerdo con las afirmaciones hechas públicamente por Orbán y su ministro de Asuntos Exteriores, Peter Szijjártó, quienes han descrito la política del bloque como una "política proguerra" debido a los continuos suministros de armas y municiones del bloque a Kiev.

"El único que está a favor de la guerra es Putin, que pide la partición de Ucrania y la rendición de cuentas como condiciones previas para cualquier conversación y cualquier alto el fuego", dijo Borrell.

"Tenemos que enviar una señal, aunque sea simbólica, de que estar en contra de la Política Exterior de la Unión Europea y tachar la política de la Unión Europea como 'a favor de la guerra' tiene que tener consecuencias", añadió.